Apenas semanas después de que el grupo Santander planteara una reducción de su presencia en Reino Unido (reducción, no venta) ahora se plantea algo parecido en Polonia, donde adquirió uno de los bancos más importantes del país (Zachodni WBK... que después fusionó con otro que compró, Kredyt Bank). Y lo más curiosos es que, tanto en el Reino Unido como en Polonia, el Santander gana dinero y le ha costado mucho consolidarse.

De todas formas tanto uno como otro caso representan parte de la nueva estrategia de Ana Botín. La presidenta del Santander participa de una convicción cada vez más extendida entre los banqueros: Europa ya no vende. Ahora las grandes entidades están pensando en EEUU como tierra de promisión. Un mismo sentimiento que aflora en no pocos segmentos del viejo continente. En cualquier caso, Ana Botín está llevando a cabo una revolución tranquila en el Santander. Ha aprendido del pasado y ahora no quiere cambios bruscos, que también en ese pasado le traen malos recuerdos. Sus parámetros de actuacición van a ser los siguientes: menos banca presencial y más banca digital. De hecho, sus grandes expansiones del momento, EEUU y México, son expansiones de estilo Openbank, cuando no del Openbank propiamente dicho.

Segundo parámetro: menos banca al por menor y más banca al por mayor. En los pasillos de la central, en Boadilla del Monte, se habla de banca de inversión, pero debemos entenderlo como una mezcla entre esa banca de inversión propiamente dicha y la banca corporativa. Porque, al igual que Botín ha dejado de creer en la banca presencial, tampoco cree en la banca al por menor, que siempre ha sido la especialidad de la casa, pero que, sin embargo, cada día deja menos margen.

Pero, insisto, revolución lenta.