Amazon, otro monopolio mundial de la era digital que sigue creciendo... y con malas prácticas
En vísperas de Reyes Magos, Jeff Bezos ha dado un pinchazo, en lugar de un regalo, a la plantilla de Amazon, en forma de 18.000 despidos. Él no lo notará, por supuesto, pues ocupa la silla de presidente ejecutivo (tras dejar la de CEO en manos de otro progre, Andy Jassy, en julio de 2021) y sigue estando entre los hombres más ricos del mundo. Un recorte laboral que se produce tras haber logrado el dominio del comercio electrónico, a costa de hacer la competencia a sus propios vendedores (copia productos exitososo, los favorece en las búsquedas y los vende más baratos; algo que no hacen otros de su sector -Alibaba, Rakuten, eBay...-), y tratar mal a proveedores y trabajadores.
El gigante estadounidense de comercio electrónico ha anunciado que despedirá a 18.000 empleados, 8.000 más de los anunciados el pasado 15 de noviembre, según lo ha confirmado el propio Jassy, y se informará a los afectados a partir del próximo 18 de enero. De esta forma, el tijeretazo ha pasado de afectar sólo al 1% de la plantilla (que en total asciende a unas 300.000 personas) al 6%. Y ojo, Amazon encima lo argumenta con razones como “la economía incierta” y el hecho de que había “contratado rápidamente en los últimos años”. Debería tener en cuenta la calidad de dichas contrataciones, pues mientras que es cierto que los ingenieros informáticos tienen muy buenas condiciones (se trata de los profesionales clave del negocio), no ocurre lo mismo con el resto: por ejemplo en España, donde la precarización laboral se puede ver en el uso de Empresas de Trabajo Temporal (ETT), en el incumplimiento de compromisos... y en la creación de mal ambiente en el centro logístico de San Fernando de Henares.
En los nueve primeros meses de 2022, tuvo unas pérdidas de 2.993 millones de euros por culpa de Rivian (fabricante de coches eléctricos que tiene con Ford) y hundió su beneficio operativo en 11.971 millones, pese a crecer en ventas netas (+9,7%)
El CEO de Amazon ha subrayado que “estos cambios nos ayudarán a perseguir nuestras oportunidades a largo plazo con una estructura de costes más sólida”. ¡Vaya tela! Y no satisfecho con esto, ha añadido: “También soy optimista y creo que seremos ingeniosos, creativos y ágiles en este tiempo en el que no estamos contratando de forma expansiva y eliminando algunas funciones”.
Recuerden que el recorte anunciado a mediados de noviembre afectaba a 10.000 empleados, y se conoció unas semanas después de pinchar en resultados. En los nueve primeros meses de 2022, tuvo unas pérdidas de 2.993 millones de euros por culpa de Rivian (fabricante de coches eléctricos que tiene con Ford) y hundió su beneficio operativo en 11.971 millones, pese a crecer en ventas netas (+9,7%). Eso sí, entre estas ventas destacó el fuerte alza del negocio de servicios (191.940 millones, un 18,7% más), entre los que está Amazon Web Services (AWS) y que quiere seguir acrecentando con la entrada en servicios sanitarios y compañías de datos; mientras que el negocio de las ventas de productos sólo creció un 1,2%, a 171.949 millones.
Y mientras, el gigante estadounidense de comercio electrónico se ha librado de la multa de Bruselas, tras cambiar y ampliar unos compromisos que impiden su posición dominante. Ahora veremos si los cumple. Meses después de que California le demandara por obligar al pequeño comercio a vender más caro. ¡Bien por California!
Las grandes tecnológicas llevan meses anunciando la crisis que viene: Google frena nuevas contrataciones, Microsoft anuncia despidos... y ahora Salesforce, empresa de 'software', ha anunciado que prescindirá de 8.000 trabajadores (cerca del 10% de su plantilla)
Por cierto, los despidos en Amazon suponen otra muestra de que las grandes tecnológicas llevan meses anunciando la crisis que viene: Google frena nuevas contrataciones, Microsoft anuncia despidos... y ahora Salesforce, empresa de software, ha anunciado que prescindirá de 8.000 trabajadores (cerca del 10% de su plantilla).
Paralelamente, no olviden el progresismo de Amazon, el cual se ve entre otras cosas, en que es una de las muchas multinacionales que financia abortos en EEUU y también en su apuesta por los contenidos audiovisuales, donde no falta lo políticamente correcto, como se ha visto en la serie El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder. Además, busca seguir expandiendo dicho negocio audiovisual, con la retransmisión de deportes, por ejemplo, ya ha entrado en el mundo de los caros derechos del fútbol.