PRISA ha cerrado con éxito una ampliación de capital por importe efectivo de 39.999.999,96 euros mediante la emisión de 108.108.108 nuevas acciones ordinarias a un precio de 0,37 euros por título -de los cuales 0,10 euros corresponden al valor nominal y 0,27 euros a prima de emisión-. La operación se ha estructurado mediante una colocación privada acelerada dirigida exclusivamente a inversores cualificados y con exclusión del derecho de suscripción preferente, lo que ha generado una dilución del 9,05% para los accionistas previos.

La finalidad inmediata de la ampliación es la cancelación total del tramo de deuda junior, cuyo saldo a fecha 28 de febrero de 2025 ascendía a 39,99 millones de euros, incluyendo los intereses capitalizables (PIK, Payment in Kind). Este tramo, además de tener un coste financiero notable -referenciado a Euribor +8%-, es considerado un obstáculo crítico por los acreedores, que han exigido su cancelación como condición suspensiva para formalizar la nueva refinanciación global del grupo.

La refinanciación que PRISA tiene ya negociada con sus acreedores, aunque aún pendiente de formalización, no solo implica una extensión significativa de vencimientos -hasta 2029 para la deuda super senior y senior-, sino también: (i) reducción de márgenes financieros en línea con el entorno actual, (ii) revisión y flexibilización de los covenants contractuales, (iii) aumento de la capacidad de financiación local en Iberoamérica y (iv) menor rigidez operativa en la gestión de tesorería y nuevas inversiones.

Estas condiciones resultan esenciales para garantizar la estabilidad financiera y operativa del grupo, que hasta ahora operaba bajo una estructura de deuda con vencimientos ajustados, tipos elevados y restricciones exigentes. La ampliación de capital, por tanto, no responde a una necesidad coyuntural de liquidez, sino a una estrategia de reestructuración financiera a medio plazo, que requiere como paso previo el saneamiento del tramo más oneroso de su pasivo.

La colocación ha sido liderada por JB Capital Markets, entidad dirigida por Javier Botín, sin que se haya hecho público el listado de suscriptores

La operación se ha realizado con exclusión del derecho de suscripción preferente, lo que implica que los accionistas existentes no han tenido garantizada su participación proporcional en la ampliación, ni han recibido derechos negociables que pudieran vender para protegerse.

Sin embargo, los accionistas que acudieron voluntariamente como inversores cualificados -en igualdad de condiciones que cualquier otro- no han sufrido dilución. Al contrario: quienes han suscrito nuevas acciones pueden haber reforzado su peso relativo en el capital social. La dilución efectiva del 9,05% solo afecta a quienes no participaron en la colocación. En términos prácticos, si un accionista anterior no suscribió ninguna acción, su participación se ha reducido en esa proporción tras el aumento del número total de acciones en circulación.

La colocación ha sido liderada por JB Capital Markets, entidad dirigida por Javier Botín, sin que se haya hecho público el listado de suscriptores. No obstante, el foco del mercado está puesto en Joseph Oughourlian, presidente del consejo y principal accionista de PRISA a través del fondo Amber Capital, que ostenta cerca del 30% del capital. Aunque no se ha confirmado oficialmente si ha acudido a esta ampliación, nada le impedía participar, al tratarse de una colocación para inversores cualificados. De haberlo hecho, su peso en el capital podría haberse incrementado, reforzando su posición de control.

Este escenario no es menor: la figura de Oughourlian ha sido objeto de tensiones internas con otros accionistas institucionales, especialmente con aquellos próximos al entorno del Gobierno español. Las discrepancias se centran en su creciente influencia en la línea editorial de medios como El País y la Cadena SER, así como en su estrategia de gestión del grupo.

Como conclusión, PRISA ha ejecutado una ampliación de capital de carácter técnico pero con implicaciones estratégicas profundas. La operación, orientada a cancelar una deuda costosa y desbloquear la refinanciación total del grupo, permite al conglomerado avanzar hacia una estructura financiera más estable, con menor riesgo de liquidez y mayor margen de maniobra. La dilución no ha sido automática para todos, sino selectiva: ha penalizado únicamente a quienes no han participado. Al mismo tiempo, la operación refuerza el debate sobre el equilibrio de poder dentro del accionariado y el futuro de la compañía bajo el liderazgo de Oughourlian.