Joan Batalla, presidente de Sedigas, pide “avanzar en los mercados de capacidad” para que los ciclos combinados tengan una adecuada retribución acorde a su carácter estratégico
La Asociación Española del Gas (Sedigas) está de aniversario y celebra su 50ª reunión anual en el Museo Nacional Reina Sofía. Un gran evento y escenario donde Joan Batalla, presidente de Sedigas, ha destacado la apuesta por “hacer compatibles los objetivos de descarbonización con la competitividad económica” del sector energético, el industrial y el de la movilidad. Y para ello, “hay que avanzar en los mercados de capacidad”, es decir, en una adecuada retribución para los ciclos combinados de gas, como ya exigió hace poco más de 11 meses en la 49ª reunión anual.
Batalla ha señalado que los ciclos son “el garante de la seguridad de suministro eléctrico en España” y la tercera tecnología de contribución eléctrica (aportó el 17,3% en 2023, frente al 15,5% de media los últimos diez años) y tienen “carácter estratégico”. De hecho, tanto en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) inicial como en su revisión se contemplan 26.612 MW de ciclos.
Por todo ello, la adecuada retribución de los ciclos es esencial para garantizar su viabilidad y en dicho camino se debe materializar de “forma rápida” la normativa que permita el despliegue de los mercados de capacidad. Los ciclos combinados ahora funcionan a un ciclo de operaciones muy distinto del que fueron diseñados y del mínimo de 4.000 horas al año que realizaban, pues lo hacen “con arranques y paradas cuando no bastan las renovables para garantizar el suministro”, lo que incrementa sus costes operativos, ha explicado Batalla, sin embargo, “sin los ciclos es imposible garantizar la seguridad y la fiabilidad del sistema eléctrico”. Por ello, la patronal gasista exige mercados de capacidad que estén basados en la neutralidad tecnológica y el mercado, y urge que se materialicen como retribuciones o ayudas públicas a las tecnologías que estén disponibles para funcionar en cualquier momento.
La demanda industrial ha crecido un 3,8% en 2023, a 169,7 TWh, y “se está recuperando pero aún está por debajo de los niveles anteriores a la crisis energética de 2022”. Entre enero y mayo de este año, ha subido un 4%; y entre mayo de 2023 y mayo de este año se ha situado en 177 TWh
Batalla también ha referido algunos datos del sector gasista español, que en 2023 tuvo una demanda de 325,5 teravatios-hora (TWh), un 10,7% menor a la del año anterior por un invierno menos frío y la menor demanda para generación eléctrica (-30,7%) y porque “2022 fue excepcional por el parón nuclear en Francia y otros aspectos”, pero “ha sido superior a la media de los últimos diez años”. En el caso de la demanda industrial, ha crecido un 3,8% en 2023, a 169,7 TWh, y “se está recuperando pero aún está por debajo de los niveles anteriores a la crisis energética de 2022” que surgió con el inicio de la guerra de Ucrania y también influye que “se ha incorporado la eficiencia energética a los procesos”; asimismo, entre enero y mayo de este año, ha subido un 4%; y entre mayo de 2023 y mayo de este año se ha situado en 177 TWh. Es decir, la demanda industrial de gas en España aumenta, mientras que “hay ralentización a nivel europeo”. Además, en 2023, se han registrado récord de exportaciones de gas, alcanzando los 53,3 TWh (+24%), y las terminales españolas han totalizado 22 TWh de los buques con recargas de gas natural licuado (GNL).
Por su parte, Naiara Ortiz de Mendíbil, secretaria general de Sedigas, ha subrayado que el sector tiene una “apuesta decidida por el futuro” con los gases renovables (biometano, hidrógeno verde y otros gases sintéticos). Considera que estos son una “pieza clave” para una transición energética “justa, sostenible y asequible” y también “una apuesta circular que permite cohesionar el territorio”.
Al respecto del biometano, ha recordado que es “una tecnología madura” y donde España tiene un potencial para sustituir cerca del 50% de la demanda de gas... y el 13% de la demanda de gas europea. Hay muchas peticiones de conexión, pero falta regulación (por ejemplo, la circular de acceso y conexión de la CNMC) y también hay que agilizar el ‘permitting’ de los proyectos y apostar por el de las autonomías más avanzadas (como el de Cataluña) y las ayudas a los proyectos. Así, podría incrementarse el número de plantas que inyectan biometano a la red (actualmente nueve -Valdemingómez, Elena, UNUE, Torresantamaría, Bens, La Galera, Biolvegas, Can Mata y BioVo-), frente a las más de 350 de Francia, y que han aportado 248,6 gigavatios-hora (GWh), el 0,1% de la demanda de gas. “En los próximos años podría haber 200 proyectos más, pero Francia ha ido a velocidad de crucero y España no se puede quedar atrás”.