The Walt Disney Company celebra este año su centenario, pero el cambio al ideario progre y su último invento (la ideología woke) no funciona y sigue lastrando sus resultados. En su último año fiscal, cerrado el pasado 30 de septiembre, ha bajado el beneficio neto un 25%, pesa a elevar ingresos un 7%.

La multinacional de ocio y entretenimiento, como bien saben, hace tiempo que ya no es lo que era y que sus contenidos han dejado de ser inocentes teniendo en cuenta que una gran mayoría se dirige a los niños para convertirse en un medio de adoctrinamiento (o corrupción de menores, como la denomina Santiago Abascal, líder de Vox). Recuerden que la factoría de Mickey Mouse es una fiel seguidora de los postulados del Nuevo Orden Mundial (NOM), que se resumen en ideología de género (feminismo y homosexualismo, a los que se suman el tema trans y los personajes no binarios) y en ateísmo (mucho panteísmo, ocultación de Dios, negación de lo espiritual e incluso da protagonismo al demonio y normaliza el satanismo), y ahora también es su propagadora a través de sus contenidos en series, películas y nuevas versiones de sus clásicos. Y en muchas ocasiones lo hace demostrando bastante falta de ideas y demasiada necedad: recuerden la última Sirenita afrodescendiente, la nueva Blancanieves hispana y sus inclusivos enanitos o la versión en carne y hueso de la película animada Hércules (donde el actor afroamericano Michael B. Jordan y el ‘blanco’ Taron Egerton suenan para representar al protagonista masculino y la cantante Ariana Grande para interpretar a Megara). 

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Disney ha tenido un beneficio neto de unos 2.202 millones de euros en su último año fiscal, lo que supone un 25% menos que en el ejercicio anterior. Esto se debe a que el negocio de las plataformas de streaming sigue en pérdidas (-2.443 millones), así como los cargos de reestructuración tras el plan de reducción de costes anunciado hace unos meses y que ha incluido 7.000 despidos (3,6% de la plantilla).

Todo ello, a pesar de que los ingresos han crecido un 7%, hasta 83.148 millones. Por segmentos, los que más han aportado han sido entretenimiento (+3%) y experiencias (+16%), seguidos a bastante distancia por deportes (-1%). También hay que tener en cuenta las subidas de precios y el crecimiento de suscriptores en las plataformas de streaming Disney+ (+7 millones, hasta superar los 150 millones), Hulu (ya alcanza los 48,5 millones) y ESPN+ (cuenta con un total de 26 millones), aunque la suma de las tres sigue sin arrebatar el trono a Netflix (247,15 millones) en un entorno de elevada competencia en el sector. Busca crecer este negocio y para ello quiere unificar las plataformas Disney+ y Hulu, primero en EEUU, un movimiento que recuerda al realizado en Warner Bros Media (la fusión entre HBO Max y Discovery+ en una nueva plataforma denominada Max). Recientemente, ha anunciado la compra del 33% de Hulu que aún no controlaba a Comcast por unos 8.124 millones, en virtud de un acuerdo de 2019 que recogía que el mayor proveedor de televisión por cable de EEUU podría pedir a Disney que se hiciera con su participación... y así ha sucedido. Además, Disney también imitará a HBO en otro aspecto: la cesión de algunos de sus contenidos a Netflix.  

Dentro de la apuesta por cuatro oportunidades de crecimiento y del pulso que tuvo hace meses con el inversor activista Nelson Peltz no es baladí el nombramiento de Hugh F. Johnston como nuevo director financiero: aterriza desde PepsiCo, donde trabajaba desde 1987 y le ganó el pulso a Peltz

El CEO de la factoría de Mickey Mouse, Bob Iger, se ha mostrado bastante optimista y ha señalado que Disney+, Hulu y ESPN+ serán rentables para el fin del año fiscal 2024. Iger ha dado por terminada la crisis y los ajustes, y habla de expansión. De hecho, ve alcanzar la rentabilidad significativa y sostenida en streaming como una de las cuatro oportunidades de crecimiento, las otras tres son: convertir a ESPN en la principal plataforma de deportes digitales, mejorar la producción y la economía de los estudios de cine e impulsar el crecimiento del negocio de Experiencias. Dentro de esta estrategia y del pulso que tuvo hace unos meses con el inversor activista Nelson Peltz no es baladí el nombramiento de Hugh F. Johnston (62 años) como nuevo director financiero: este aterriza desde PepsiCo, donde trabajaba desde 1987, estaba al frente de las finanzas desde 2010 y le ganó el pulso a Peltz (recuerden que este último es un multimillonario estadounidense nacido en una familia judía, amigo de Donald Trump y Rupert Murdoch, y consuegro de David y Victoria Beckham).