El 17 de junio de 2022 el Santander anunció el nombramiento de Héctor Grisi como nuevo consejero delegado del Grupo, en sustitución de José Antonio Álvarez, en el cargo desde que Ana Botín destituyera a Javier Marín y le nombrara CEO, el 25 de noviembre de 2014. Casi una década -con el paréntesis Orcel incluido- al frente del primer banco español, que llegó a su fin el 1 de enero del presente ejercicio… pero con matices importantes, porque Álvarez seguirá ligado, en cierta manera, al día a día de la entidad.

Así consta en el informe anual de remuneraciones: “Con efectos desde el 1 de enero de 2023, José Antonio Álvarez ha firmado un contrato de asesor estratégico de Grupo Santander en virtud del cual, entre otras cosas, contribuirá a la transición derivada del nombramiento del nuevo consejero delegado, incluyendo su asistencia al comité ejecutivo de riesgos, el desempeño de labores institucionales de representación e interlocución en relación con los supervisores, organismos internacionales, organizaciones sectoriales y otras instancias”.

Para empezar, llama la atención el silencio deliberado, tanto de Ana Botín como de Grisi y del propio Álvarez, acerca de este contrato cuando se les ha preguntado por el futuro papel del exCEO en la entidad. Porque, aun sin conocer hasta qué punto influirá en las decisiones del comité ejecutivo de riesgos, por cierto, uno de los más decisivos de cualquier entidad financiera, también del Santander, va a cobrar más que como vicepresidente no ejecutivo del Grupo.

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Concretamente, 1,7 millones de euros, más los seguros de vida y salud, “así como el complemento que venía percibiendo como consecuencia de la renuncia a la prestación de fallecimiento e invalidez”, señala el informe.

Asimismo, resulta muy llamativo que este nuevo contrato se haga en virtud de una transición que comenzó, o al menos así creíamos, el 17 de junio de 2022. El propio Álvarez, a preguntas de Hispanidad, aseguró en octubre que el mexicano estaba participando en la elaboración del nuevo plan estratégico 2023-2025 y que los nombramientos que se estaban anunciando entonces habían sido consensuados con él, lógicamente.

Al parecer, seis meses no han sido suficientes para traspasar los papeles al nuevo CEO. Y, en cualquier caso, lo que sí parece es que Álvarez, de momento, es insustituible al cien por cien, en el Santander.

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