El CEO y la presidenta de Disney, Bob Chapek y Susan E. Arnold, respaldan la agenda LGTBQ+ y el revisionismo progre
La progre The Walt Disney Company tiene más dinero para su agenda LGTBI, la cual refleja que sus contenidos ya no son tan inocentes como deberían, pues una gran mayoría no se dirige a niños, sino que se han convertido en adoctrinamiento o “corrupción de menores” (como lo denomina el líder de Vox, Santiago Abascal). Y es que ha disparado beneficio e ingresos por el impulso de sus parques temáticos, y además en streaming ha superado a Netflix en suscriptores.
Desde el pasado diciembre, el gigante de ocio y entretenimiento tiene a su primera presidenta, Susan E. Arnold, quien además es lesbiana, y a finales de 2020, el CEO, Bob Chapek, anunció 50 estrenos donde no faltarán ejemplos de la agenda LGTBQ. Recuerden que la factoría de Mickey Mouse sigue los postulados del Nuevo Orden Mundial (NOM), que se resumen principalmente en ideología de género (feminismo y homosexualismo) y ateísmo (mucho panteísmo y nada de Dios).
La división de medios y entretenimiento aporta 13.744 millones (+11%) de ingresos, y la de parques, 7.202 millones (+70%); pero esta última es mucho más rentable: 2.116 millones de beneficio operativo, frente a 1.337 millones
En su tercer trimestre fiscal (abril a junio), mucho mejor que el segundo, ha superado las previsiones de los analistas, pues ha disparado su beneficio neto un 53,5%, a unos 1.372 millones de euros, y ha elevado sus ingresos un 26,3%, a 20.947 millones. En esta cifra, la división de medios y entretenimiento ha aportado 13.744 millones (+11%), y la de parques de atracciones, 7.202 millones (+70%); sin embargo, este último de negocio es mucho más rentable que el anterior, con 2.116 millones de beneficio operativo, frente a 1.337 millones.
En streaming, Disney ha logrado 221,1 millones de suscriptores en sus tres plataformas (Disney+, ESPN+ y Hulu), superando a Netflix (220,6 millones, pero siguen en pérdidas (-1.065 millones). Y ante esta situación y los mayores costes de programación y producción, ha decidido subir los precios en EEUU -y después es muy probable que lo haga en otros muchos países- y también lanzar versiones más baratas con anuncios (plan que también tiene Netflix y Warner Bros Discovery -que también se ha sumado al adoctrinamiento de niños en ideología de género-). A finales de agosto, ESPN+ pasará a costar 9,99 dólares con publicidad, y el próximo 8 de diciembre, se encarecerán Disney+ (a 10,99 dólares, 7,99 con anuncios) y Hulu (14,99 y 7,99 euros con anuncios), y además habrá distintos paquetes (por ejemplo, suscribirse al que agrupa las tres costará 19,99 sin anuncios y 12,99 con ellos). Además, el servicio Disney+ Hotstar, en la India, tiene 58,4 millones de abonados, pero ya no retransmitirá los partidos de la liga de críquet y los analistas prevén que esto cause bajas, como recoge El País.
Disney+, ESPN+ y Hulu siguen en pérdidas (-1.065 millones) y ante los mayores costes de programación y producción, subirán sus precios en EEUU, tendrán versiones más baratas con anuncios y habrá distintos paquetes
“Hemos tenido un trimestre excelente, con nuestros equipos creativos y comerciales de primera clase impulsando un rendimiento extraordinario en nuestros parques temáticos nacionales, grandes aumentos en la audiencia de deportes en vivo y un crecimiento significativo de suscriptores en nuestros servicios de streaming. Con los 14,4 millones de suscriptores de Disney+ añadidos en el tercer trimestre fiscal, ahora tenemos 221 millones de suscripciones totales a través de nuestras ofertas de streaming”, ha destacado Chapek. Y de cara al conjunto de los nueve primeros meses (noviembre a julio) de su ejercicio fiscal, Disney ha disparado su beneficio neto un 62,5%, a 2.906 millones, y ha elevado sus ingresos un 28%, a 60.951 millones, destacando el fuerte aumento (+92%) en parques, sobre todo en EEUU y sin notar el cierre temporal del de Shanghai por las restricciones ante el rebrote del Covid-19 en China. Así, ha moderado la sangría bursátil: ahora su depreciación ya no es del 48% en el último año, sino del 37%.
Y de cara al próximo trimestre, puede que el crecimiento de las cifras se frene por la polémica surgida con el beso lésbico que aparece en Lightyear, película que ha sido el peor estreno de los estudios Pixar desde Cars 2: recaudó 85,6 millones de dólares (83,7 millones de euros al tipo de cambio actual) en su primer fin de semana y se hizo con un presupuesto de unos 200 millones de dólares (195,5 millones de euros). Además, se ha prohibido en 14 países musulmanes y en China, ha despertado rechazo en otros (Ecuador, Guatemala...) y entre numerosos padres y personas: así ha quedado patente en grupos de WhatsApp, en una recogida de firmas en Italia -ya lleva más de 41.850- y en una petición de la plataforma CitizenGO -donde más de 229.800 personas ya se han comprometido a no ver películas LGTB-. Y no olviden que Disney también apuesta por la necedad creciente: ahora promueve ‘hombres menstruantes’.