Ribera, no se puede frenar el cambio climático sin la energía nuclear, pero ella pasa
Teresa Ribera, sin duda, la miembro más ecologista del Gobierno Sánchez, habrá disfrutado esta semana con el pánico que ha desatado el último informe de la ONU sobre el cambio climático, aunque no todo lo que le hubiera gustado dados los récords que está teniendo el precio de la luz. Eso sí, Ribera también debería escuchar a la ONU en esto otro: afirma que no se puede frenar el cambio climático sin la energía nuclear.
Recuerden que la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico sigue empeñada en cerrar los siete reactores nucleares que están operativos en España de forma progresiva entre 2027 y 2035. Eso sí, ahora mismo son inviables por los elevados impuestos que pagan (el 62% de su facturación en 2020, ojo al dato), por lo que podrían cerrar antes de tiempo y poner en peligro la seguridad de suministro. Hasta la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha advertido al Gobierno de que debería vigilar la situación financiera de las nucleares para evitar su cierre imprevisto antes de lo acordado.
La energía nuclear ha evitado que se emitieran 74 gigatoneladas de dióxido de carbono adicionales en los últimos 50 años en Europa, Norteamérica y Asia Central
Pues bien, ahora Ribera debe tener en cuenta un documento que publicó la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (UNECE), dos días después del publicado por la ONU sobre el cambio climático. Y ojo, porque advierte que la energía nuclear puede ser parte del grupo de fuentes energéticas útiles para descarbonizar el planeta y lograr los objetivos del Acuerdo de París y de la Agenda 2030, es decir, para luchar contra el cambio climático.
Y la UNECE no se queda ahí, sino que destaca que la energía nuclear ha evitado que se emitieran 74 gigatoneladas de dióxido de carbono adicionales en los últimos 50 años en la región que estudia (Europa, Norteamérica y Asia Central), una cantidad que equivale a dos años años mundiales de emisiones de CO2. De hecho, sólo la energía hidráulica gana a la nuclear a la hora de evitar emisiones en los últimos 50 años.