Joseph Oughourlian lleva ya diez años en el accionariado de PRISA -cómo pasa el tiempo- y tres como presidente. Ha visto muchas cosas y, sobre todo, ha perdido mucho dinero que confiaba recuperar a través de su participación en Indra, algo que no ha sucedido a pesar de que la cotización se ha disparado, desde el entorno de los 9 euros de entonces hasta los 27,5 euros actuales.

La revalorización del 7,24% de Oughourlian en Indra ha sido espectacular, ciertamente, pero no ha sido suficiente para compensar ese agujero negro llamado PRISA -lleva años en quiebra técnica-, que ha ido, poco a poco, minando el ánimo del inversor franco-armenio.

La gota que ha colmado el vaso ha sido el intento por montar una televisión al servicio de don Pedro Sánchez, con el inestimable apoyo de sus incondicionales y accionistas de PRISA, liderados por Andrés Varela Entrecanales, primo de los ‘Entrecas’ de Acciona, propietarios de algo más del 7% del Grupo a través de la sociedad Global Alconaba.

A Oughourlian no le hubiese importado montar ‘La Séptima’ a mayor gloria de Sánchez, pero siempre y cuando no supusiera perder todavía más dinero. El presidente de PRISA y de El País es progresista, pero no tonto, y su ruptura con Moncloa es total y absoluta, sobre todo desde que Pimco, el mayor acreedor de PRISA, puso como línea roja, para refinanciar la deuda, la televisión sanchista. Si hay televisión, no hay refinanciación.

Lo mejor de todo es que en el entretanto, Oughourlian ha descubierto una nueva faceta profesional que le está entusiasmando: editor de El País. Eso de disponer de un diario nacional para atizar a los rivales empieza a ser muy gratificante. En este contexto, su acuerdo con Pimco cobra una especial relevancia, ya que le permite, además de refinanciar la deuda, prorrogar su permanencia, al menos, tres años más, hasta 2027.

Oughourlian, el editor.