Es posible que Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal norteamericana, al mantener el precio oficial del dinero, en USA, entre el 5,25 y el 5,5%, no esté sino previendo el regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, partidario del dinero regalado, craso error, o sencillamente considere que la inflación se resiste a bajar en USA.

Pero a lo mejor, voluntariamente o no, está iniciando el reflujo. Porque mantener el precio del dinero arriba, aunque no sirva para controlar la inflación, representa una dosis de sentido común.

Hay que superar la época de los derechos y regresar a la era de la libertades, es decir, hay que ir hacia la meritocracia

Ahora bien, no bajar el precio del dinero es sólo la estación de partida de un camino que pasa por olvidarse de la ecología y volver a la economía, por producir más bienes y servicios, por dejar de preocuparse por el planeta y volver a preocuparse por el hambre en el mundo, por reducir el tamaño del Estado y la emisión de deuda, tanto publica como privada, por volver a la era del patrón oro o de cualquier otro patrón que sirva de freno a los gobernantes que derrochan y endeudan a sus poblaciones... por un par de generaciones.

En paralelo, hay que superar la época de los derechos y regresar a la era de la libertades, es decir, a la meritocracia, a vivir con el propio dinero que generas y no con el dinero de los demás, a través del Estado.

Sí, parece un sueño pero es la línea lógica de la decisión que ha tomado hace dos días Jerome Powell y la Reserva Federal, sea o no consciente de la expectativas que abre, porque no olvidemos que, en poder, lo urgente siempre priva sobre lo importante.

De momento, lo único que sabemos es que tanto hogares como empresas como el Estado han iniciado un proceso de desapalancamiento -éste menos que aquellos, pero menos da una piedra y más daño hace- al mantener la Reserva Federal los tipos por encima del 5%. Ahora bien, tan sólo representa el inicio de un proceso... de lo más deseable.