Siemens ha recibido tirón de orejas en bolsa (su cotización cae un 5,70%), tras bajar ingresos y beneficio en su primer semestre fiscal -octubre a marzo-. Parece que le ha salido mal su caradura en Siemens Energy y también se ha castigado la actitud de esta última en Gamesa, donde ha despedido al CEO y ha anunciado ajustes de plantilla, pero sin concretarlos.

Recuerden que el gigante industrial alemán apostó hace unos años por el ‘esquema Villalonga’ (el que aplicó Juan Villalonga cuando presidía Telefónica, bajo el principio infundado y anglosajón de que la suma de las partes vale más que el todo). Esto le ha ido mucho mejor con la división de dispositivos médicos Siemens Healthineers que con la energética (Siemens Energy)... y no digamos nada desde que esta última decidió hacerse con la española Gamesa y convertirla en alemana al 100%.

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Ahora su apuesta va más por el peligroso ‘método Enron’, llamado así por la energética estadounidense que protagonizó una de las mayores bancarrotas en 2001: se revelaron pago de sobornos y tráfico de influencias para lograr contratos y técnicas contables fraudulentas (como el ‘maquillaje’ de pérdidas con el resultado de subsidiarias) que hundieron la cotización y provocaron la quiebra, muchos ejecutivos fueron acusados de cargos y condenados a prisión, y hubo pérdidas milmillonarias para accionistas y empleados (perdieron tanto en pensiones como en precio de las acciones). Y en el caso de Siemens cabe recordar que con la crisis de Gamesa y su impacto en Siemens Energy, decidió mover parte de su participación en la división energética al fondo de pensiones y pasar a controlar sólo el 17,1% del capital.

A pesar de todo esto, en su primer semestre fiscal, se ve que le ha salido mal la estrategia. Los ingresos se han estancado respecto a los de hace un año, situándose en 35.574 millones de euros, debido a que los aumentos en sus negocios de movilidad, infraestructuras inteligentes y tecnología médica no han compensado el descenso en el digital (-9%, a 9.068 millones). Asimismo, la entrada de pedidos ha disminuido un 8%, 42.749 millones.

Su presidente y CEO, Roland Busch, presume de que el grupo “demostró su resiliencia con un sólido desempeño de ingresos en infraestructura inteligente, movilidad y 'software' industrial; esto casi compensó la demanda actualmente apagada en el negocio de automatización de industrias digitales

Por su parte, el beneficio neto del gigante industrial ha bajado un 10,7%, a 4.421 millones, dentro de esta cifra destaca el desplome del 41,5% en el segundo trimestre fiscal (enero a marzo), a 2.031 millones, por el impacto de la reversión parcial del deterioro de la participación en Siemens Energy. Eso sí, su presidente y CEO, Roland Busch, ha presumido de que el grupo “demostró su resiliencia con un sólido desempeño de ingresos en infraestructura inteligente, movilidad y software industrial; esto casi compensó la demanda actualmente apagada en el negocio de automatización de industrias digitales”. Además, de cara al conjunto del ejercicio fiscal ha confirmado sus previsiones y confía en que “las tensiones geopolíticas no seguirán aumentando”.

A la vista de esto, el ‘método Enron’ le fue bien en el primer trimestre fiscal, pero no tanto en el segundo. Y ojo, no sólo habrá ajustes (incluidos en plantilla) en Gamesa, sino que también recortará en perímetro, porque Siemens ha aprobado la venta de Innomotics, fabricante de motores eléctricos y grandes accionamientos, a KPS Capital Partners por 3.500 millones.