"El sector público podría promover viviendas públicas en el mercado hasta saturarlo y hacer bajar los precios"
“MERLIN es el sueño de crear una inmobiliaria “fetén”. Ismael Clemente (Valencia del Mombuey, Badajoz, 1970). Un sueño que se ha hecho realidad, añado yo, porque MERLIN Properties es una de las Socimis más potentes del mercado. Su nombre hace referencia al mago y poderoso consejero del Rey Arturo, y también “a los promotores que trabajábamos en MAGIC Real Estate, germen de la Socimi, una forma de autoempleo para salir del paro tras quedarnos sin trabajo en 2012”.
De eso han pasado 9 años y, ahora, en el segundo de pandemia, Ismael Clemente dice que, lo que ocurra en los mercados tendrá que ver más con la epidemiología que con la economía. “El daño cerebral del ahogado dependerá del tiempo que se le haya obligado a estar sumergido sin respirar”.
Reconoce que MERLIN Properties lo ha pasado mal en 2020 pero, “casi todo el impacto viene de las políticas de protección adoptadas en los centros comerciales y en los locales de comercio y restauración de los bajos de los edificios”.
Y es que, el equipo que gestiona esta Socimi decidió, “y así nos comprometimos”, aplicar bonificaciones en el alquiler a sus inquilinos. “Hemos adoptado una postura práctica porque, hoy en día, un centro te lo cierra el Gobierno amparado en un estado de alarma, la Comunidad Autónoma, el Ayuntamiento, incluso, hasta la Junta de Distrito”.
Dice que no es amigo de las ayudas económicas directas “ni para nosotros ni para nadie” y confiesa que ‘reza’ para que la Ley de Vivienda se decante del lado de Ábalos y no del de Iglesias porque “hemos podido comprobar, en nuestras carnes, y con el ataque a las Socimis, el inmenso poder que atesora Podemos en el Gobierno”.
A la pregunta de qué es lo que más le preocupa de este 2021, contesta: “la sensación de estar en manos de terceros de los que no sé si me puedo fiar”.
Pero, de lo que si se fía Ismael Clemente es de su memoria y de los recuerdos de lugares y momentos asociados a canciones de Metallica, Led Zeppelin, Scorpions, Paco de Lucía o Burning. “Me pasa como con los buenos vinos, que me acuerdo con quién me tomé cada uno y dónde lo hice”.
-¿Me puede resumir, en un párrafo, la historia de MERLIN Properties desde 2014, cuando nació?
MERLIN es el sueño de crear una inmobiliaria “fetén”, patrimonial, cotizada e ibérica a partir del capital obtenido en un momento idóneo para invertir en España y Portugal que, prudentemente gestionado junto con su deuda, nos permitió adquirir activos de alta calidad (2014-2018), integrar compañías centenarias como Testa o Metrovacesa (2015-2016), desinvertir la parte no estratégica (2016-2018) e invertir en la reforma, reconversión y mejora de la cartera existente (2018-2021) hasta llevar una colección irrepetible de activos ultra-prime a su óptimo de calidad.
-Merlín… ¿del mago Merlín?
Sí, el nombre es una broma de Pablo Paramio, un analista de Credit Suisse, que llamaba así en clave al proyecto de salida a bolsa, en referencia a que los promotores trabajábamos en MAGIC Real Estate, lo que daba lugar a muchos juegos de palabras con temática “mágica”… Nos pareció divertido y no somos de gastar mucho en consultores para una compañía B2B que, al no tener que conectar con el consumidor sino con profesionales, no necesita mucha imagen, sino calidad de producto y servicio. Por cierto, que MAGIC salió por casualidad en 2012 al no poder inscribir en el Registro “Meridional de Adquisición y Gestión de Inmuebles Comerciales” y recurrir a su acrónimo… Como digo, somos poco de gastar en detalles accesorios. El logo nos lo diseñó una amiga alemana a cambio de un fin de semana en Portugal…
Me preocupa la morfina de los bancos centrales que mantiene sedados a los mercados de deuda
-MAGIC Real Estate fue el germen originario del actual MERLIN Properties. ¿Por qué dio el salto a la Socimi?
