Rafael del Pino se niega a dar marcha atrás, Pedro Sánchez también
Tragicómica la entrevista concedida por un directivo de Ferrovial, apenas identificado, a Atresmedia, en concreto al telediario nocturno de Vicente Vallés, el lunes 6. Aseguraba Juan Francico Polo, responsable de comunciación de la constructora, que la huida de Ferrovial a Holanda -el país que más odia a España, el fautor de la leyenda negra- se trataba de una decisión meditada. Sólo faltaba que no lo hubiera sido...
En la España de Pedro Sánchez todo cura es un pederasta y todo emprendedor es un delincuente fiscal
La casi-entrevista fue un cúmulo y un túmulo de mentiras: Ferrovial no se va de España -sí que se va-, no hay razones fiscales -las hay, Holanda sí es un paraíso fiscal, no para las personas, sí para las empresas- y sin mencionar el argumento que sí debía haber mencionado: la hiperregulación y el odio demagógico y electoralero hacia el empresario que exhibe, no ya Podemos, sino el mismísimo estadista Pedro Sánchez.
Y todo ello adornado con la chulería de asegurar que debía ser Sánchez quien llamara a Rafael del Pino para encontrar una solución. Pero hombre, don Rafael, competir en chulería con un sociópata como el presidente del Gobierno. Eso es condenarse de antemano a la derrota.
Rafael del Pino también se marcha a Holanda por cobardía. Lo que tenía que hacer es permanecer en su patria y atreverse a criticar en voz alta la desastrosa política económica de Sánchez... que tanto critica en privado
Por cierto, naturalmente que Moncloa cumplirá la amenaza de esa gran creadora de empleo que es Ione Belarra: habrá venganza monclovita contra Ferrovial.
La culpa la tienen los dos: ser empresario en España es un dolor de muelas por la espantosa burocracia existente y multiplicado por Nadia Calviño, por los impuestos laborales más altos de Europa y por el ambiente de sospecha que se ha creado sobre el emprendedor. En la España de Pedro Sánchez todo cura es un pederasta y todo emprendedor es un delincuente fiscal.
Pero todo esto, don Rafael, es mucho más cierto para el pequeño empresario que para el grande.
Por su parte, Sánchez debe abandonar la infumable hipocresía de insultar al empresario y al mismo tiempo exigirle colaboración. El Sanchismo tiene alma de burócrata
Vamos con el caso concreto que nos ocupa. Hablo con una persona muy cercana a la familia Del Pino, de suyo extraordinariamente dividida: el presidente de Ferrovial no va a dar marcha atrás. Pues bien, habrá que repetirlo: en esta pelea, Rafael del Pino Calvo-Sotelo es culpable, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, también. El primero por marcharse de España: márchese en buena hora, el segundo por crear una España imposible para quien está dispuesto a arriesgar y crear puestos de trabajo o, al menos, a crearse su propio puesto de trabajo.
El problema de fondo es que ser empresario en España es un viacrucis. La fiscalidad, pero sobre todo la hiperregulación, o sea, la burocracia, asfixia a la pequeña empresa.
La mitad de los empleos creados durante el Sanchismo son públicos... el problema de la economía española es la productividad y el funcionariado
En la España de Pedro Sánchez todo cura es un pederasta y todo emprendedor es un delincuente fiscal. Así no hay manera de crear nada.
Pero ojo, Rafael del Pino también se marcha a Holanda por cobardía. Lo que tenía que hacer es permanecer en su patria y atreverse a criticar en voz alta la desastrosa política económica de Sánchez... que tanto critica en privado. Esta cobardía es habitual en la gran patronal española.
Por su parte, Sánchez debe abandonar la infumable hipocresía de insultar al empresario y al mismo tiempo exigirle colaboración. El Sanchismo tiene alma de burócrata.
La mitad de los empleos creados durante el Sanchismo son públicos... los problemas de la economía española son la productividad y el funcionariado.