Roy Jakobs, CEO de Philips desde el 15 de octubre de 2022, por fin, empieza a ver cómo se endereza el rumbo ligeramente
A veces la evolución de la bolsa resulta curiosa, por ejemplo este lunes. La cotización de Philips sube más de un 5%, pese a elevar los despidos a 10.000 empleados, tras anunciar pérdidas anuales de 1.608 millones de euros, reducir resultado bruto de explotación -ebitda- y aumentar deuda en 2022.
A la multinacional de tecnología neerlandesa, dedicada a dispositivos médicos, le ha pasado factura la crisis de los respiradores en EEUU (la Administración de Alimentos y Medicamentos -FDA- avisó de posibles riesgos para la salud), que le obligó a repararlos o reemplazarlos. Asimismo, se ha quejado de que a pesar de operar en mercados atractivos y con altos márgenes, “no está capitalizando todo su potencial”, al enfrentarse a desafíos operativos importantes. Este lunes, su cotización sube más de un 5% y desde el pasado 1 de enero, se ha revalorizado un 14%, pero acumula una depreciación bursátil del 44% en el último año.
Philips ha ampliado la cifra de despidos en 6.000 personas (8% de la plantilla), desde los 4.000 que anunció el pasado octubre a un total de 10.000 para 2025, lo que supone el 13% de su plantilla. Y es que al ajuste anunciado, se sumará que suprimirán 6.000 funciones adicionales, y de estas, 3.000 se acometerán este año. “El modelo operativo simplificado hará que Philips sea más ágil y competitivo”, ha defendido la compañía, esperando reducir su estructura de costes con la medida. “Confío en que estas acciones integrales pondrán a Philips en un camino progresivo hacia la creación de valor”, ha destacado Roy Jakobs, CEO de Philips desde el pasado 15 octubre, cuando tomó el relevo a Frans van Houten, que se mantendrá en la compañía hasta el próximo 30 de abril como asesor y ayudando en la transición.
Confío en que estas acciones integrales pondrán a Philips en un camino progresivo hacia la creación de valor”, ha destacado Roy Jakobs, CEO de Philips desde el pasado 15 octubre, cuando tomó el relevo a Frans van Houten, que se mantendrá en la compañía hasta el próximo 30 de abril como asesor y ayudando en la transición
Los resultados de 2022 han sido malos, principalmente, por la crisis de los respiradores. Philips ha tenido unas pérdidas de 1.608 millones, frente a los 3.319 millones que ganó el año anterior, y el ebitda (en esta compañía denominado ebita) ajustado se ha reducido a 1.318 millones, desde los 2.054 millones registrados en 2021. Y la deuda neta se ha disparado un 50,3%, a 7.028 millones.
Por su parte, las ventas han ascendido a 17.827 millones (+3,9%). Por divisiones, el negocio de diagnóstico se ha mantenido como el principal aportante, con 9.168 millones (+6,2%); seguido del negocio de cuidados conectados, con 4.403 millones (-3,7%); y del área de salud, con 3.626 millones (+5,7%).
Y por cierto, sus miles de despidos no son baladí. Llegan después de los miles de anunciados, por ejemplo, en varias tecnológicas (Google, Amazon, Meta -matriz de Facebook-, Microsoft, Salesforce, IBM, SAP y Spotify) y a los que recientemente se han unido los anuncios de ajustes de plantilla en varias empresas de la industria: la automovilística Ford (-3.200), 3M (-2.500 empleados), la química Dow Chemical (-2.000) o la juguetera Hasbro (-1.000).