Porque MAGIC fue una forma de autoempleo para salir del paro tras quedarnos sin trabajo en DB en 2012, pero con nuestros medios limitados solamente podíamos hacer asesoramiento de fondos internacionales para invertir en inmuebles y gestionarlos. Teníamos muy buenos clientes, como Brookfield, Blackstone o el propio DB, pero echábamos de menos volver a tomar nosotros las decisiones, en vez de recomendarlas y perder el control de su aprobación, o no poder determinar el timing de desinversión.
-¿Qué significó la compra de Testa en su momento?
Un enorme salto cuantitativo y cualitativo para una compañía joven como MERLIN a la que el mercado aún miraba con cierto recelo por la falta de trayectoria previa. Nos permitió llegar al liderazgo en España en oficinas, incorporar excelentes profesionales a nuestra plantilla y aumentar la base de centros comerciales urbanos y logística (que era clave para el futuro de convergencia entre comercio online y offline que augurábamos). También vinieron hoteles y una magnífica cartera residencial, que desinvertimos.
-Me dicen que usted ‘sabe leer los mercados y oler las burbujas’. ¿Qué le dicen ahora los mercados? ¿Y… olisquea algo inquietante en estos momentos?
Qué más quisiera yo… Lo único que es verdad es que llevo mil años en esto del inmobiliario y he visto y vivido muchas situaciones, productos, ciclos y países. Manteniendo viva la curiosidad, de todo se aprende. Hoy en día me preocupa la completa descorrelación entre resultados empresariales y valoraciones bursátiles, especialmente en EE.UU. y en tecnológicas o cualquier cosa que se le parezca (Tesla). Me preocupa también la morfina de los bancos centrales que mantiene sedados a los mercados de deuda, a todos, pero en particular a soberanos y high-yield, y que no augura nada bueno cuando se retire, sobre todo si una recuperación de la inflación trae un ajuste de tipos, aunque sea con decalaje para que los estados y las empresas mejoren su balance, que parece ser la idea…
-MERLIN Properties no lo ha pasado bien en 2020. ¿Cuál ha sido el impacto en números?
No puedo dar cifras concretas hasta presentar resultados el día 26, pero saldrán bastante en línea con lo que transmitimos al mercado a mediados de marzo, cuando empezó este desastre. Nos van a faltar unos 70 millones de rentas netas por las bonificaciones y, aunque dijimos que a nivel de flujo de caja serían unos 60, al final será algo mejor. Casi todo el impacto viene de las políticas de protección adoptadas en los centros comerciales y en los locales de comercio y restauración de los bajos de los edificios. En oficinas hemos crecido un poquito en rentas pese a perder un pelín de ocupación por los lanzamientos y en logística nos ha ido muy bien, estamos arriba en rentas y ocupación, es un sector muy potente en estos momentos. Ha dado sus frutos el ser una compañía diversificada y con activos de gran calidad.
Las expropiaciones encubiertas manifiestan la incapacidad de un Gobierno para hacer políticas públicas
-Bank of América dice: “Una golondrina no hace verano, pero puede cambiar el sentimiento”. En su previa del sector real estate europeo para el 2021, señala a MERLIN Properties, la única de todo el informe cuya recomendación ha saltado de 'infraponderar' a 'comprar'.
Como decía al principio somos una compañía joven. Llevamos años en los que muchos analistas se plantean si las decisiones que tomamos serán acertadas, sobre todo si son originales o novedosas, pues no contamos con el beneficio de la duda que crean muchos años de trayectoria o un nombre tradicional. A esto se añade a veces una cierta simplicidad de análisis, que en muchos casos lleva a atribuir valor cero o un fuerte descuento a alguna categoría de activos que se enfrenta a retos estructurales o coyunturales. Ahora está siendo así con los centros comerciales (por amenaza a su cuota de mercado del comercio electrónico, más estructural que coyuntural) y con las oficinas (por una especie de consenso guay sobre la maravilla del teletrabajo, que salvo para alguna profesión concreta veo más coyuntural que estructural).
