Fernando Restoy, exsubgobernador del Banco de España y actual director del Instituto de Estabilidad Financiera, órgano clave en el Banco Internacional de Pagos de Basilea (BIS), nos sorprendía con unas palabras, rotundas, pronunciadas en el curso APIE de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de Santander: aseguraba Restoy -lunes 19 de junio de 2023- que el modelo de intervención del Banco Popularregalado por un euro al Santander fue, "sin duda", el adecuado.  

Y esto es bello e instructivo, porque el Popular fue intervenido por la JUR europea meses después de que Restoy se incorporara al BIS pero antes, en marzo de 2016, el entonces subgobernador llamó a la sede de Cibeles a Ángel Ron, presidente del Popular. Testigo de la reunión: el entonces gobernador, Luis María Linde, superior directo de Restoy.

Fuentes del entonces consejo del Banco Popular vieron que su presidente, Ángel Ron, estaba lívido al regresar de Cibeles. Naturalmente le rodearon para que contara lo ocurrido... y así se lo transmiten hoy a Hispanidad.

Restoy convocó a Ron en la sede del Banco de España y le dijo que, ante las nuevas exigencia de capital, debía fusionarse con el Santander. No dio ningún argumento. Simplemente, era una orden. Estamos a comienzos de 2016 y Ana Botín llevaba año y medio al frente del banco cántabro. Nada más llegar había tenido que afrontar una ampliación de capital de más de 7.000 millones de euros y no podía permitirse lanzar una nueva sin peligro de fracaso.   

Pues bien, Ron le responde a Restoy que ni de broma, que no quiere fusionarse con el Santander porque el banco de los Botín es mucho más grande y menos rentable que el Popular. Restoy visiblemente enfadado, abandona la reunión y el presidente del Popular se queda a solas con el gobernador, Luis María Linde. Cuál sería su sorpresa cuando el jefe de Restoy le dice que ha hecho muy bien en negarse a la operación y tras informarse de si el Popular puede hacer frente a las ampliaciones de capital que exigen el Gobierno de Madrid y el Banco Central Europeo, el Popular puede asumirlas. La respuesta es positiva, como así ocurrió. Y entonces llega el golpe: Linde asegura a Ron que el que realmente tiene problemas para seguir atrayendo capital es el Santander. Insisto, hablamos de marzo de 2016. Para aquel entonces, quizás casualidad, quizás no, ya había comenzado la labor del mexicano Antonio del Valle para hacerse con el control del Popular.

En otras palabras, que Restoy proponía  algo supuestamente bueno para el Popular cuando el que lo necesitaba era el Santander.

Y miren por donde, 15 meses después resulta que el Popular, con la excusa de una presunta crisis de liquidez, aireada falazmente por su propio presidente, Emilio Saracho, utilizando a la prensa, es intervenido por la JUR de Elke König, con nocturnidad y alevosía, y entregado al Santander por 1 euro. 

Al Santander esto le supuso la posibilidad de realizar una ampliación de capital que tanto necesitaba, Ojo, no para cubrir capital en el Popular sino en el Santander. Negocio redondo, para el Santander y para Emilio Saracho.

Restoy insiste en que la intervención del Popular era necesaria para sentar ejemplo de cómo deben intervenirse un banco quebrado: que los depositantes cobren o los accionistas y bonistas pierdan todo su dinero. Y así debe ser con los bancos quebrados... sólo que el Popular no estaba quebrado. Es decir, que la intervención del Popu fue un robo. Eso sí, un robo perfectamente legal.

Pues bien, hay que tener caradura: ahora, como ya hemos informado en Hispanidad, Fernando Restoy afirma, en el incomparable marco de la Universidad de Verano Menéndez Pelayo, que el sistema de intervención del Popular fue el más adecuado. Tan adecuado, que Europa no ha vuelto a intentarlo en parte alguna. Probó en Italia, con El Monte de Pascua de Siena y los italianos les mandaron a freír espárragos. Además, si hay una banca endeble desde hace décadas son los bancos regionales alemanes, pero Berlín no permite que Europa ponga sus manos encima. Si tiene pérdidas ya las enjuagan los propios alemanes. Pero España es diferente.

En cualquier caso, no es casualidad que durante la comisión parlamentaria convocada para estudiar el Banco Popular, el ya exgobernador, Luis María Linde, dejara bien claro que el Popular no tenía problema de liquidez y su actitud fue la de hombre que deja claro que, si por él fuera, el Popular no se habría intervenido jamás.

Menos mal que Fernando Restoy dirige ahora la mecanismo de estabilidad, precisamente de estabilidad, del banco de bancos centrales.

País cainita... Me refiero a España.