Carlos Torres se ha echado encima a parte del Consejo, sobre todo, a Jaime Caruana, y además cuenta con una lealtad condicionada de su segundo, Onur Genç
Sorprendente nota del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) al rebufo de la respuesta que el responsable máximo de supervisión del Banco Central Europeo (BCE), Andrea Enria, ha realizado al eurodiputado Carles Puigdemont sobre la opa que BBVA ha lanzado por el 100% de su filial turca Garanti.
Sí, han entendido ustedes bein, hablo de “Puchi”. ¿Y por qué “Puchi” ha preguntado al BCE si la opa de BBVA sobre el turco Garanti puede perjudicar los niveles de solvencia de BBVA? Pues porque el padre de la patria catalana está muy preocupado por la rentabilidad de BBVA dado que la entidad con sede en Bilbao, tras las absorción de Caixa Cataluña y UNIMM, se convirtió en la segunda entidad catalana después de Caixabank, y ahora el padre de la patria vela por ‘sus’ bancos.
Pues bien, resulta que BBVA ha emitido una nota asegurando que la respuesta del BCE demuestra que la opa sobre Garanti cuenta con los mejores votos del supervisor. Pues con todo respeto, la nota de Enria no dice esto.
Enria asegura tres cosas: una, que con motivo de la opa no ha cambiado la calificación crediticia de BBVA, lo que no significa que no pueda cambiar en un futuro. Dos, que como inspector bancario no puede hablar de una entidad concreta a un eurodiputado.
Y tres, que el supervisor tiene un doble mecanismo para cumplir con su función. El uno, objetivo y transparente, pautado según los criterios de control de todos conocidos. El otro, subjetivo, si el supervisor considera si una determinada operación puede resultar negativa para la entidad.
La situación de debilidad de Carlos Torres como presidente de BBVA se acentúa día a día y tiene, al menos, tres problemas: uno de reputación corporativa (el ‘escándalo Villarejo’), otro es el Garanti y otro es la pérdida del control del Consejo
Ahora bien, si el BBVA emitió esa nota es porque la situación de debilidad de Carlos Torres como presidente del banco se acentúa día a día. Torres tiene, al menos, tres problemas. El primero es de reputación corporativa por el ‘escándalo Villarejo’. Él no ha sido imputado, pero el anterior presidente (Francisco González, más conocido como FG), varios altos cargos, y, lo más importante, la propia entidad como persona jurídica sí que lo han sido. Y de paso, añadir que Torres tiene encabronado a su señoría, el magistrado Manuel García-Castellón, por su escasísima colaboración.
El segundo problema de Torres es, precisamente, el Garanti. Unido al hecho de su consejero delegado, tan turco como el Garanti, de nombre Onur Genç. Y encima, en breve, el BBVA será responsable del 100% del Garanti. Todo el mundo considera que un país tan inestable dirigido por un déspota como Recep Tayyip Erdogan, que cada dos por tres cambia al gobernador del banco central porque no secunda sus propósitos, y, en resumen, un banco ubicado en un país que es un polvorín fundamentalista, no es lo más aconsejable para la estabilidad del banco matriz.
En tercer lugar, y como ya adelantara Hispanidad, Carlos Torres Vila ha perdido el control del Consejo. Además de contar con una lealtad condicionada de su segundo, Onur Genç, se ha echado encima a parte del Consejo, sobre todo, al que fuera director general del banco de Basilea y exgobernador del Banco de España, Jaime Caruana.
Caruana ha tenido una exitosa carrera en el sector público, pero a sus 69 años le gustaría jubilarse en la empresa privada donde, como todo hay que decirlo, se gana mucho más dinero. Desde luego tiene currículo archisuficiente para presidir BBVA. Aunque ahora se le ha abierto una segunda vía, otro anhelo personal: presidir Telefónica. A fin de cuentas es ingeniero de telecomunicaciones, si entiende o no de teléfonos ya es otra cuestión a la que este cronista no ha logrado dar conclusión.
En definitiva, se acentúa la situación de debilidad en la presidencia de BBVA. La frase más escuchada entre los directivos es: “Este hombre está solo”. Y ya saben, no es bueno que el hombre esté solo.