José Luis Escrivá tomó este martes posesión de su cargo como gobernador del Banco de España, junto a la subgobernadora, Soledad Núñez, en un acto al que asistió la práctica totalidad de la gran banca española, incluidos Carlos Torres y Josep Oliu, presidentes de BBVA y Sabadell, respectivamente.

Pero hoy toca hablar de Escrivá que ha pasado, sin solución de continuidad, de ministro de Sánchez a mandamás de la institución con el servicio de estudios más prestigioso del país y que en los últimos años ha cuestionado la política económica del gobierno.

Lo cierto es que el exministro-gobernador no defraudó y anunció la creación de un grupo de trabajo para analizar la norma que rige el BdE. “Parece razonable reflexionar sobre la conveniencia de introducir modificaciones en nuestra Ley de Autonomía, transcurridos estos 30 años”, afirmó. “Así lo cree también el Consejo de Gobierno del Banco, de tal forma que en la primera reunión bajo mi presidencia decidimos constituir un grupo de trabajo para sistematizar y dar forma a dichas reflexiones”, señaló.

Naturalmente, todo esto con un único objetivo: reforzar la independencia del Banco de España y adecuar la norma, que data de 1994, a los nuevos tiempos. Por ejemplo, y el BdE no cierra esa puerta, revisar el hecho de que los mandatos son de seis años, cuando en otros bancos centrales son más largos o, incluso, prorrogables. Esto sí es blanco y en botella.

En cualquier caso, nadie quiso perderse la toma de posesión. Además de Torres y Oliu, asistieron, entre otros, Ana Botín, presidenta del Santander, José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Caixabank, el presidente de Unicaja, José Sevilla, el presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, y el presidente de Ibercaja, Francisco Serrano. También acudieron Alejandra Kindelán, presidenta de la AEB, el director general de CECA, José María Méndez, el presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, la presidenta de la CNMC, Cani Fernández, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, así como el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva.

Curioso que no asistiera ningún excompañero del Gobierno, salvo Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, aunque lo hizo a título personal, como letrado del Banco de España. Pues eso.