Sin embargo, haces una nave logística de cartón piedra y casi la vendes… Nuestra respuesta frente a estos fenómenos es seguir nuestro camino e intentar combatir la superstición con ciencia, dando datos sobre nuestra actividad a diestro y siniestro, sean buenos o no (estamos sometidos a ciclos), e intentando explicar que este es, por definición, uno de los negocios más resistentes del mundo y por eso miles de ultra-ricos lo usan como depósito de valor para su ahorro o para los patrimonios que quieren asegurarse de que lleguen hasta sus descendientes. En el caso de Bank of America, el analista ha sido siempre muy crítico con nosotros, pero ha ido viendo con el paso del tiempo que suministramos información de calidad, que no solemos decir grandes tonterías y que el modelo de negocio de la compañía es bastante resiliente, por mucho que no pueda ser inmune a los problemas de la economía, que afectan a los inquilinos.
-¿Cómo se va a recuperar de esta crisis el sector inmobiliario?
Como se ha recuperado de todas. Si el lío con el calendario de vacunación y las nuevas cepas acaba por convertir en una auténtica recesión lo que hoy es un parón económico, ajustando ocupación y rentas hasta alcanzar un nuevo punto de equilibrio y recomenzando al alza desde ahí. A veces es necesario acompañar este ajuste de inversión para reconvertir activos que sufran por obsolescencia o cambios de mercado, como pasó en su momento con los supermercados con galería, que se reconvirtieron en centros, o las mini-naves que hubo que tirar y transformar en logística XXL.
-Bonificaciones en el alquiler a sus inquilinos de centros comerciales, locales de calle y hoteles ¿las va a mantener?
Ese ha sido nuestro compromiso con los inquilinos de centros y bajos comerciales desde el principio de la pandemia y el respeto a la palabra dada es la base de nuestra filosofía como empresa. Y eso que el fenómeno de la dispersión del poder nos hace mucho daño: hoy en día un centro te lo cierra el Gobierno amparado en un estado de alarma, o la Comunidad Autónoma, o el Ayuntamiento o hasta una Junta de Distrito que sea capaz de mandar un coche con luminosos azules a pedir que bajen las persianas los locales. Desgraciadamente, no le podemos pedir a nuestros inquilinos que distingan si el que te conmina a cerrar puede hacerlo o se extralimita, así que hemos adoptado una postura práctica y les ayudamos aunque el cierre sea dudoso. Es el problema de una administración pública elefantiásica que ha de justificar su existencia haciendo como que hace…
Me preocupa la completa descorrelación entre resultados empresariales y valoraciones bursátiles
-¿Es partidario de que el Gobierno dé ayudas directas como piden algunos sectores?
No me gustan las ayudas económicas de ningún gobierno, ni para nosotros ni para nadie, pero es verdad que España, por sus limitaciones financieras por el nivel de deuda sobre PIB en el que se ha metido, es de los países que menos ayudas directas ha podido dar durante la pandemia. Para poder darlas, habría que haber entrado en superávit en 2015 y haber llegado a esta crisis con un 80% de deuda sobre PIB, 20 puntos por encima de como llegó Alemania, pero aún aceptable. En esas condiciones, el Gobierno hubiese podido ejecutar muchas más políticas sociales y anticíclicas, pero tal como hemos llegado las limitaciones han sido enormes. Y debemos dar gracias a Dios por la ayuda recibida del BCE, que si no…
-¿Estaremos a la cabeza de la recuperación como dice Bruselas?
La economía española es bastante flexible y ha dado pruebas sobradas de capacidad de adaptación en circunstancias muy difíciles. Si no nos empeñamos en rigidificarla, sabremos salir de esta poco a poco. No sé si será una salida rápida, pero sí intensa, porque teniendo en cuenta que nuestra caída ha sido mayor que la de nuestros vecinos por el doble impacto del cierre en producción y turismo, hay que recuperar más.
-¿Qué opina de la Ley de Vivienda que prepara el Ejecutivo? ¿De qué lado se va a decantar el texto, del de Ábalos o del de Iglesias? Ya sabe, desahucios, control del alquiler o que bancos y fondos destinen el 30% de sus viviendas al alquiler.
