A Siemens Energy le quedan menos excusas que hace unos meses para chantajear a España, tras conocerse los resultados de su primer trimestre fiscal (octubre a diciembre). Y es que ha ganado 1.582 millones de euros, frente a los números rojos de hace un año, tras vender el 18% de su filial india a su matriz (Siemens), y Gamesa ha reducido sus pérdidas a casi la mitad.

La división energética del gigante industrial alemán aún no ha detallado los ajustes de 400 millones que anunció hace poco más de dos meses, tras cerrar el ejercicio fiscal 2023 con unos números rojos de 4.588 millones. En esto puede haber contribuido que Pedro Sánchez haya cedido al chantaje, como gran amigo de las multinacionales que es, y en el Foro de Davos, tras reunirse con el presidente y CEO de Siemens Energy, Christian Bruch, señalara que ayudará con dinero público español a salvar Gamesa, “una de nuestras empresas bandera y referente europeo en el sector eólico”. Dicha ayuda se sumaría a la del Gobierno alemán, que garantizará 7.500 millones de un total de 12.000 millones de garantías (y de estos, 11.000 millones se darán a través de un consorcio de bancos).

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En este contexto, tampoco hay que olvidar las distintas maniobras que ha realizado Siemens en los últimos años con sus filiales. Desde hace unos meses, apuesta por el ‘método Enron’ al volver a traspasar parte de su participación en Siemens Energy a su fondo de pensiones... y ojo, emplea a 320.000 personas en todo el mundo. Así ya sólo controla el 17,1% de su división energética, por lo que notará aún menos la crisis provocada por los problemas de la eólica terrestre de Gamesa. Una apuesta que llega tras la que hizo hace unos años por el ‘esquema Villalonga’ (el que aplicó Juan Villalonga cuando presidía Telefónica, bajo el principio infundado y anglosajón de que la suma de las partes vale más que el todo): le salió bien con la filial de dispositivos médicos (Siemens Healthineers), pero no tanto con la filial energética... y menos con la crisis en el fabricante de aerogeneradores antes español y ahora alemán, que desde que cambió de manos ha ido de mal en peor.

Para Bruch ha sido un primer trimestre “sólido” y “alentador”, pero siguen con el foco puesto en “resolver los problemas de calidad en nuestro negocio eólico terrestre (en concreto, en las turbinas 5.X y 4.X) y aprovechar al máximo el potencial de crecimiento para el resto de la empresa

Siemens es dueño del 35% de Siemens Energy y este a su vez es propietario ya del 92,72% de Siemens Gamesa y persigue llegar al 100%

 

Volvamos a los resultados de Siemens Energy en su primer trimestre fiscal. Los ingresos han aumentado un 12,6%, a 7.649 millones, en especial por el negocio de Grid Technologies (productos y soluciones innovadores para la transmisión de energía). Por su parte, los pedidos han crecido un 23,9%, a 15.400 millones, elevando la cartera de pedidos a un nuevo récord de 118.000 millones. O sea, tiene carga de trabajo para unos cuantos años. Y el beneficio neto se ha situado en 1.582 millones, lejos de las pérdidas de 598 millones de hace un año, por la venta del 18% de la filial india a Siemens por 2.100 millones y también por la reducción de pérdidas en Gamesa (su resultado ha pasado de -759 millones a -426 millones).

Para Bruch ha sido un primer trimestre “sólido” y “alentador”, pero siguen con el foco puesto en “resolver los problemas de calidad en nuestro negocio eólico terrestre (en concreto, en las turbinas 5.X y 4.X) y aprovechar al máximo el potencial de crecimiento para el resto de la empresa”. En Gamesa, han visto crecer los pedidos de empresas de eólica marina y de servicios, mientras los de eólica terrestre se han reducido más de la mitad por la interrupción temporal de las ventas de las turbinas 4.X y 5.X. Eso sí, no se espera que haya sobrecostes para solucionar los problemas de calidad citados y la cifra se mantiene en 1.600 millones. Además, Bruch ha confirmado las previsiones de alza de ingresos (3-7%)y de margen de beneficios antes de extraordinarios (entre -2% y +1%) para el conjunto del ejercicio fiscal, que cerrará con unas pérdidas de 2.000 millones.