Renfe no funciona con el dúo formado por su presidente, el socialista catalán Raül Blanco, y el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, el socialista vallisoletano Óscar Puente. La penúltima prueba ha quedado patente en los resultados de la división Renfe Viajeros correspondientes a 2023, porque ha elevado sus pérdidas y ha reducido sus ingresos... al verse obligada a bajar precios para competir con Ouigo e Iryo, los cuales tampoco van bien y están en números rojos. De hecho, la semana pasada, el propio Blanco advirtió a sus rivales que “no se puede perder dinero eternamente”… y que si sigue la guerra de precios bajará la calidad (algo que ya están sufriendo los viajeros de todos ellos con numerosos ejemplos: problemas al comprar billetes, retrasos -pero ahora solo se indemnizan los superiores a una hora-, averías, descarrilamientos, turbulencias, exigencias en las medidas de la maleta y tuteo en Avlo, viajes en Iryo sin aire acondicionado, etc.).

Esto también refleja que la liberalización de la alta velocidad que se acometió por orden europea (pero ya sabemos que hay Estados miembros que han cogido la delantera en cumplirla, como nuestro ‘listo’ país, más que otros) está siendo un desastre... y no sólo para las cuentas de Renfe, sino también para las de sus competidores: el francés -y encima low cost- Ouigo y el hispanoitaliano Iryo. Al hilo de esto conviene recordar que francés empezó a circular por las vías españolas el 10 de mayo de 2021, ante esto Renfe respondió con su propio AVE low cost (el Avlo) el 23 de junio de 2021, y el hispanoitaliano entró a competir el 25 de noviembre de 2022.

La liberalización de la alta velocidad, otro desastre del Sanchismo... y de sus tres gobiernos consecutivos y tres ministros de Transportes distintos (José Luis Ábalos, Raquel Sánchez y Óscar Puente)

En todo este recorrido hemos encadenado tres gobiernos liderados por el socialista e intervencionista Pedro Sánchez (uno de junio de 2018 a enero de 2020, otro de enero de 2020 a noviembre de 2023 y otro a partir de noviembre de 2023) y tres ministros de Transportes distintos empezando por José Luis Ábalos (junio 2018 a julio de 2021, aunque en una primera etapa era ministro de Fomento), pasando por Raquel Sánchez (julio 2021 a noviembre 2023) y llegando a Óscar Puente (desde noviembre de 2023). Además, cabe referir que Reino Unido, tras una desastrosa liberalización ferroviaria en los años 90 del siglo XX, ahora quiere nacionalizar los trenes. ¿Podría ocurrir en nuestro país algo similar? Se ve difícil... y más cuando la liberalización ferroviaria de la alta velocidad fue ¡por orden europea! y tendrá un segundo capítulo en unos años, cuando llegue a los que se consideran Obligaciones de Servicio Público (OSP), es decir, a los Cercanías, Media Distancia (o también llamados Regionales) y Ancho Métrico...

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Y por cierto, el operador público francés SNCF -dueño de Ouigo- ya ha abierto la puerta a entrar también en dicho servicio. Eso sí, no olviden que Francia se sigue cachondeando del ministro Puente por la mínima reciprocidad ferroviaria. SNCF ha reforzado la ruta París-Barcelona para las Olimpiadas, mientras que Renfe ha tenido que retrasar su plan de llegar a este evento deportivo en AVE desde Barcelona a París, al menos, hasta final de año por la falta y la lentitud de los permisos... y desde hace unos días, ha señalado que no llegará a la capital gala este año, sino en 2025 por culpa de los permisos de SNCF y de los retrasos de Talgo (ahora en medio de la OPA del grupo húngaro Ganz-Mavag y con la oferta de fusión del checo Skoda -otra chapuza de Puente y también de Sánchez-) con los trenes Avril. Además, no hay que olvidar que a Renfe le costó volver a retomar las rutas a Lyon y a Marsella después de que SNCF rompiera de forma unilateral la sociedad conjunta (Elypsos) que tenía.

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Vayamos a los resultados. Hace unos meses, por unas declaraciones del director general de Negocios y Operaciones de Renfe, Óscar Gómez Barbero, recogidas por La Razón, se desveló que el operador ferroviario español había tenido unas pérdidas de 123 millones de euros en 2023, superiores a las de 90 millones del año anterior; y que los ingresos habían descendido a 4.043,4 millones, mientras que el resultado bruto de explotación (ebitda) había ascendido a 300 millones. Pues bien, ahora en el informe anual al que ha tenido acceso El Economista, se ha podido constatar que también se han elevado las pérdidas en la división Renfe Viajeros, pasando de 51 millones a 65 millones; y que ha descendido el ingreso medio por viajero (un 6,9% en AVE, Avlo, Avant e Intercity; y un 41,9% en Cercanías y Media Distancia), a pesar del mayor número de viajeros (+19,6%, a 523,2 millones), y han aumentado las subvenciones del Estado a 230 millones para compensar los viajes gratis en Cercanías y Media Distancia y los fuertes descuentos (por ejemplo, a través del programa ‘Verano Joven’) por los que tanto ha apostado el Gobierno Sánchez... y en que en algunos casos también han contribuido las autonomías (por ejemplo, la Comunidad de Madrid). Eso sí, el único aspecto algo positivo ha sido que han descendido ligeramente los gastos de explotación a 2.576 millones, sobre todo, por el abaratamiento de la energía.