Teresa Ribera Rodríguez, de casada Teresa de Bacigalupo, es un personaje singular. Una feroz radical disfrazada de erudita, a la que en el sector energético, el que más la ha sufrido, se le conoce como la sandía: verde por fuera y roja por dentro.

Todos se postulan para suceder a Ribera: Arturo Gonzalo, Beatriz Corredor, Natalia Fabra o Manuel de la Rocha

Un personaje tan singular que encabezó la lista del PSOE a Europa bajo promesa que nadie le podía otorgar: es decir, si era comisaria, a ser posible vicepresidenta, se iba al Europarlamento, que es para lo que le había elegido el pueblo español. Si no, se quedaba de vicepresidenta Gobierno, que la sandía es mucha sandía como para perder el tiempo en el parlamento comunitario como si fuera una mas entre más de 700 eurodiputados vagos.

De hecho ni tan siquiera recogió el acta de eurodiputado, por si acaso, y tuvo el cinismo de asegurar, a posteriori, que ya lo había advertido a priori: mentira, no le habría votado ni Peter.

Pues bien, por fin, doña Teresa consiguió su vicepresidencia, un trágala para Ursula von der Leyen porque siempre la ha considerado lo que es: una ecologista talibán que en plena recuperación de la energía nuclear en Europa, se empeña en mantener el cierre de energía nuclear en España.

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Ahora bien, hasta diciembre no será jefaza de la Comisión Europea, y en el entretanto, inasequible al desaliento, doña Teresa no se ablanda ni un poquito y se mantiene, impertérrita, en el error.

Veamos: doña Teresa Ribera quiere a Joan Groizard, director general del IDAE e ideólogo de la Vicepresidencia verde y demográfica (esto último nunca le ha importado a Ribera, que despoblaría el mundo con tal de salvar al planeta) como su sucesor en la Vicepresidencia. Groizard es tan talibán como doña Teresa o más.

Teresa Ribera se niega a que Sánchez nombre a su sucesor hasta que no se confirme su puesto en la Comisión Europea. Y antes de marcharse dejará cerrada la renacida Comisión de la Energía (CNE), más sectaria que nunca

Más. Último regalo de 'la sandía' a todos los españoles: el nuevo PNIEC es aún más verde y más inviable que el anterior y, por supuesto, mantiene el cierre de las centrales nucleares. Cuidado con los apagones.

También quiere nombrar a su sucesor. Todos se postulan para suceder a Ribera: Arturo Gonzalo (ENAGAS), (Beatriz Corredor, REDEIA) Natalia Fabra, otra ideóloga verde o Manuel de la Rocha, director de la oficina económica de Presidencia y, de todos los citados, a pesar de su militancia socialista, el menos radical y el menos centrífugo.

Ribera intenta poner todo tipo de trabas a los actuales expertos en Energía de la CNMC: no quiere que ninguno entre en la nueva Comisión Nacional de la Energía (CNE), que estará formada por los ecologistas más sectarios que encuentre

Es más, Teresa Ribera se niega a que Sánchez nombre a su sucesor hasta que no se confirme su puesto en la Comisión Europea. Es raro que el Europarlamento vete un nombramiento de la presidenta de la Comisión pero todo es posible. Y antes de marcharse dejará cerrada la renacida Comisión de la Energía (CNE), más sectaria que nunca.

Ribera intenta poner todo tipo de trabas a los actuales expertos en Energía de la CNMC: no quiere que ninguno entre en la nueva Comisión Nacional de la Energía (CNE), que estará formada por los verdes más sectarios que encuentre... para dejarlo todo atado y bien atado.