No tengo ni idea, pero rezo para que se decante del lado Ábalos, que es una persona capaz y que vendría a representar la línea socialdemócrata, aunque hemos podido comprobar en nuestras carnes con el ataque a las Socimis el inmenso poder e influencia que atesora Podemos en el Gobierno, porque Escrivá o Calviño no son menos capaces y en muchas ocasiones les han impuesto al final su criterio. Las expropiaciones encubiertas son una manifestación de la incapacidad de un gobierno para hacer políticas públicas, de forma que traslada injusta y arbitrariamente al sector privado la carga de lo que no es capaz de hacer. El sector público podría promover viviendas públicas en el mercado hasta saturarlo y hacer bajar los precios, pero eso implica una organización de medios de producción de la que, desgraciadamente, no es capaz, por mucho que lo intenta desde hace tiempo. Se anuncian los programas, que tienen sentido, se hace la cartelería y las noticias de prensa, pero luego no se construye nada. En esa situación, bastaría con asociarse con el sector privado mediante esquemas de colaboración público-privada, que no es nada nuevo para el PSOE, pero la desconfianza respecto del sector privado de sus socios se lo impide.
-Los fondos buitre, ¿son tan buitres como se dice?
Unos más y otros menos. A los de Blackstone, que han cargado siempre con el sambenito de fondo buitre prototípico, les conozco bien y observan comportamientos mucho más éticos que los que seguramente observarían quienes les critican a muerte, ya hemos visto lo que hacen algunos en cuanto ganan algo de dinero. Son más un gigantesco inversor institucional de corte oportunista (que también hacen falta) que un fondo buitre sin alma como se les caricaturiza. Pero es un debate perdido. Acabarán aburridos, se irán de España y las consecuencias las veremos a largo plazo. Todavía recuerdo cuando estábamos con el levantamiento de fondos para la salida a bolsa y los inversores especializados en inmobiliario, que muchos están también en infraestructuras, nos echaban en cara el palo que les había metido el PP con las primas de renovables. Es posible que nos costase levantar un tercio menos de dinero para el IPO que si hubiésemos sido de algún país serio…
Debemos dar gracias a Dios por la ayuda recibida del BCE, que si no…
-¿Cómo ha afectado a MERLIN el cambio fiscal de las Socimis? ¿Ha sido más algo cosmético que efectivo?
Nos ha afectado de dos formas: primero, nos ha costado dinero provocando confusión entre la comunidad inversora (también en la nacional), que se sumaba a las perspectivas negativas para la economía que creó el Covid, y segundo reduciendo nuestro margen futuro de actuación en comparación con nuestros competidores internacionales, que pueden decidir sin castigo fiscal alguno de sus gobiernos si en un determinado año van a dar más o menos dividendo para adaptarse a lo que ocurra en el mercado. Nada de esto es baladí, pues el inversor tiene mil opciones, de geografía y de producto, y la más mínima generación de desconfianza puede mover flujos importantes de dinero de un sitio a otro. Desde un punto de vista numérico, nosotros ya veníamos distribuyendo todo nuestro beneficio neto cada año, cumpliendo con el papel que se le supone a una Socimi “de verdad”, cotizada en el Continuo, como instrumento de ahorro, por lo que el efecto será mínimo, pero nos reduce margen de maniobra si, por ejemplo, en años como este quisiéramos retener caja para deuda bajando el dividendo.
-¿Qué va a ocurrir en los mercados este 2021?
