La compañía aprovechó para recordar su decisión de no trasladar los sobrecostes productivos de forma significativa al consumidor, demostrando su compromiso con las economías familiares en estos momentos de elevada inflación
Calidad Pascual ha visto aumentada un 9% su facturación en 2020, hasta los 697 millones de euros, consolidando su crecimiento sostenible, tras la reducción de beneficio que anotó en 2019, según ha informado la compañía. Este incremento en los beneficios se debe, en parte, a la remontada de las ventas, impulsadas principalmente por el crecimiento en el canal Horeca, de la gama de productos Pascual dedicada a la hostelería.
El grupo alimentario familiar con sede en Aranda de Duero (Burgos) alcanzó un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 42,8 millones de euros, impactado por el incremento de los costes de la energía, las materias primas y el transporte.
Pascual continuó con el ajuste de su apalancamiento financiero reduciendo la deuda corporativa un 3% hasta los 120 millones de euros. El presidente de la compañía, Tomás Pascual, se alegró por los resultados obtenidos: “hemos recuperado el nivel de ingresos y estamos satisfechos de seguir contando con la confianza de un consumidor fiel que cree en nuestras marcas y lo demuestra día a día. En 2022 seguimos trabajando para consolidar nuestro crecimiento, pese a la adversa coyuntura económica mundial”.
Algunas de las palancas sobre las que giró la estrategia de la compañía en 2021 con continuidad en el presente ejercicio fueron el consumo de productos más naturales y de cercanía, la proliferación de la omnicanalidad y los canales digitales, la innovación para dar respuesta a nuevas necesidades del consumidor o las oportunidades vinculadas al desarrollo internacional. Además, Pascual trabaja para consolidar con sus proveedores y clientes relaciones estables y duraderas como demuestra la compra de leche 100% local, trabajando en el asesoramiento y mejora continua de granjas familiares con contratos estables y de larga duración.
La compañía aprovechó para recordar su decisión de no trasladar los sobrecostes productivos de forma significativa al consumidor, demostrando su compromiso con las economías familiares en estos momentos de elevada inflación.