Ben van Beurden, CEO de Shell, dejará su cargo en manos de Wael Sawan, el próximo 1 de enero
Las petroleras siguen avanzando en su recuperación, tras el batacazo del Covid, gracias al alza del precio del crudo (ahora el barril de Brent supera los 88 dólares e incluso ha llegado a los 90 y 91 hace unos días). Tras las estadounidenses Halliburton, Chevron y ExxonMobil, ahora lo vemos en la anglo-neerlandesa Shell, que ha vuelto a beneficios milmillonarios tras ganar 17.824 millones de euros en 2021 e ingresar un 49% más.
Shell ha reducido su nombre (de Royal Dutch Shell a solo Shell), pero ha incrementado notablemente sus ganancias, frente a las pérdidas milmillonarias que tuvo el año anterior (-18.000 millones). Y es que no sólo ha sacado tajada de la subida del precio del crudo, sino también de que le haya penalizado un 50% menos la depreciación y amortización de activos. Por su parte, los ingresos se han disparado un 49%, a 241.774 millones: el negocio de los productos de petróleo ha aportado 162.187 millones (+42%); las ventas de gas, 46.471 millones (+57,4%); la rama de productos químicos, 15.068 millones (+45%) y la división de exploración y producción (upstream), 8.125 millones (+35,4%).
Sólo en el cuarto trimestre, la petrolera anglo-neerlandesa ganó 10.163 millones, frente a los números rojos de 3.559 millones de hace un año, y duplicó su facturación hasta los 80.003 millones. “El progreso realizado en 2021 nos permitirá ser más sólidos y movernos más rápido”, ha destacado el CEO, Ben van Beurden. “Tenemos planes ambiciosos para generar valor al accionista, para descarbonizar nuestros productos y para proporcionar energía a nuestros clientes al tiempo que respetamos la naturaleza”, ha añadido. Y por cierto, no olviden que los accionistas de Shell han apoyado el traslado de la sede fiscal a Londres.