Era el mejor situado, pero su nombramiento se ha hecho esperar hasta este viernes, cuando el Consejo de Administración ha limado las pequeñas diferencias que todavía lo frenaban. Hablamos de Pepe Sevilla como presidente no ejecutivo de Unicaja, en sustitución de Manuel Azuaga, que se marcha después de liderar la entidad durante los últimos siete años, incluida la complicada y convulsa fusión con Liberbank.

Con el nombramiento de Sevilla comienza una nueva etapa de la entidad malagueña, dirigida por el CEO Isidro Rubiales, que cuenta con el total apoyo de José Manuel Domínguez, presidente de la Fundación Unicaja, propietaria del 30,2% del capital del banco. Unicaja estará liderada por el tándem Sevilla-Rubiales, pero deberán contar con el visto bueno de Domínguez a la hora de marcar las grandes líneas estratégicas.

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Como ya hemos comentado en Hispanidad, Sevilla era el mejor candidato para el puesto, no sólo por su experiencia bancaria -fue CEO de Bankia- sino por su experiencia como interlocutor con el BCE. Ahora, además, tiene un plus añadido: mantiene una buena relación con Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, relación que cultivó cuando era CEO de Bankia y Guindos, entonces ministro de Economía, prefería hablar con él antes que con José Ignacio Goirigolzarri, a la sazón, presidente de Bankia.

Sevilla-Rubiales-Domínguez: el trío virtuoso que guiará Unicaja durante los próximos años. El punto de partida lo marcarán los resultados anuales de 2023 que presentará la entidad el próximo martes 6 de febrero. Y el primer objetivo, recuperar el euro por acción para volver, y en su caso superar, los 2.738 millones de capitalización bursátil de 2022.