Netflix también se forra en España con su productora, la primera que instaló en Europa
La progre y blasfema Netflix agrava la crisis que ya se vio en sus resultados de 2022 y en los del primer trimestre de este año (ingresos y usuarios crecen poco y bajan los beneficios). Y el motivo se encuentra en que ya ha empezado a perder usuarios en España... por el fin de las cuentas compartidas, o sea, la subida de precios que ha acometido, aprovechándose de su posición de dominio.
La plataforma de ‘streaming’ ha perdido 1 millón de usuarios en nuestro país entre enero y marzo, según una investigación de la empresa de análisis de datos y consultoría Kantar, de los que dos tercios usaban la contraseña de otra persona. Y ojo, esto podría ser solo el principio, porque se han triplicado las cancelaciones y de todos los usuarios de Netflix que quedan en España, uno cada diez habría señalado que tiene intención de darse de baja en el segundo trimestre. Además, cabe destacar que el fin de las cuentas compartidas no sólo se ha puesto en marcha aquí, sino también en otros de países de Hispanoamérica, así como en Portugal y Canadá,... y el plan es que llegue a EEUU, su principal mercado, próximamente.
Desde Kantar se ha apuntado que “la pérdida de algunos usuarios era de esperar, pero perder más de 1 millón de suscriptores en poco más de un mes tiene consecuencias importantes para Netflix e influirá en su decisión de seguir con su medida a nivel mundial”. De hecho, ya ha retrasado la expansión del fin de cuentas compartidas a más países, la cual retomará en el segundo trimestre... con mejoras. Esto último recuerda al fracaso inicial del plan barato con anuncios que sacó en nuestro país el pasado noviembre y que recientemente ha mejorado.
Ya ha retrasado la expansión del fin de cuentas compartidas a más países, la cual retomará en el segundo trimestre... con mejoras. Esto último recuerda al fracaso inicial del plan barato con anuncios que sacó en nuestro país el pasado noviembre y que recientemente ha mejorado
Cabe recordar que todo esto ocurre dentro del sector del ‘streaming’, donde la competencia es cada vez más elevada: a la de Amazon Prime Vídeo, Disney+, HBO Max (que pasará a ser sólo Max), etc. se suma la de Telegram, Walmart (gracias a un acuerdo con Paramount) y la de una nueva plataforma denominada Skyshowtime. Netflix sigue liderada por Reed Hastings, un activista woke (término que refiere el último meneo ideológico del Nuevo Orden Mundial) que hace unos meses imitó el movimiento que hizo otro activista progre (en concreto de Jeff Bezos en Amazon, dejando el día a día a Andy Jassy) en julio de 2021: ascendió de CEO a presidente ejecutivo para seguir mandando lo mismo. Es cierto que hasta ese momento en Netflix había dos consejeros delegados (Hastings y Ted Sarandos, que también es responsable de contenidos), pero el primero era el más conocido y el que más mandaba, y tras su ascenso, se eligió a Greg Peters para ocupar la segunda silla de CEO. Ahora los tres tienen un reto importante para salir de la crisis y no sólo no perder usuarios, sino que crezcan a buen ritmo.
Claro que para ello también debería echar un vistazo a los contenidos, y rectificar. Al progresismo, la blasfemia y la perversión de la infancia, se ha sumado la necedad, y la falsedad, como puede verse en su Cleopatra afrodescendiente. Algo que ha cabreado mucho en Egipto.