El banco central estadounidense, es decir, la Reserva Federal, que no se ocupa de inspeccionar bancos sino de decidir cuánto dinero se pone en circulación, ha decidido reducir el precio oficial del dinero en 0,25 puntos básicos, hasta la horquilla del 4.25-4,50. Recuerden que el BCE ya lo ha situado, para Europa, en el 3%.

El bono USA a 10 años escaló hasta casi rozar el 4,5%. Eso no es una mala noticia. Ahora esperemos que Trump, y Powell, que se dicen liberales, reduzcan la deuda pública estadounidense... y a costa de reducir el gasto, no de aumentar los impuestos

El gobernador de la Reserva Federal norteamericana, Jerome Powell, ha cometido el error de colocarse como jefe de la oposición a Donald Trump, lo que no es su función: Powell contra Trump. Nada más conocerse la medida, el dólar se fortaleció y Wall Street se derrumbó.

Ojo: no digo que Powell no acierte al mantener tipos, si no altos, sí respetables. Pero Powell acierta, no porque con ello controle los precios, sino porque con ellos le para los pies a los políticos occidentales que han solucionado los problema económicos coyunturales con venenos estructurales.

En palabras simples: políticos que no se atreven a hacer lo que tienen que hacer: reducir el gasto público, porque eso es una medida impopular. Prefieren aumentar los impuestos y dañar al emprendedor y a los profesionales y autónomos, los elementos más productivos de la sociedad.

De hecho, lo que hacen estos políticos derrochones -me viene a las mientes, no sé por qué, el caso de Pedro Sánchez- es justo lo contrario: aumentar el gasto público, para comprar un voto cautivo y endeudar al país. Luego suben los impuestos a los ciudadanos para pagar la deuda que ellos mismos han emitido y gracias a la cual se han mantenido en el poder. Si algo distingue a las políticas, por ejemplo europeas, de hoy es el viejo dicharacho de que "el que venga detrás que arree".

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En resumen, Powell contra Trump, incluso con una pose política de la que la Reserva Federal debería huir. Ha venido a decir el monetario Jerome que la política proteccionista de Donald puede provocar inflación y que, por lo tanto, no pueden bajar el precio del dinero como harían con los demócratas de Biden y Kamala Harris. Esto último no lo ha dicho Powell, sólo lo ha pensado.

El proteccionismo de Trump genera inflación... pero también crea empleo bien pagado. Sus medidas han perjudicado a Europa pero le han parado los pies a la economía china, que estaba depredando Occidente. Y Europa puede imitarle o morir. La palabra clave es... reciprocidad

Así, la Reserva Federal baja el precio del dinero en USA hasta el 4,25% pero no promete nada para 2025. Es más, asegura que reducirá el número de bajadas previstas para el año entrante. En cualquier caso, buena medida contra políticos derrochones, aficionados a emitir deuda sin fin, porque ahora el mercado les exigirá mayor rentabilidad para comprársela.

Ahora bien, Powell baja el precio del dinero pero advierte que se puede quedar en el 4,25% durante mucho tiempo y que no esperen bajadas de tipos pronunciadas para 2025, previsión que ya ha hundido las bolsas.

Dicho de otra forma, el bono USA a 10 años escaló hasta casi rozar el 4,5%. Eso, insisto, no es una mala noticia. Ahora esperemos que Trump, y Powell, que se dicen liberales, reduzcan la deuda pública estadounidense... y, atención, que lo hagan a costa de reducir el gasto, no de aumentar los impuestos a los privados. Esto último es cosa del Gobierno, Trump no de la Reserva Federal de Powell.

La tesis de Powell es que el proteccionismo de Trump genera inflación... pero también crea empleo bien pagado. Sus medidas han perjudicado a Europa durante su primer mandato (por cierto, Biden las mantuvo) pero le han parado los pies a la economía china, que estaba depredando Occidente. Y Europa puede imitar a Trump o morir. La palabra clave de la economía abierta del siglo XXI es... reciprocidad. Y los chinos venden en Europa pero se niegan a que Europa venda en China. Así no vamos a ningún sitio. En esto, Trump tiene razón.