Los Bolloré se llevaban bien con Joseph Oughourlian porque a todo buen francés, y más si pertenece a la masonería de derechas, le gusta especular en bolsa con ventaja, que es dinero fácil. Vicent Bolloré padre y Yannick Bolloré hijo son filántropos progresistas aunque no tan 'rogelios' como Pedro Sánchez. Es más, consideran que el presidente del Gobierno es un español plebeyo, con no muy buenos modelos, carente de estilo... pero que participa de sus mismos valores: ya saben lo del Nuevo Orden Mundial (NOM), marcado por su cristofobia. hoy aún controlado por el 'gender' y el 'woke'. La diferencia es que los Bolloré soportan este tipo de estupideces como un mal necesario mientras que Pedro Sánchez es un entusiasta onegero repartidor de subvenciones con el dinero de los demás, también conocido como dinero público.
Ahora bien, cuando a los Bolloré viene a verles el señor ministro digital del Reino de España, Óscar López, acompañado del presidente de Telefónica, Marc Murtra, y les pide que aumenten su participación en Prisa (donde ya poseen el 10%), mientras Moncloa mantiene el control ideológico -es lo de menos- y el control de personal -que es lo de más-, pues hombre...
La irrupción mediática de Telefónica en medios informativos, al servicio de Sánchez puede hundir la reputación de la operadora en los mercados, ya muy amenazada en los mercados como empresa que se guía por criterios políticos y no estrictamente empresariales
Paréntesis: no vamos a entrar en el detalle de en qué avión viajaron a París de la Francia López y Murtra, pero daré una pista, que también es un consejo: el presidente de Telefónica debería tener cuidado por cuanto, en su propia compañía, ya hay quien se está encargando de controlarle los gastos por si fuera necesario, en algún momento dado, recriminarle algo. Y no: no se lo están controlando sus enemigos de derechas sino sus amigos de izquierdas: ten cuidado, Marc.
El caso es que el ministro se entrevista con el director general de Vivendi, Arnaud de Puyfontaine, noticia adelantada por Hispanidad el 13 de marzo, y le pide que les ayuden a echar a Oughourlian de la Presidencia y a Amber Capital (29,9%) del accionariado de PRISA.
Como en Moncloa tienen mucha información pero no saben manejarla, olvidaron que Vivendi y Ael misterioso Amber Capital -misterioso porque nadie sabe quién es el jefe de Oughourlian- son amigos. Los Bolloré le cuentan la visita de Óscar López y don Joseph lo primero que hace es filtrarla y montar el pollo. Echa de Prisa, luego da marcha atrás, a José Miguel Contreras, el chico de Moncloa que pretende crear una televisión pública con el dinero de Telefónica y de PRISA -que no tiene-, a mayor gloria de Sánchez, aún más que la pública RTVE y la privada La Sexta.
Además Oughourlian publica un artículo durísimo página entera de El País, contra Sánchez y por derecho: dice la verdad, que Sánchez es un autócrata que no cree en la libertad e Prensa y que pretende controlar los medios informativos para eternizarse en el poder. Traducción libre, de acuerdo, pero les aseguro que esa era la esencia y así se interpretó en el todo Madrid.
El presidente de Prisa se enfrentó a Moncloa a lo bestia y ahora pretende marcharse, valorando la empresa en 800 millones de euros... cuando vale cero. No sabemos quién es el jefe de Amber capital y de Oughourlian, un dato esencial. Lo sabía César Alierta pero se llevó su secreto a la tumba
O sea, filtración y artículo anti-Sánchez. Apenas se había publicado cuando Oughourlian se da cuenta de que ha metido la pata y rectifica. Ya no echará a los accionistas próximos a Sánchez, como el grupo dirigido por Varela Entrecanales, aunque realiza una ampliación de capital acelerad para deja claro que él manda y peude dirigir la venta de el diario y la cadena de radio.
Ahora bien, este jueguecito, además de a los Bolloré, empieza a molestar a los que podían haber sido sus aliados naturales. Por ejemplo, Carlos Slim, por ejemplo, Ana Botín, asimismo accionista de Prisa.
Oughourlian ha lanzado el clásico órdago del jugador de mus: lo que le está diciendo a Moncloa es que, si quieren seguir controlando el país y la SER le compren Prisa, por la vía de Vivendi o por la de Telefónica, ahora que la controlan.
