Este martes, en el marco de la 49ª reunión anual, la Asociación Española del Gas (Sedigas) ha pedido una adecuada retribución para los ciclos combinados, cuya demanda se disparó un 52,6% en 2022 para la generación eléctrica (aportando el 25% del total, el porcentaje más elevado desde 2010) y “sin ellos no se hubiera podido garantizar el suministro eléctrico en los meses de verano”, ha señalado Joan Batalla, presidente de Sedigas. Además, ha pedido actualizar los objetivos de gases renovables y un marco regulatorio estable.

ciclo combinado, gas natural

 

2022 fue un año “complejo, de enorme volatilidad de precios y una tendencia alcista que ha condicionado la demanda”, ha explicado Batalla. Al mismo tiempo, destacó el posicionamiento de España gracias a una “infraestructura resiliente y moderna de almacenamiento y regasificación que nos hizo afrontar la crisis energética sin peligro de seguridad de suministro”, una extensa red de 100.000 kilómetros y diversificación de proveedores (19 países, y liderados por primera vez por EEUU, seguido de Argelia, Nigeria y Rusia). Además, “por tercer año consecutivo, el peso del gas natural licuado (GNL) ha seguido subiendo frente al gas natural”, ha añadido Batalla, y recuerden que el GNL cuesta más del doble que el gas natural que llega vía gasoducto y se ha convertido en un gran negocio para el país de Joe Biden.

La demanda total de gas descendió un 3,7%, por debajo de la media de la Unión Europea y otros socios comunitarios (-13% en Alemania). Dentro la demanda, la convencional cayó un 10,6%, sobre todo por el descenso de la industrial, ha señalado la secretaria general de Sedigas, Naiara Ortiz de Mendíbil, y también por condiciones meteorológicas más favorables. Y al mismo tiempo, la demanda para generación eléctrica se disparó un 52,6%, por lo que Batalla ha referido que se debe seguir reconociendo el papel de los ciclos combinados en la revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), porque son claves para garantizar el suministro ante el despliegue masivo de energías renovables intermitentes. Por ello, de cara a la reforma del mercado mayorista (‘pool’ de electricidad), piden los mecanismos de capacidad que garanticen la viabilidad de los ciclos combinados.

Joan Batalla y Naiara Ortiz de Mendíbil, presidente y secretaria general de Sedigas

 

El sector gasista es clave en la descarbonización de la economía y este año podemos estar algo más tranquilos respecto a los precios, que viven una senda decreciente frente a 2022 y “los futuros apuntan a 35.36 euros/MWh en el tercer trimestre”, ha señalado Batalla. Además, los almacenes subterráneos españoles ya tienen un nivel de llenado del 97%, y los del resto de Europa están al 75%, lo que hace “estar relativamente tranquilos para el siguiente invierno”.

“Los gases renovables son fundamentales en la descarbonización”, ha referido Ortiz de Mendíbil, y además una oportunidade de país. La Comisión Europea fija un objetivo de 35 bcm (35.000 metros cúbicos) para el caso del biometano y de 20 toneladas para el hidrógeno renovable, pero para su avance es imprescindible “un marco regulatorio estable”, ha apuntado la secretaria general. En el caso de España, la Comisión Europea apunta un objetivo de un 13% de biometano (4,1 bcm) de sustitución de la demanda de gas natural, bastante en línea con la solicitada por el sector (un mínimo de un 10%). Para la patronal gasista estos dos gases renovables son “una apuesta con eficiencia en costes frente a otras opciones”: en biometano, España tiene un potencial para sustituir el 45% de la demanda de gas, y no requiere inversión en infraestructura ni en ningún tipo de adecuación de los equipos de industrias y viviendas; mientras que en hidrógeno verde (que a día de hoy aún no es rentable) sí se deben hacer inversiones en red y capacidad transfronteriza de interconexión para irlo incorporando a la red gasista.