Pues desgraciadamente depende más de la epidemiología que de la economía, porque el daño cerebral del ahogado dependerá del tiempo que se le haya obligado a estar sumergido sin respirar. Yo soy optimista y tiendo a pensar que esta es una crisis causada por un factor exógeno que, a diferencia de una guerra o un enorme desastre natural, no ha resultado ni en destrucción de capacidad instalada, ni de infraestructuras, ni ha metido una dentellada a la parte productiva de la pirámide de población. Además, hemos contado con la ventaja de una rápida reacción de los bancos centrales, hay una liquidez en el sistema nunca vista, no hay graves excesos de apalancamiento (en especial en nuestro sector) y las tasas de ahorro de las familias están en máximos, lo que augura un inmediato repunte del consumo y de la adquisición de bienes duraderos cuando la situación lo permita. Todo ello con independencia de la desgracia que ha supuesto la pérdida de vidas entre quienes de verdad construyeron este mundo después de la Guerra Civil o la Segunda Guerra Mundial y nos han permitido vivir como reyes y poder darnos el lujo de hacer yoga, tener mascotas, deprimirnos, indignarnos, poner todo a parir o plantear rupturas sociales y regionales que no son más que caprichos de una sociedad acomodada que tiene bien cubierta, diga lo que diga, la base de la pirámide de Maslow.
-¿Por qué invertir en una Socimi? En la suya mejor, claro
Porque es una forma extraordinariamente eficiente y líquida, desde el punto de vista de costes y simplicidad de ejecución de compra y venta, de tener una parte de tus ahorros invertidos en inmobiliario patrimonial y recoger anualmente una renta que puede utilizarse para complementar ingresos, irte de vacaciones o invertir más y construir un colchón para el futuro.
-Y ¿qué va a ocurrir con la Operación Chamartín o Madrid Nuevo Norte?
Que seguirá su curso, ajena a esta crisis, porque como toda gran transformación urbana está pensada para convivir con varios ciclos y adaptarse a ellos a lo largo de varias décadas. No sólo eso, sino que ya ha demostrado que es todo un proyecto de país, concebido por un partido de izquierdas, adoptado inteligentemente por una coalición de partidos de centroderecha que evitaron la tentación de hacer tabla rasa, como tantas veces, y tutelado por un gobierno nacional de centroizquierda, a través de uno de sus organismos clave de gestión de infraestructuras.
El cambio en la fiscalidad de las Socimis nos ha costado dinero porque ha provocado confusión en los inversores
-¿Sigue sin tener cuenta personal en Twitter, Facebook o Instagram?
Sigo sin ellas. Y sigo sin cacharros de Apple. Y cogiendo solamente taxis blancos y rojos. Y esforzándome cada día para superar la pereza y comprar tratando físicamente con alguien que tiene un empleo digno, aunque no haya tanta variedad de producto como en la red y sea menos “cómodo”. Como economista, no me gustan los monopolios. También sigo peleando con mis hijos para que usen las piernas para ir a por una hamburguesa en vez de hacer que se la traiga un pobre señor con una situación laboral precaria. Y sigo pidiendo que en MERLIN no se hagan contratos que no sean indefinidos, incluso para posiciones básicas o empleados recién salidos de la universidad. Me formé con los jesuitas y soy un firme creyente en una sociedad más justa; pero por si acaso a alguno de los que viven de vender humo se le dibuja una sonrisa antes de tiempo, ese concepto de justicia social poco o nada tiene que ver con el que pueda venirle bien para que le voten a un tipo sin escrúpulos que ha medrado pegando carteles en una organización jerárquica regida por la “omertà” hasta llegar a tener un empleo que le permite una vida que no podría ni imaginar si tuviese que destacar por sus méritos reales…
-Usted forma parte del top ten de los directivos que más cobran del Ibex 35. ¿Se lo imaginaba cuando empezó en Arthur Andersen?
