Interesante entrevista la publicada el domingo 17 de julio por La Razón, con Juan Bravo, el consejero de Hacienda de la Junta de Andalucía con Moreno Bonilla y ahora coordinador del programa económico de Núñez Feijóo. Merece la pena leerla completa porque ofrece una idea, asimismo completa, del problema del actual PP, que marcha ganador en la encuestas: propone una socialdemocracia de derechas, donde la productividad del trabajador público se convierta en la clave bóveda del entramado. De hecho, su líder -suele suceder al revés-, don Alberto, poco ducho en economía, lo explicita mucho mejor cuando lo reduce todo a un "bajada de impuestos". Y hay que hacerlo, no cabe duda, porque el sistema Draghi es mejor que el sistema Sánchez para salir de la crisis pavorosa que se nos viene encima, pero eso no supone una alternativa.

Esta es la gran oportunidad de Abascal: España está madura para plantear un programa económico liberal, que sería la alternativa al socialismo de izquierdas del PSOE y al socialismo de derechas del PP

De entrada, el Partido Popular de Núñez Feijóo está volviendo, otra vez, al centro-reformismo. El PP de Feijóo no es liberal, es socialdemócrata. O sea, que no hay manera. Ejemplo: si gobernamos, bajaríamos el IVA, asegura Juan Bravo. Pues mire, don Juan, a pesar de la inflación, sería el único impuesto que yo no bajaría. Desde luego, no en el momento presente y a pesar de la presión inflacionaria.

Y esto porque la nueva sociedad y la nueva fiscalidad, la que debe sustituir al sanchismo, exige juzgar a la gente por lo que gasta, no por lo que gana. Eso es lo liberal. Lo que ocurre es que España tiene un derecha socialdemócrata, que no defiende la pequeña propiedad privada, que es lo que debe defender el liberalismo.

¿Y la tragedia de las pensiones? Que lo solucione el Pacto de Toledo. O sea, cómo seguir engañando a la gente pero, eso sí, por consenso político

Ojo, no confundir liberalismo con capitalismo. Ni con el capitalismo de Estado (socialdemocracia) ni con el capitalismo de los mercados y de las grandes corporaciones (lo que habitualmente entendemos por capitalismo).

Y así, nos encontramos con que Juan Bravo remite las pensiones al Pacto de Toledo. Eso es lo mismo que remitir toda la justicia a los procesos sumariales. La justicia es y tiene que ser mucho más que eso que se hace en los tribunales.

Lo dicho, que Bravo remite el dramático problema de la financiación del sistema público de jubilación, a lo que acuerde Pacto de Toledo. Es decir, cómo seguir engañando a la gente pero, eso sí, por consenso.

Si Feijóo quiere resultar creíble en materia de pensiones públicas tendrá que propone un sistema para hacer viable el sistema: sea el retraso en la edad de jubilación, o la sustitución de las cuotas sociales por IVA para financiar las pensiones públicas, sean los incentivos a la natalidad para rejuvenecer la población. De todo esto, Bravo no dice nada de nada.

Impuesto a la banca y a las eléctricas. El PP asegura que ni sí ni no, que depende de cómo se concrete. Pues lo cierto es que no hace falta esperar a las concreciones

Lo mismo con el impuesto a la banca y a las eléctricas: nos quedamos sin saber qué va a hacer el PP, si se va a oponer a esta demagogia. Según Bravo, no puede opinar hasta conocer los pormenores. Pues no, se puede opinar ya mismo aunque el chapuzas de Pedro Sánchez haya lanzado al ruedo una idea sin concreción alguna.

Por cierto, todo este centro-reformismo pepero no deja de suponer una gran oportunidad para Santiago Abascal, quien puede y debe abanderar desde Vox, un programa económico liberal, que sería la alternativa al socialismo de izquierdas del PSOE y al socialismo de derechas del PP: la defensa de la pequeña propiedad privada. Eso, y hablarle claro al pueblo: España no puede seguir con un proceso de gasto público creciente que nos lleva a la ruina.