Saracho, Ron, Pizarro y Ana Botín
Un día como hoy, seis años atrás, en la madrugada el 6 al 7 de junio de 2017, con nocturnidad y alevosía, la Junta de Resolución Europea, la JUR de Elke König, que el diablo confunda, liquidaba al Banco Popular y se lo regalaba al Santander, por 1 euro.
La verdad oficial, avalada por los tribunales de Justicia de la Unión Europea (Luxemburgo) asegura que el Banco Popular estaba en quiebra o que había sufrido una crisis de liquidez, pero los expertos, y por ello entiendo los inspectores del Banco de España nombrados por el propio juez José Luis Calama, de la Audiencia Nacional, insisten en que el Popular era un banco solvente y rentable, cuyo valor cifraban en 11.000 millones de euros.
Emilio Saracho fue contactado por el Santander, por aquel entonces aliado con el mexicano Antonio del Valle, para presidir el Popular. Cobró 8 millones de euros en cuatro meses de trabajo. Ya antes, Manuel Pizarro se había negado
Para entendernos: la liquidación del Banco Popular no fue una medida dura pero necesaria, provocada por una gestión deficiente, sino por un sabotaje perfectamente planificado.
PwC, ojo, auditores, del Banco Popular y también del Banco Santander, en 2017, exige al juez Calama el archivo de la causa contra sus auditores porque considera archidemostrado, sobre todo por los peritos encargados por el propio magistrado, que el Banco Popular era solvente y rentable pero, ojo, Price añade algo más: la crisis de liquidez la provocó el propio banco, con filtraciones a los medios. En concreto, el mismísimo presidente, Emilio Saracho, que filtró a El Confidencial que el Popular el propio banco que él presidía, estaba en quiebra. A partir de esa noticia, naturalmente, la gente empieza a retirar dinero. Pues bien, hoy siete de junio de 2023, se cumplen seis años del 'robo' del Banco Popular.
Curiosamente, el Popular fue intervenido el mismo año en que el Santander presentó pérdidas
¿El popular cayó por una crisis de liquidez? En Hispanidad ya hemos repetido que, en el siglo XXI, ningún banco quiebra por una crisis de liquidez, quiebra por falta de solvencia o bien por falta de rentabilidad que degenera en crisis de solvencia. En cualquier caso, jamás por una crisis de liquidez. Jamás. Para eso están los bancos centrales.
Pero es que, además, un día antes de la intervención, el BCE otorgó al Popular una línea de liquidez por 9.500 millones de euros. Naturalmente, sólo se otorga liquidez a un banco si su patrimonio es positivo: lo era, en más de 11.000 millones de euros. O como dijo un representante del Banco de España en sede judicial: "Si no fuera solvente, estaríamos delinquiendo"... al concederle dicha liquidez.
Volvamos atrás. Ahora queda claro que Emilio Saracho fue contactado por el Santander, meses antes de su llegada, con un banco cántabro por aquel entonces aliado con el mexicano Antonio del Valle, para que presidiera el Popular. Al final, cobró 8 millones de euros en cuatro meses de trabajo. No está mal.
Crisis de liquidez: un día antes de la intervención, el BCE otorgó al Popular una línea de liquidez por 9.500 millones de euros: "Si no fuera solvente, estaríamos delinquiendo
Ya antes, Manuel Pizarro se había negado a presidir el Popu, con una frase que le espetó a Antonio del Valle y que resume la situación: "¿Usted quiere que yo presida el popular para salvar al banco o para cambiar al presidente (entonces, Ángel Ron)? Al mexicano le supo fatal dicha respuesta. Fuese y no hubo nada.
Pero hay más. Curiosamente, el Popular fue intervenido el mismo año, 2017, en que el Santander presentó pérdidas.
Ana Patricia Botín habló, durante la última Junta del Santander, del esfuerzo que hizo para salvar al Popular, lo cierto fue lo contrario: El Popular resultó un verdadero chollo para el Santander.
Y más: Emilio Saracho fue contactado por el Santander, por aquel entonces aliado con el mexicano Antonio del Valle, para presidir el Popular, meses antes de la crisis. Cobró 8 millones de euros en cuatro meses de 'trabajo'. Entre comillas, porque estaba claro a que venía: a regalar el Popular la Santander, a cambio de un estipendio, ¡Y vaya si cobró!