Endesa ha cerrado el ejercicio 2024 con un beneficio neto de 1.888 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 154% respecto a los 742 millones obtenidos en 2023. Esta notable mejora responde, en gran medida, a la normalización del mercado del gas, tras el impacto negativo del laudo arbitral de Catar en 2023, y al sólido desempeño del negocio de generación renovable y comercialización, que han permitido superar sus objetivos anuales. En bolsa, tras la publicación de los resultados, la cotización de Endesa subía un 4,2%, reflejando la reacción positiva del mercado ante la fuerte recuperación de la compañía y el incremento del dividendo propuesto, pero horas después (en concreto, tras la conferencia con analistas y la rueda de prensa) bajaba un 2,7%. Quizá al mercado no le ha acabado de gustar que aún no se sepa cómo va a quedar la nueva regulación de las redes de electricidad en España o la ampliación de la venta de cartera renovable a Masdar

Los ingresos de la energética que está controlada en un 70% por la italiana Enel'', han alcanzado los 21.307 millones, lo que supone un 16% menos respecto a los 25.459 millones de 2023. Esta reducción se debe, principalmente, a la bajada de los precios del pool eléctrico y del gas, que han reducido los ingresos por ventas, aunque con un impacto limitado en la rentabilidad, gracias a la mejora de los márgenes.

El ebitda se ha disparado un 40%, a 5.293 millones, impulsado por la recuperación del margen del gas y la estabilización de los márgenes del negocio eléctrico liberalizado, lo que ha permitido una mejor gestión de costes

José Bogas, CEO de Endesa, y Marco Palermo, director financiero

 

El resultado bruto de explotación (ebitda) se ha disparado un 40%, a 5.293 millones, impulsado por la recuperación del margen del gas y la estabilización de los márgenes del negocio eléctrico liberalizado, lo que ha permitido una mejor gestión de costes, con una reducción del 7% en los gastos operativos. Además, la energética que dirige José Bogas ha mejorado significativamente su flujo de caja operativo, que se situó en 3.600 millones, reforzando su capacidad financiera y permitiendo una reducción del 11% en su deuda neta, hasta los 9.300 millones.

El resultado antes de impuestos se ha situado en 2.589 millones, lo que supone más del doble que en 2023, debido a la mejora en la rentabilidad operativa y a una menor carga financiera tras la reducción de la deuda neta.

Ahora analizaremos el desempeño por segmentos del conglomerado energético. En el área de generaciónycomercialización, el ebitda ha crecido un 45%, hasta 3.868 millones, gracias a la normalización del mercado del gas y la mayor contribución de las energías renovables. La generación renovable ha aumentado su capacidad instalada hasta los 10,1 GW (+2%), con una producción de 17,2 TWh (+1%), destacando el fuerte crecimiento de la generación hidráulica (+51%). En el negocio de distribución, el ebitda ha ascendido un 15%, hasta los 2.000 millones, beneficiándose de la actualización de los parámetros de retribución y de una mayor eficiencia en la gestión de la red. En el segmento de clientes, la comercialización de electricidad y gas resistió a la presión competitiva, con una ligera caída de los volúmenes vendidos (-5%) pero con una mejora del margen unitario, que ha permitido mantener la rentabilidad del negocio.

La deuda financiera neta ha sido de 9.300 millones, tras una reducción del 11% por la sólida generación de caja operativa de 3.600 millones, lo que ha permitido reducir el nivel de apalancamiento sin comprometer la política de inversión y la retribución al accionista (Enel estará muy feliz)

Por su parte, la deuda financiera neta de Endesa al cierre de 2024 ha sido de 9.300 millones, tras una reducción del 11% respecto a los 10.400 millones en que cerró en 2023. Este descenso se debe, principalmente, a la sólida generación de caja operativa de 3.600 millones, lo que ha permitido a la compañía reducir su nivel de apalancamiento sin comprometer su política de inversión y retribución al accionista. Si bien la reducción de la deuda neta es un punto positivo, el volumen de deuda bruta sigue siendo elevado y el coste financiero ha aumentado, lo que podría afectar la rentabilidad en un entorno de tipos altos.

En términos de sostenibilidad financiera, la compañía ha mejorado su ratio de deuda neta sobre ebitda, que ha pasado de 2,8 veces en 2023 a 1,8 veces en 2024, lo que refleja una mayor capacidad para afrontar sus compromisos financieros con los flujos de caja generados por la operación.

Por otro lado, la deuda financiera bruta ha ascendido a 13.700 millones, con un coste medio del 3,6%, ligeramente superior al 3,2% de 2023, reflejando el impacto del entorno de tipos de interés más elevados (de hecho, el BCE se ha distanciado de la Fed y lleva cuatro bajadas consecutivas). A pesar de este aumento en el coste de financiación, Endesa ha logrado optimizar su estructura de deuda, reduciendo el volumen total y asegurando una vida media de 4,1 años, lo que le proporciona estabilidad en sus compromisos financieros.

En cuanto al patrimonio neto, Endesa cerró 2024 con 5.307,9 millones, lo que supone una ligera disminución del 2,7% respecto a los 5.453,3 millones en 2023 y que está relacionada con la elevada retribución a los accionistas, ya que el dividendo distribuido en 2024 ha ascendido a 1,3177 euros por acción, con un payout del 70% sobre el resultado ordinario neto. A pesar del menor patrimonio neto, la energética ha mantenido unos sólidos niveles de solvencia, con una ratio deuda neta/fondos propios del 1,75, lo que indica que la estructura de capital sigue equilibrada y con margen para mantener su política de inversión y dividendos en los próximos años.

La deuda financiera bruta ha ascendido a 13.700 millones, con un coste medio del 3,6%, ligeramente superior al 3,2% de 2023, reflejando el impacto del entorno de tipos de interés más elevados

Endesa compra eléctricas a Acciona

 

Como conclusión, 2024 ha sido un año de recuperación y consolidación para Endesa, con una fuerte mejora de la rentabilidad por la normalización del gas, el crecimiento de las renovables y una sólida generación de caja. Sin embargo, sigue arrastrando una elevada deuda, con una carga financiera creciente por los tipos de interés, y su patrimonio neto se ha visto reducido por la política de dividendos.

El reto para 2025 será mantener la senda de crecimiento y seguir avanzando en su estrategia de transición energética sin comprometer su estabilidad financiera en un entorno de mercado cada vez más competitivo. Y para ello, está abierta tanto a inversiones orgánicas como inorgánicas (es decir, adquisiciones, justo cuando acaba de cerrar la compra de hidroeléctricas a Acciona que anunció hace unos meses, con una potencia de 626 MW y a un precio de 1.000 millones).

Y en paralelo a los resultados, se han conocido las remuneraciones de los consejeros de Endesa, que en total han ascendido a 4,152 millones. El CEO, José Bogas, que este jueves celebra su cumpleaños, ha cobrado 1,991 millones, un 6% menos que en 2023. El presidente no ejecutivo, Juan Sánchez-Calero, ha recibido 686.000 (+0,59%). Y la retribución media de la plantilla ha ascendido a 80.000 euros, un 1,27% más que los 79.000 euros percibidos en 2023.