
El caos ferroviario persiste, a pesar de que el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, diga una y otra vez que el tren “vive el mejor momento”… y presuma de inversiones, a esta última tesis de justificaciones para todo se ha apuntado también el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Sin embargo, los problemas y las incidencias se acumulan en Renfe (AVE, Cercanías, Rodalies, etc.), y la caradura de Salvador Illa (PSC) y ERC se ve a partes iguales… y todo ello, por supuesto, a costa de los contribuyentes españoles.
El exministro y ahora presidente de la Generalitat de Cataluña no ha tenido el más mínimo reparo en el tema. En el Parlament, el socialista catalán ha afirmado que Rodalies “no funciona”: en concreto, lo ha dicho así: “El servicio de Rodalies no está funcionando al nivel que Cataluña se puede permitir ni al nivel que los usuarios piden, exigen y tienen toda la razón de exigir y pedir”. Claro que también ha tenido la caradura de referir que fía la mejora de los Cercanías catalanes a su traspaso a la Generalitat. Olvida, conscientemente, eso sí, que dicho traspaso se ha retrasado y Rodalies seguirá dependiendo de Renfe, por ahora,… un movimiento que ha gustado a ERC porque así la deuda no la asume la Generalitat. De esta forma, las empresas públicas ferroviarias Renfe (el operador) y Adif (el gestor de las infraestructuras) corren con los gastos, las inversiones y la deuda… y al ser públicas lo acaban pagando los contribuyentes españoles con esos impuestos que María Jesús Montero no deja de subir.
En el Parlament, ERC le ha pedido al PSC de Illa que fiscalice la “dejadez” del Estado. Mientras desde Junts se ha exigido “echar a Renfe de Cataluña”. Y en el entretanto, Carles Puigdemont ha recibido la visita de Arnaldo Otegi (EH Bildu), una cita curiosa entre un partido nacionalista de derechas y otro nacionalista de izquierdas…, y sin olvidar que ambos partidos son socios de Sánchez y de los que depende para aprobar la mayoría de sus medidas.

Por si la caradura de Illa, ERC y Junts no fuera bastante con todo lo anterior, las juventudes de ERC también han salido a la palestra. En concreto, las juventudes del partido que lidera OriolJunqueras y que aún tiene como portavoz en el Congreso de los Diputados a Gabriel Rufián (pese a que dijo que iba a estar poco tiempo en dicho escaño) han sacado una campaña con el lema “Puta Renfe, puta Espanya”, no se necesitan traducciones. ¡Qué lástima!
Y en el entretanto, Renfe ha ha decidido apartar al director de Rodalies, Antonio Carmona, que llevaba en el cargo en un año. Esto se debe a que las continuas incidencias ya han empezado a pasar factura a Illa, porque el jueves 27, en el Parlament catalán se reprobó a la consejera de Territorio, Sílvia Paneque, y se reclamó a Illa su cese como máxima responsable política del caos ferroviario en la región; y también se reprobó al ministro Puente. Eso sí, ya saben que las reprobaciones sirven de poco.
No hay que olvidar que, tras perder la presidencia de Renfe y ganar la de Telefónica, Cataluña (ahora con el PSC al mando) podría entrar en Ineco para apoyar inversiones de 18.500 millones. Ya saben lo que le gusta a Sánchez colocar a afines en empresas públicas, semipúblicas y hasta privadas. Y por cierto, el anterior secretario general del PSOE de Aragón y presidente de dicha región, Javier Lambán, ha subrayado que “Sánchez resuelve sus problemas a golpe de imposiciones de Puigdemont e Illa está en manos de un partido tóxico como ERC”. Dos afrimaciones bastante acertadas de uno de los mayores críticos del Sanchismo.