Hasta el progre brasileño Lula apuesta por la nuclear, Sánchez debería tomar nota / Foto: Pablo Moreno
Pedro Sánchez debe de tomar nota del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, a quien vio hace dos semana en la Cumbre del G20 celebrada en Río de Janeiro. Y es que hasta el progre Lula apuesta por la nuclear, pues se ha autorizado la extensión de la vida útil del reactor Angra 1 otros 20 años, hasta los 60, por lo que podrá operar hasta el año 2044, como informa Foro Nuclear.
Brasil tiene dos reactores y otro en construcción que estará operativo en 2030, que generan el 3% de la electricidad del país y están controlados por el Estado: antes por Eletronuclear, que pasó a la Empresa Brasileira de Participações em Energia Nuclear e Binacional SA (ENBPar), y que es dueña del 64,095%; y Eletrobras tiene un 35,901%. Angra 1 entró en operación comercial en 1985, es un reactor de agua a presión (llamado PWR, como seis de los siete españoles -es decir, todos, excepto Cofrentes-) y forma parte del complejo Central Nuclear Almirante Álvaro Alberto (CNAAA). Fue adquirido en forma de “llave en mano” a Westinghouse, compañía estadounidense cuya tecnología está presente en cinco reactores españoles (todos menos los de Cofrentes y Trillo); su melliza es la central nuclear de Krško en Eslovenia; comenzó su operación comercial en 1985 (como Cofrentes); cuenta con una potencia de 640 megavatios (MW) y genera energía para abastecer a una ciudad de 2 millones de habitantes.
En Brasil, la nuclear genera energía que equivale a más del 30% de la luz que consume el estado de Río de Janeiro y el porcentaje se elevará al 60% cuando empiece a operar Angra 3
En enero de 2023, Angra 1 (en la imagen de la izquierda) batió su récord mensual de generación de energía al producir 485.033 megavatios hora (MWh). Brasil también cuenta con otros reactores tipo PWR: Angra 2 (de tecnología alemana de Siemens/KWU -hoy Areva NP-), con 1.350 MW de potencia; y se está construyendo Angra 3, que contará con 1.405 MW. El Plan Energético Nacional (PNE 2030) de Brasil apuesta por ampliar la oferta energética y destaca la necesidad de construir nuevas centrales nucleares en las regiones Nordeste y Sudeste. Actualmente, la nuclear genera energía que equivale a más del 30% de la luz que consume el estado de Río de Janeiro y el porcentaje se elevará al 60% cuando empiece a operar Angra 3.
La extensión de la vida útil de Angra 1 y el proceso de construcción de Angra 3 se enmarca en un contexto de renacimiento nuclear en el mundo, que también se está viendo en las últimas cumbres del Clima. En la COP28 del año pasado en Dubai (EAU), 22 países (Bulgaria, Canadá, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos, Eslovaquia, Eslovenia, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Ghana, Hungría, Japón, Marruecos, Moldavia, Mongolia, Países Bajos, Polonia, Rumanía, Reino Unido, República Checa, Suecia y Ucrania) firmaron una declaración comprometiéndose a triplicar la potencia nuclear de cara a 2050. Más tarde se sumaron otros tres: Armenia, Croacia y Jamaica. Y en la reciente COP29 celebrada en Bakú (Azerbaiyán), se han añadido otros seis países: El Salvador, Kazajstán, Kenia, Kosovo, Nigeria y Turquía. Por cierto, la COP30 del próximo año se celebrará… en Brasil, una buena ocasión para que este país se una a la declaración que ya han firmado otros 31, aunque ya da pasos a favor de la nuclear, como se ha podido ver con la extensión de la vida útil de Angra 1.
En paralelo, se ha conocido una reunión entre Lula e Ignacio S. Galán, presidente ejecutivo de Iberdrola, donde este último ha reafirmado el compromiso de la eléctrica con el país, donde opera su filial Neoenergia. No hablaron de energía nuclear, a pesar de que Iberdrola es accionista de seis de los siete reactores españoles (todos menos Ascó I), pero sí de inversiones por unos 7.000 millones de euros hasta 2028 en redes eléctricas y energías renovables.