Talgo se ha convertido en la penúltima muestra del plan de nacionalización de empresas que está llevando a cabo el Gobierno liderado por Pedro Sánchez, un proceso que cada vez es menos encubierto. Y ojo, el socialista lo hace sin la menor protesta de la CNMV, el regulador bursátil que debe velar y defender al accionista minoritario.

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A diferencia de sus últimos tres predecesores en Moncloa (el pepero José María Aznar, que optó por privatizar grandes empresas públicas; el socialista José Luis Rodríguez Zapatero; y el pepero Mariano Rajoy), Sánchez no sólo quiere intervenir en las compañías públicas y semipúblicas, sino también hacerlo -y en altos niveles- en las privadas. Esto último lo saben muy bien en Telefónica… y el rumor que corre por la Citi madrileña es que el Gobierno ha comprado la teleco que preside José María Álvarez-Pallete por 2.000 millones de euros, al hacerse con el 10%. Eso sí, desde Moncloa se vende que lo hacen para proteger a Telefónica, tras la entrada de los saudíes.

La operación de entrada en el capital de Talgo no sólo incluye a Moncloa y al Gobierno vasco, sino también a Sidenor, la siderúrgica que preside el ingeniero bilbaíno José Antonio Jainaga -cercano y afín al PNV-, como socio industrial... y se mantiene la incógnita de qué hará Criteria Caixa

En el caso de la futura entrada en el fabricante ferroviario, se habla de colaboración público-privada para esconder el intervencionismo del Gobierno y también de protección de una empresa estratégica. Recuerden que Moncloa vetó la OPA del consorcio húngaro Ganz-Mavag por el 100% de Talgo, una oferta por nada más y nada menos que 619 millones de euros, y lo hizo aludiendo a un informe del CNI (en el que al parecer los espías alertaban de la conexión rusa). Tampoco dudaron en recurrir al fabricante de trenes checo Skoda (pese a estar en pérdidas), que no puso dinero encima de la mesa sino una oferta de fusión; lo que les obligó a contactar con su matriz (PPF Group) para que pusiera dinero… y así de paso forzar a Criteria Caixa a entrar en el capital de Talgo. Nada de esto salió como Sánchez pretendía ni tampoco los intentos por parte del PNV de que el fabricante ferroviario vasco CAF aceptara entrar en Talgo. Por ello, ahora la operación no sólo incluye a Moncloa y al Gobierno vasco, sino también a Sidenor -siderúrgica que preside el ingeniero bilbaíno José Antonio Jainaga, cercano y afín al PNV- como socio industrial. Los inversores han sonreído ante el interés de la siderúrgica vasca, haciendo que Talgo encadenara tres días de subidas en su cotización (algo que ha terminado este viernes, cuando su acción desciende un 0,9%). También Carlos Cuerpo, ministro de Economía, Comercio y Empresa, ha aplaudido el interés de “empresas efectivamente solventes, de marcado carácter industrial y nacionales”, como Sidenor, a pesar de lo mucho que el Gobierno del que forma parte postuló por Skoda en su día.

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Desde el fabricante ferroviario que preside Carlos de Palacio y Oriol y tiene como CEO a Gonzalo Urquijo se ha informado de que han recibido el interés de Sidenor en “la adquisición total o parcial del capital social”. En concreto, Jainaga se plantea comprar el 29,9%… para evitar la obligación de lanzar una OPA por el 100% de Talgo, y a un precio inferior al que ofrecieron los húngaros (el cual alcanzó los 5 euros por acción), mientras que el Gobierno Sánchez y el Ejecutivo vasco adquirirían un 10% (a través de la SEPI y del fondo vasco Finkatuz, respectivamente), alcanzando entre los tres casi el 40% del capital sin lanzar una OPA por el 100%, como avanza El Economista, lo que supone que los tres están dispuestos a fastidiar al accionista minoritario… y lo harán sin que la CNMV diga nada. Todo sea para proteger a “una empresa estratégica”, ya saben, aunque no es más que un paso hacia adelante dentro de la nacionalización de compañías por parte de Sánchez.

Jainaga se plantea comprar el 29,9%… para evitar la obligación de lanzar una OPA por el 100% de Talgo, y a un precio inferior al que ofrecieron los húngaros, mientras que el Gobierno Sánchez y el Ejecutivo vasco adquirirían un 10%. Así, entre los tres alcanzarían casi el 40%

Por cierto, curiosamente, el 40% del capital de Talgo con el que se harían Sidenor, Gobierno Sánchez y Ejecutivo vasco equivale a la participación que ahora tiene Pegaso Transportation International. Se trata de la sociedad que es propiedad en un 63% del fondo británico Trilantic, en uno 20,3% de la familia Oriol y en un 7,5% de Torreal (la compañía de inversión de la familia Abelló). De esta forma, en solitario, Trilantic controla algo menos del 30% de Talgo, unos 40 miembros de la familia Oriol poseen algo más de un 7% y los Abelló tienen un 3%. Sin embargo, hasta el momento sólo se conoce que el fondo británico quería irse sí o sí del fabricante ferroviario al que se incorporó en 2006, no lo que pretenden hacer los Oriol y los Abelló.

El plan de SEPI, Gobierno vasco y Sidenor ha sido aplaudido por UGT, que considera que podría aportar estabilidad laboral y promover las necesarias inversiones para acometer el proyecto industrial que la compañía necesita en el medio y largo plazo. El sindicato que lidera Pepe Álvarez ha destacado que “las condiciones laborales que tiene en la actualidad el grupo industrial Sidenor están a la vanguardia del sector siderúrgico, por lo que valoramos la importancia para el conjunto de los trabajadores y trabajadoras de Talgo de la posible entrada del grupo siderúrgico, ya que da opción a mejorar las condiciones laborales actuales de la plantilla”. Además, UGT ha considerado que “la entrada de socios industriales con capacidad de inyección económica, junto a las Administraciones, puede dotar de capacidad financiera a la compañía para ampliar la base industrial en nuestro país, así como garantizar la empleabilidad de toda la plantilla y el mantenimiento de los centros de trabajo actuales”. 

El plan de SEPI, Gobierno vasco y Sidenor ha sido aplaudido por UGT, que considera que podría aportar estabilidad laboral y promover las necesarias inversiones para acometer el proyecto industrial que Talgo necesita

Y por cierto, en el entretanto, se mantiene la incógnita de qué hará Criteria Caixa. El holding inversor que preside Isidro Fainé y que tiene como CEO a Ángel Simón puso bastante resistencia inicial a la petición de Sánchez de entrar en Talgo porque no conocen el sector ferroviario y hasta ahora han invertido en otros, y también hay que tener en cuenta su plan estratégico. Eso sí, a principios del mes pasado, la resistencia se había suavizado un poco y se hablaba de que podrían contemplar dicha entrada, siempre y cuando hubiera un socio industrial. Ahora, continúan arrastrando los pies para evitar unirse al accionariado de Talgo o, al menos, para estar presente con lo menos posible si al final toca ceder a la petición del intervencionista Gobierno.