Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, gana el pulso sobre el impuestazo... y reactiva inversiones / Foto: Pablo Moreno
Repsol reactiva inversiones en España, tras caer el impuestazo energético… Y al mismo tiempo, ha tumbado el argumento del Gobierno y Sumar de que energéticas y bancos están teniendo elevados beneficios (el último en referirlo fue el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, en la rueda de prensa del Consejo de Ministros del pasado martes 29), porque ha ganado un 36% menos en los nueve primeros meses del año.
Recuerden que el Gobierno -formado por PSOE y Sumar- quería convertir el impuestazo en permanente, algo que provocó que Repsol anunciara el traslado de inversiones de 15 millones de euros a Sines (Portugal) y la congelación de cerca de 1.500 millones -algo que podía afectar a proyectos de País Vasco, Tarragona (Cataluña) y Cartagena (Murcia)-. Asimismo, la intención del Gobierno llevó a que Cepsa (ahora llamada Moeve) decidiera congelar inversiones de 3.000 millones y generó intranquilidad en el sector energético. Desde Sumar, su portavoz económico, Carlos Martín, emprendió una particular ‘guerra’ contra Repsol vía la red social X, aludiendo a que “no pagan prácticamente impuesto de Sociedades” y queriendo que el Gobierno comprara un paquete de acciones de Repsol (o sea, que repita la vergonzosa ‘operación Telefónica’).
En la tarde del pasado miércoles, el impuestazo energético cayó, mientras que en las enmiendas del PSOE a la ley sobre el tipo mínimo de las multinacionales sí se incluía el impuesto temporal sobre la banca, así como subida de impuestos de cigarrillos electrónicos, tabaco y diésel, y del IRPF para las rentas altas (superiores a 300.000 euros). Y es que ya no contaba con el apoyo de Junts ni del PNV para convertir el impuestazo energético en permanente… Este jueves, en la conferencia con analistas, Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, ha celebrado que “el problema se ha terminado”, aludiendo a la caída del citado impuestazo como “positivas noticias”, que en su opinión supone un “nuevo ambiente de estabilidad regulatoria” que “nos permite avanzar con las inversiones industriales que tenemos planificadas en España”. De hecho, las primeras decisiones de inversión se podrían empezar a tomar en 2025 en relación a los proyectos previstos para impulsar el hidrógeno renovable en Cartagena, Bilbao y Tarragona.
El resultado neto baja un 36%, a 1.792 millones, debido a la volatilidad de los precios de la energía (bajos precios del petróleo y del gas) y los márgenes industriales (en especial, los menores márgenes de refino). Todo esto le ha afectado fuertemente en el tercer trimestre, cuando el resultado neto se desplomó un 88%, a 166 millones
En los resultados de los nueve meses de la compañía multienergética ha quedado patente que el argumento del Gobierno y de Sumar es falso, porque el resultado neto ha bajado un 36%, a 1.792 millones de euros, debido a la volatilidad de los precios de la energía (bajos precios del petróleo y del gas) y los márgenes industriales (en especial, los menores márgenes de refino). Todo esto le ha afectado fuertemente en el tercer trimestre, cuando el resultado neto se ha desplomado un 88%, a 166 millones, siendo un 75% menor al obtenido entre abril y julio. El resultado ajustado -el que mide específicamente el comportamiento de los negocios- se ha reducido un 30%, a 2.684 millones, con descensos en todos los negocios: Exploración y Producción (1.156 millones, un 5,6% menos), Industrial (1.204 millones, un 44,6% menos), Cliente (494 millones, un 3,5% menos) y el resultado negativo de Generación Baja en Carbono (ha pasado de 59 millones positivos a -12 millones).
Y por si Sumar, especialmente el diputado Carlos Martín, necesitara más razones, Repsol ha subrayado que el resultado neto incluye un impuesto sobre beneficios con un tipo efectivo global del 34%. Asimismo, ha referido que su actividad ha generado una contribución fiscal en España de más de 6.500 millones en los nueve primeros meses del año, de un total global de 9.462 millones. Entre estas cifras, se incluye el famoso impuestazo, que le ha supuesto el pago de casi 800 millones en los dos últimos años (444 millones en 2023 y unos 335 millones este año). Un gravamen que, ilógicamente, afecta al 1,2% de los ingresos, y cabe destacar que los ingresos de las actividades ordinarias han disminuido en los nueve primeros meses, pasando de 46.041 millones a 45.096 millones.
Su actividad ha generado una contribución fiscal en España de más de 6.500 millones en los nueve primeros meses, de un total global de 9.462 millones
Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) ha bajado un 22,6%, a 5.565 millones hasta septiembre, tras la caída del 50,8% en el tercer trimestre. Asimismo, ha descendido el fliujo operativo de las operaciones (3.792 millones, un 21,3% menos) debido, principalmente, a las mayores inversiones orgánicas (4.307 millones, un 25,6% más), pues las inversiones inorgánicas han sido menores (877 millones, un 6,1% inferiores). Y las mayores inversiones también han conllevado un incremento de la deuda neta del 198,2%, pasando de 1.855 millones a 5.532 millones, una cifra que es mucho menor a la de otras energéticas, como Naturgy (por debajo de los 12.000 millones), Endesa (10.402 millones) e Iberdrola (46.697 millones).
Entre enero y septiembre, Repsol no sólo ha actualizado su estrategia 2024-2027, sino que ha puesto en marcha en Cartagena la primera planta dedicada exclusivamente a la producción de combustibles 100% renovables a escala industrial de la Península Ibérica y ya los comercializa en más de 580 estaciones de servicio en España y Portugal (cerca del objetivo anual -600- y que serán 1.500 en 2025), y sigue avanzando en contratos de combustible sostenible de aviación (SAF, por sus siglas en inglés). También ha continuado creciendo en energías renovables (solar y eólica), donde ya cuenta con una capacidad de 2.464 megavatios (MW) y una cartera de proyectos de 60.000 MW en varias fases de desarrollo, de los que 2.870 MW se encuentran ya en construcción; así como en la producción y el desarrollo de proyectos de petróleo y gas (no como Cepsa, ahora Moeve, que ha vendido cerca del 70% de su negocio de Exploración y Producción); y ha entrado en el negocio del biometano con Genia Bioenergy. Además, ha vendido un 42% más de energía eléctrica y ya cuenta con 2,4 millones de clientes de electricidad y gas en España y Portugal, un 11% más que al cierre de 2023; y casi 9 millones de clientes digitales (sobre todo en la app Waylet).
Por cierto, el mercado no ha aplaudido los resultados, como ha sucedido con los de otras petroleras: la cotización baja un 1,88%, frente a un Ibex que lo hace un 0,52%. Y todo ello, a pesar del anuncio de mayor dividendo: será de 0,475 euros brutos por acción en enero de 2025 y hasta ahora ya se han pagado 0,9 euros en efectivo (casi un 30% más).