El banco italiano UniCredit ha comprado el 9% del alemán Commerzbank, en una operación valorada en algo más de 1.400 millones de euros. La mitad de la participación se la ha comprado al gobierno alemán (4,5%) y la otra mitad la ha adquirido en el mercado. De esta manera, UniCredit se ha convertido en el segundo accionista de Commerzbank, sólo por detrás del propio gobierno germano, que aún mantiene un 12% de la entidad que rescató en 2008, con una inyección de más de 18.000 millones de euros. De momento ha devuelto unos 13.000 millones.

Commerzbank es el banco más comercial de Alemania (dejando a un lado los bancos regionales germanos). Su especialidad son las pymes. Si a eso unimos que Unicredit ya se hizo con el Hypo (HypoVereinsbank o HVB), el gran banco alemán de hipotecas, digamos que el CEO de Unicredit, Andrea Orcel, podría convertirse en el primer banquero de Europa, de banca doméstica, y obligar a Santander, HSBC y Société Générale (a partir de aquí españolizaré los acentos, que me canso) a mover ficha. Claro que HSBC es un banco más especulativo que doméstico y Societé es un banco francés y con eso queda todo dicho.

Primero el Hypo, ahora el Commerzbank: hipotecas y particulares, ahora pymes

Volvamos a Unicredit y el Hypo. Que el Gobierno alemán vea con buenos ojos la idea ya es mucho. El BCE también apoyará: sería su primera gran fusión transfronteriza, no como la del BBVA y el Sabadell. 

Ahora bien, el proceso es complejo. Sobre todo porque Andrea Orcel no es un banquero doméstico, es un banquero inversión. Emilio Botín libraba para operaciones concretas. Su hija, Ana Botín, actual presidente del Santander, decidió nombrarle consejero delegado. Gran error. Orcel quiso ejercer como primer ejecutivo y en el Santander, un banco familiar, como diría don Emilio, tiene que mandar un Botín. La cosa terminó en los tribunales.

Es verdad que Orcel, a pesar de ser un banquero de inversión, ha terminado como primer ejecutivo de Unicredit pero no es un secreto que al BCE le preocupa la falta de base de clientes de Unicredit. Puede ganarlos en Alemania pero eso no significa que los sepa ganar en casa. Hasta ahora no ha sabido.

 Orcel tendrá el apoyo entusiasta del BCE, partidario de las fusiones trasnacionales. El problema es si está creciendo demasiado rápido, sin una base de clientes que lo sostenga

En definitiva, lo que hemos dicho siempre en Hispanidad: para un banquero de inversión un buen banco es aquel que tiene mucho capital. Para un banquero doméstico, un buen banco es aquel que tiene poca morosidad y una base de clientes seria y rentable. ¿Sabrá hacer eso Orcel en el difícil mercado bancario alemán? En el italiano todavía le queda mucho por hacer.