El problema no es que el Estado entre en Telefónica, Naturgy, Talgo o Indra: el problema es que el Sanchismo entra para controlar el 100 por 100 con el 10%
Uno de los más conocidos empresarios españoles aseguraba recientemente que él prefería al Estado a los fondos de capital-riesgo que controlan el mundo. Bueno, si vamos a elegir entre Guatemala y Guatepeor cualquier cosa cabe pero lo cierto es que la actualidad empresarial española se rige por el hecho de que Pedro Sánchez pretende recrear el antiguo Instituto Nacional de Industria (INI) pero con tintes mucho más sectarios que los de los tiempos de la Transición, cuando aún existía banca pública.
El ejemplo prototípico del nuevo INI viene de atrás: lo representa la máxima responsable de la red eléctrica Española (REDEIA), Beatriz Corredor, una de las gestoras más indocumentadas de todo el IBEX y cuello de botella de, precisamente, las energías renovables pero, eso sí, amiga personal de don Pedro Sánchez Pérez-Castejón
Porque claro, el problema no es que el Estado entre en Telefónica, Naturgy, Talgo o Indra: el problema es que entra el Sanchismo... para controlar el 100 por 100 con tan solo el 10% del capital. Y con él entran los gestores, que, con las correspondientes excepciones, no se guían por sus conocimientos sino por su ideología y, por su lealtad, no a sus accionistas, trabajadores y clientes, sino a La Moncloa.
Y el segundo problema no es que el Estado controla redes (Enagás, Redeia, Hispasat) o empresas de Defensa o Seguridad (Indra)... todo eso sería hasta lógico. Las infraestructuras en manos del Estado no son malas, incluso pueden constituir el mejor de los sistemas: las carreteras del Estado y los coches que circulan por encima de ellas. El problema es que el actual Gobierno español pretende controlar carreteras y coches, todos los servicios básicos del ciudadano.
Y el problema no es que el Estado controle redes (Enagás, Redeia, Hispasat) o empresas de defensa o seguridad (Indra): el problema es que quiere controlar todos los servicios básicos del ciudadano, es decir toda la información privada de los españoles
A eso únase el principal peligro del nuevo INI de Sánchez: el Estado fiscal-policial que está creando la vicepresidenta primera y titular de Hacienda, María Jesús Montero, un Estado de verdadera persecución fiscal contra el ciudadano, al que permanentemente se le suben tasas, impuestos y cotizaciones sociales... naturalmente en nombre de la solidaridad con los vulnerables.
Porque la información que poseen de los ciudadanos las empresas de servicios -desde las eléctricas a las suministradoras de agua, pasando por las gaseras- podrá ser utilizada contra el ciudadano por parte de un Estado presente en el capital y en los consejos de los productos básicos, hoy conocidos, con nuestra estúpida tendencia al anglicismo, como 'comodities'.
Ejemplo real: alrededor del sector eléctrico se ha creado en España una extensa red de estafas. Sí, esas llamadas que usted recibe de quien dice pertenecer a la plantilla de su suministrador eléctrico o de gas, y que sabe dónde vive usted, conoce su contrato y hasta su número de cuenta bancaria. Imagínense toda esa información, que ya obra en manos de muchos estafadores, en poder de 'Marisu' Montero, al frente de un gobierno fiscalmente voraz, cuyos tentáculos lidera la hoy vicepresidenta primera.
Además, con el Estado fiscal-policial que está creando Marisu Montero, la información que poseen las empresas de servicios -desde la electricidad al agua- podrá ser utilizada contra el ciudadano. Ejemplo: alrededor del sector eléctrico se ha creado ya en España una extensa red de estafadores que poseen todos nuestros datos, hasta los bancarios
En cualquier caso, Sánchez pretende controlarlo todo. La política, los medios informativos y también las empresas. Se presenta siempre como el salvador, en Telefónica frente a los árabes de STC, en Naturgy para detener a los voraces fondos, en Talgo para detener a los húngaros. Siempre hay una excusa, a veces de peso, pero excusa. Y, de paso, como es el salvador, controlar el 100 por 100 con una inversión del 10%. Porque, encima, el tipo es tacaño y porque ya se sabe que el dinero público vale diez veces más que el privado... para una buen socialista.
Y como colofón colocar lo que Iván Redondo, el invento defenestrado, llamaba la 'smart people', sustituta de la vieja 'beautiful People'.
El ejemplo prototípico del nuevo INI no es nuevo: lo representa la máxima responsable de la Red Eléctrica Española (REDEIA), Beatriz Corredor, una de las gestoras más indocumentadas de todo el IBEX que ha convertido a la red eléctrica en cuello de botella de, precisamente, las energías renovables pero, eso sí, amiga personal de don Pedro Sánchez Pérez-Castejón.