El italiano Luca de Meo es CEO del grupo Renault desde el 1 de julio de 2020 y ya se nota su huella y la del plan estratégico 'Renaulution', a pesar del contexto global adverso
Renault sortea el parón en Rusia (acometido el 23 de marzo, casi un mes después de que empezara la invasión rusa de Ucrania), por ahora, que supone la primera gran crisis que afronta su CEO, Luca de Meo, pero aún debe decidir qué hacer con AvtoVaz (que fabrica la marca Lada y del que controla el 67%). En el primer trimestre, ha reducido sus ingresos casi un 3%, pese a presentar las menores ventas trimestrales desde el punto álgido de la crisis financiera de 2009.
El fabricante automovilístico francés no detalla cómo ha sido la evolución del beneficio, algo que sólo suele hacer cuando presenta los resultados semestrales y anuales. Recuerden que en 2021 el grupo volvió a beneficios, tras dos años consecutivos de pérdidas, gracias a que ha acelerado con la ‘Reanulution’ impulsada por De Meo, que prioriza el valor sobre el volumen. Esta estrategia sigue dando frutos: un efecto precio positivo de 5,6 puntos y aumento de la cuota de mercado en los canales más rentables (en los cinco principales países europeos, el porcentaje de ventas a particulares sobre ventas totales alcanza el 69%, 15 puntos más que hace un año), a pesar de un efecto volumen de -8,9 puntos por la crisis de chips.
La cifra de negocio es de 9.748 millones de euros, un 2,7% menos que hace un año y aún sin superar la registrada en el mismo periodo preCovid de 2019 (12.527 millones). De esta cifra, casi 900 millones (-15,7%) han procedido de Rusia, su segundo mercado
La cifra de negocio de Renault se ha situado en 9.748 millones de euros hasta marzo, lo que supone un 2,7% menos que hace un año y aún sin superar la registrada en el mismo periodo preCovid de 2019 (12.527 millones). De esta cifra, casi 900 millones (-15,7%) han procedido de sus negocios en el país de Vladimir Putin, que es su segundo mercado mundial tras Francia: AvtoVaz (tiene 45.000 empleados para fabricar la marca Lada y tres plantas) ha aportado 527 millones, un 23,1% menos que hace un año, y Renault Rusia (que engloba no sólo ventas sino la actividad de una planta en Moscú), 367 millones, un 2,1% menos. Por su parte, los servicios de movilidad han disparado sus ingresos un 60%, a 8 millones, y el negocio de financiación de ventas (RCI Bank y Services) ha facturado 737 millones (-2,9%).
Las ventas del grupo Renault han ascendido a 551.733 unidades hasta marzo, un 17,1% menos que hace un año, en un contexto de mercado aún muy inestable, y siguen muy lejos de las preCovid (908.348). Por marcas, la primera es la que da nombre al grupo, con 348.732 unidades (-19,7%, incluyendo 22.392 de Renault Rusia, un 26,3% menos), aunque por el contexto de la guerra en Ucrania también conviene destacar las de la marca Lada (60.608, un 31,4% menos).
Las ventas del grupo Renault ascienden a 551.733 unidades, un 17,1% menos que hace un año, en un contexto de mercado aún muy inestable, y siguen muy lejos de las preCovid (908.348)
El grupo, que tiene más de 170.000 empleados, “continúa su recuperación y acelera el despliegue de su estrategia”, ha señalado Thierry Piéton, su director financiero, en un entorno de mercado muy alterado por el conflicto de Ucrania, la crisis de los semiconductores y la inflación. Piéton ha destacado que la cartera de pedidos en Europa está “a un nivel récord, se fortalece y se beneficia de nuestras prometedoras y competitivas gamas de nuevos vehículos”. Además, se refuerza la competitividad con programas adicionales de reducción de costes y se confirman las perspectivas financieras anunciadas tras el parón en Rusia, pero como va por delante de los objetivos de la ‘Renaulution’ a medio plazo, acelerará la implantación de esta estrategia y el próximo otoño actualizará sus objetivos.
Paralelamente, este jueves se ha conocido que la Justicia francesa ha emitido una orden de detención internacional contra Carlos Ghosn, ex jefe de Nissan y Renault, que fue arrestado en Japón en 2018 acusado de lucrarse irregularmente de la empresa, pero huyó a finales de 2019 y actualmente reside en Líbano, un país que no extradita a sus ciudadanos. Una orden de detención que se suma a otra que emitió Japón y en la que se le acusa de usar fondos de Renault para fiestas y la compra de un yate.