El Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que el gobierno, y sólo el gobierno, decide cada año es fundamental: indicia el resto de salarios y, sobre todo, supone una barrera contra cualquier explotación del trabajador. La vicepresidenta Yolanda Díaz quiere una foto con sindicatos y patronal para presumir de diálogo, cuando el SMI no es sino una imposición individual: de ella.

De entrada, el empresario no es el enemigo y hay que ayudarle a crear empleo, no economía sumergida.

Antonio Garamendi, bien y mal: no acude a la engañifa del Gobierno pero sigue sin hablar de bajar las cotizaciones sociales, que es lo suyo

Quiero decir que lo que debería reclamar la patronal CEOE son menos impuestos laborales. Ahora mismo, hablamos de un salario de 1.000 euros brutos mensuales, ojo, brutos, que obligan al empleador a pagar unas 250 euros más en cotizaciones sociales: ¿no sería mejor que el empleador no tuviera que pagar ese dinero a Yolanda y a Escrivá y se lo diera al empleado?

Ahora mismo, estamos discutiendo entre un salario mínimo: entre los 1.040 y los 1.100 euros al mes ¿Y las cuotas sociales ni se discuten?

A Yolanda Díaz se le ve el plumero: le importa un bledo el salario de los pobres, lo que le importa es su foto con patronal y sindicatos. Y encima es una grandísima mentirosa: la principal beneficiada de una subida del SMI, mientras las cuotas suban al mismo ritmo que el salario neto, es ella, Yolanda, no los suscriptores de rentas bajas.

El SMI es importantísimo. Por contra, el Ingreso Mínimo Vital (IMV), dar algo a cambio de nada, no debería ni existir: el que no trabaja que no coma

Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, bien y mal. O sea, bien porque no acude a la engañifa del Gobierno pero mal porque sigue sin hablar de bajar las cotizaciones sociales, que es lo suyo, lo propio de defensor del empleador.

Por cierto, el SMI es importantísimo, Por contra, el Ingreso Mínimo Vital IMV), dar algo a cambio de nada, no debería ni existir: el que no trabaja que no coma.

Y el asunto ya viene de muy atrás.

Sí, para conseguir el pleno empleo, además de salarios dignos e impuestos mínimos, necesitamos despido libre. Todo lo que no sea despido libre es chirigota, farsa y estafa. Y Garamendi... tampoco en este punto se entera de nada. La verdad es que la patronal española puede hacer ahora todos los aspavientos que quiera: desde que firmó la Reforma Laboral, Garamendi es prisionero del Gobierno sociopodemita... que estaba deseando que repitiera al frente de la CEOE.

En cualquier caso, que Yolanda no nos tome el pelo. Si quiere pleno empleo que anula las cuotas sociales y pague las pensiones con IVA y otros impuestos. De otra forma ocurrirá lo que ocurre desde hace lustros en España: el empresario no contrata sino cuando le resulta estrictamente indispensable.

Porque, en España, es más fácil divorciarse de la esposa que despedir al trabajador.