Luego está el precio de venta. Don Joseph filtra a medios ajenos al suyo, que está dispuesto a vender su participaciñon de control en Prisa si la empresa se valora en 800 millones de euros, casi el doble que su capitalización actual (450) y con una deuda de esa misma cantidad (750 millones al terminar 2024).
En cualquier caso, a Vivendi lo de los 800 millones le ha dado la risa. Ahora mismo, tiene el 10% y sabe que Prisa está en quiebra técnica. Si a su capitalización bursátil le descontamos la deuda, nadie lo querría ni regalado.
Es decir que Oughourlian, ante todo un especulador, aunque, eso sí, muy progre, conseguiría no perder en Prisa, pues su inversión, aunque difícil de calcular, compró su participación en distintas etapas, ronda los 300 millones de euros,
Eso por no hablar de que si el Gobierno es bueno, siempre puede facilitarle a Oughourlian una salida de Indra con una buen plusvalía, aunque Moncloa ahora mismo, no está como para hacerle favores a don Joseph. Recuerden que no sabemos quién es el jefe de Amber capital. Lo sabía César Alierta pero se llevó el secreto a la tumba.
Mientras, ¿qué quiere Moncloa? Pues como también hemos adelantado en Hispanidad, Moncloa ha colocado a Javier de Paz al frente Movistar Plus, la televisión en cerrado a la que podría añadir otra en abierto. Se le ha ordenado que Telefónica lance una televisión en abierto, la precitada Tele-Pedro, y al mismo tiempo salve a Prisa, con ayuda de Vivendi o sin ella.
A los Bolloré les preocupa entrar en un país bajo un régimen como el sanchista, donde la propiedad tiene un valor relativo y los intereses políticos se convierten en dogmas irrechazable bao la acusación de negacionismo o algo parecido.
En principio, según fuentes del propio grupo galo, su opción primera es esperar y ver, quedare en el 10% de grupo y observar acontecimientos.
Sí, porque en la Compañía ya hay quien ha levantado la mano para decir que es una locura y que sólo faltaba eso para hundir la reputación de Telefónica, ya muy amenazada en los mercados como empresa que se guía por criterios políticos y no estrictamente empresariales.
España vive bajo la obsesión controladora de Pedro Sánchez y Rodríguez Zapatero, que tanto monta, monta tanto. Esa obsesión patológica de control abarca a jueces, medios, redes sociales... pretenden detentar la democracia para perpetuarse en Moncloa
Pero los chicos de Rodríguez Zapatero -hoy por hoy el hombre más influyente de Telefónica-, por ejemplo su eximio representante, Javier de Paz, sólo entienden de argumentos políticos... luego ya saldrán las cuentas. O sea, la antítesis del viejo Emilio Botín cuya frase favorita era esta: lo que no son cuentas son cuentos.
Un detalle: Javier de Paz ha creado en Movistar+ su propio 'staff', como si quisiera dejar claro que en este su segundo trabajo, y su segundo salario, funciona la margen de Marc Murtra. Porque recuerden, De Paz es consejero de Telefónica y presidente de Movistar+. Por de pronto, doble sueldo y doble poder. Y recuerden que De Paz sólo sirve a una persona: a ZP.
¿Y todo esto es bueno para España? Por supuesto que no, es un desastre. El País y la SER han cambiado su ideario, cada día más progre-radicales. Ya no son dos medios de prestigio que apoyaban al PSOE pero desde su independencia. Ahora son dos activistas del Sanchismo, económicos con la verdad y con un estilete siempre a punto para apuñalar a ños críticos de Sánchez y para defender la aberraciones de Moncloa.
Por su parte, en Telefónica pretende recrear Admira, aquel grupo de medios que Alierta se vio obligado a cerrar con grandes pérdidas.
Y es que, como dicen en Moncloa, sin cortarse un pelo, "ahora Telefónica es nuestra".
En resumen, hablamos de la obsesión controladora de Pedro Sánchez y Rodríguez Zapatero, que tanto monta, monta tanto. Esa obsesión patológica de control abarca a jueces, empresas, prensa, redes sociales... controlar la democracia para perpetuarse en Moncloa.