La semana pasada surgía la noticia de que el Banco Santander iba a amortizar su emisión de bonos perpetuos, antes de finales del presente año. Eran los bonos dirigidos a los suscriptores de la ampliación de capital del Banco Popular, en 2016. Bonos que podían ser adquirtidos por los accionistas del Popular con un interés del 1%, a cambio de no emprender acciones legales contra el Santander. El banco presidido por Ana Botín emitió 981 millones de euros en bonos perpetuos, con un interés del 1%.

Pocos días después, conocíamos que la Fiscalía solicitaba 6,5 años de cárcel para el expresidente Angel Ron, por presunta falsificación de cuentas en la ampliación de capital de 2016... ¡aprobada por un Consejo que acudió a esa misma ampliación nada menos que con un 20% del total, 500 millones de euros! O sea, que los consejos presididos por Ángel Ron, no sólo engañaron al inversor sino que se engañaron a sí mismos. Al parecer, eran malísimos pero, además, eran idiotas: se estafaban a sí mismos. Todo eso en la instrucción del caso Popular, cuyo juez instructor ha sido José Luis Calama, es un despropósito.

Pero volvamos a los bonos. ¿Por qué Ana Botín amortiza ahora la emisión de bonos para accionistas del Popular? Quizás porque el Santander considera que ya ha compensado el hecho de que sus acciones valieran cero o el hecho de haber comprado un banco solvente (no lo digo yo, los dicen los peritos del Banco de España y hasta el gobernador durante el periodo de autos, Luis María Linde) por un euro. 

Ahora bien, la cosa tenía trampa. un 1% no es como para tirar cohetes, menos en 2017. Además, con esta maniobra, respaldada por los propios activos del Popular, el Santander mejoraba su ratio de recursos propios de primera categoría: casi como capital puro y duro y a un tipo de interés inferior a la rentabilidad por dividendo: un chollo. 

Ahora bien, los bonos perpetuos se pactan al comienzo, y el 1% de rentabilidad vencía este año. A partir del 1 de enero, el Santander tendrían que haber desembolsado el 7%... así que ha decidido amortizarlos. Ahora, para compensar el asunto, tendrá que ir al mercado... y este le pondrá más condiciones pero, al menos, no tendrá que pagar el sobreprecio.