Este viernes, Endesa ha publicado sus resultados consolidados del ejercicio 2022. Antes de comenzar con el análisis de las principales magnitudes, nos adentraremos en el maravilloso mundo bursátil para ver cómo ha reaccionado su cotización: si bien es cierto que ha aumentado en el último mes en un 0,54%, desde el pasado 17 de febrero, en vísperas de que empezara la tanda de resultados de las energéticas, ha seguido una senda descendente, no sabemos si vaticinando malos resultados o por otros motivos, ahora veremos. El precio de la acción de Endesa se ha depreciado en los últimos siete días en un 3,02% y este viernes, en el momento de realización de este artículo, presentaba una ligerísima alza (+0,24%) respecto a la del día anterior, hasta 18,58 euros (€), frente a un Ibex 35 con leve color rojo (-0,25%). Ni siquiera el aumento del dividendo a 1,5 euros (€) que propondrá a los accionistas ha recibido aplauso. Al final, ha cerrado la sesión con un alza del 0,41%, a 18,61€, mientras el Ibex ha descendido ligeramente un 0,33%. 

Los ingresos de la energética que está controlada en un 70% por la italiana Enel al cierre de 2022 han aumentado en un 57,4% respecto a 2021. Dicho incremento en la facturación se ha visto reflejado, aunque en menor medida, en la variación interanual del ebitda, capacidad de generar recursos, lo que indica que Endesa ha recibido más ingresos entre períodos aunque también ha obtenido mayores gastos de explotación. El ebitda de la energética que dirige José Bogas se ha situado en 2022 en 5.565 millones de euros (M€), un 30,1% superior a la misma cifra del año anterior, que fue de 4.278M€. La evolución favorable de esta cifra se ha traducido en un abultado incremento del resultado neto del grupo entre períodos de un 77,1%, hasta alcanzar los 2.541M€, superando en 1.106M€ el obtenido en 2021; y en un crecimiento del resultado ordinario neto del 26%, a 2.398M€. 

Los ingresos han aumentado en un 57,4% y se ha visto reflejado, aunque en menor medida, en la variación del ebitda, capacidad de generar recursos, lo que indica que Endesa ha recibido más ingresos entre períodos aunque también ha obtenido mayores gastos de explotación

Veamos si las buenas cifras de Endesa en la cuenta de resultados se traducen en liquidez y a qué se dedica la misma a través del estado de flujos de efectivo. La energética ha aumentado su efectivo en 2022 en un 23,89% respecto a 2021, pasando de 703M€ a 871M€. Sin embargo, en este caso no es oro lo que reluce. Empezamos mal, porque el grupo ha generado un flujo de efectivo de las actividades de explotación en 2022 muy inferior al obtenido en 2021, de aproximadamente 1.000M€, todo ello pese a haber obtenido un mayor ebitda entre períodos, tal y como hemos comentado.

El mayor decremento porcentual de la cifra de efectivo de dichas actividades deviene del descenso de 1.620M€ de la partida de activos financieros corrientes y de acreedores comerciales y otros pasivos corrientes por un descenso en el importe de 1.794 M€. La cifra de activos financieros, que es la que más dudas nos puede generar en cuanto a concepto, viene explicada en el apartado 46 de las cuentas anuales consolidadas del grupo y se indica que se refiere a aumentos de partidas regulatorias a cobrar pendientes de liquidación por sobrecostes del gas, es decir, nada sobre lo que debamos advertir. Por otro lado, el grupo también ha disminuido su flujo neto procedente de actividades de inversión, algo propio de la fase de expansión y crecimiento en la que está, con un incremento de sus pagos por inversiones de 5.147M€ entre 2021 y 2022. Eso sí, ha presumido de unas inversiones brutas en 2022 de 2.343M€, un 8% superiores a las de 2021, como ha destacado el director financiero, el italiano Marco Palermo, que volvió a Endesa el pasado 1 de enero. 

Tal y como indica la partida de flujos de las actividades de financiación, Endesa ha dispuesto de 3.910M€ de deuda financiera no corriente, 2.485M€ más que en 2021, y ha solicitado 4.308M€ de deuda financiera con vencimiento corriente en 2022, 2.820M€ más que en 2021

Finalmente, nos hacemos la gran pregunta, ¿cómo es posible que el grupo haya obtenido un flujo de efectivo superior en 2022 respecto a 2021 si tanto sus flujos de efectivo de explotación como de inversión han descendido? Pues como supondrán, porque se ha endeudado más en igual comparativa. Tal y como indica la partida de flujos de las actividades de financiación, Endesa ha dispuesto de 3.910M€ de deuda financiera no corriente, 2.485M€ más que en 2021, y ha solicitado 4.308M€ de deuda financiera con vencimiento corriente en 2022, 2.820M€ más que en 2021. Esperemos que la estrategia le salga bien en el futuro, porque nos preocupa un aumento tan elevado de la deuda corriente a corto plazo, veremos qué ocurre, si sale ilesa o le ahogan los elevados tipos de interés actuales. De hecho, el grupo ha visto incrementados en un 20% sus pagos por intereses en este período.

Como conclusión sobre Endesa, la energética ha aumentado sobremanera su resultado neto reportado entre 2021 y 2022 en un 77,1%. Sin embargo, la evolución de la liquidez en iguales términos comparativos no ha sido tan halagüeña. El grupo está sustentando su liquidez necesaria para afrontar sus inversiones con deuda a vencimiento tanto a largo como a corto plazo, lo que pone en riesgo la viabilidad, y más aún con la estructura alcista de tipos de interés actual, en caso de no salirle bien sus previsiones del plan de crecimiento. Y por cierto entre esas inversiones para crecer, el hidrógeno verde no es una gran apuesta: “Hoy su coste es absolutamente inviable”, ha afirmado Bogas, en la rueda de prensa con motivo de la presentación de resultados.