No, claro que no. En Arturo empecé con un sueldo de unos 14.000 euros brutos anuales al cambio, poco más de lo que ganaba como alférez de IMEC. Currábamos como leones y para sacar 40-50 horas facturables a la semana había que meterle cerca de 100 reales, incluyendo por supuesto fines de semana. Nos sentíamos invencibles cuando empalmábamos dos días sin dormir, sobrehumanos si eran tres o cuatro… En banca de inversión la vida siguió siendo así por muchos años, pero a partir de VP empecé a ganar bien y a ahorrar para el día en que saliese el “The End” en la película. Lo que no podía imaginar es que acabaría trabajando en este formato cotizado y con mi nómina publicitada “urbi et orbi” por influencia de la cultura anglosajona, donde es positivo y un acicate para quienes empiezan o quieren progresar. Aquí no se entiende igual y encima te obligan a informar de cantidades astronómicas basadas en el hipotético cumplimiento íntegro de los planes de negocio que dan lugar a los incentivos, y por los valores teóricos en el momento de establecimiento de la prima (en nuestro caso, por ejemplo, las acciones a 12,77 euros). Las cantidades diferidas, a efectos de retención, de planes anteriores se suman en el momento en que se cobran, con lo que yo ya sé que con los importes pendientes de los planes que terminaron en 2016 y 2019 voy a seguir saliendo en los papeles este año y el que viene… En realidad, después de renunciar a todos los incentivos tras la eclosión del Covid, hoy en día solamente cobro mi fijo, que está muy bien, pero no se parece en nada a las cifras del imaginario colectivo, que encima fantasea en foros de internet con la idea de que un ejecutivo top cobra en “paraísos fiscales” cuando mi declaración de la Renta se puede hacer a boli…
-¿Qué fue la operación ‘CovidChain Robots’?
Una oportunidad de echar una mano al inicio de la pandemia, pensando que la clave del control de la enfermedad sería el testeo masivo de personas para confirmar positivos lo antes posible (para evitar contagios) o simplemente como prevención. Dimos por casualidad con un grupo maravilloso que tenía un proyecto de adquisición de robots de testeo americanos fabricados en China y sin darle muchas vueltas nos tiramos a comprar los cuatro primeros, que fueron dos a Madrid y dos a Barcelona, y a juntar socios para un segundo envío de otros trece, que se distribuyeron regionalmente por el Instituto de Salud Carlos III.
Lo mejor de todo es que empezó como un proyecto personal entre Miguel Ollero y yo y se acabaron sumando todos nuestros compañeros del equipo directivo y dos tercios de la plantilla de la empresa, cada uno con lo que buenamente pudo. Luego se enteró el Consejo y dijo que se utilizasen también fondos corporativos y en vez de los cuatro robots que queríamos traer acabamos trayendo ocho y porque no nos dejaron regalarle el noveno a la Guardia Civil…
Una sólida formación técnica te permite parar, pero para templar y mandar hay que tener un buen día o haber nacido
-¿Qué le ha quitado el sueño en 2020 y que es lo que más le preocupa de este 2021?
Con la mano en el corazón, lo que más me ha quitado el sueño en 2020, y lo digo literalmente pues han sido muchos momentos de insomnio, es cómo hacer para estar a la altura, cómo ser capaz de aportar una solución cuando todos la pedían, qué leer y con quién consultar para tener toda la formación y experiencia necesarias para lidiar con una situación como la que se nos presentó y para la que sería una idiotez decir que estaba preparado. La universidad no te puede formar para saber qué hacer en situaciones así, aunque es verdad que te da herramientas de conocimiento que te permiten reaccionar intuitivamente para organizar una primera línea de defensa y ganar tiempo para pensar. En términos taurinos una sólida formación técnica te permite parar, pero para templar y mandar hay que tener un buen día o haber nacido, o ambas cosas a la vez, y no digamos para cargar la suerte una vez que has sido capaz de hacer de la necesidad virtud…
En 2021 lo que más me preocupa es la sensación de estar en manos de otros, de terceros de los que no sé si me puedo fiar. De la OMS, de la UE, de los gobiernos, de las comunidades autónomas, de la política. La recuperación económica depende, por desgracia, más de la sanidad que de los propios mecanismos de ajuste del sistema económico. Y si nuestros clientes continúan sufriendo, al final ese problema se nos traslada a nosotros, que somos una mezcla entre sector secundario (por nuestra actividad de promoción) y terciario (por los arrendamientos), por lo que prestamos servicios a los demás sectores y dependemos de su salud.
Me ayuda y me consuela saber que no estoy solo. Cada vez que veo el nivel del comité de dirección los lunes, cada vez que hablo con mis compañeros, curtidos en mil batallas y con espectacular capacidad y experiencia, cada vez que David Brush nos aporta su visión basada en situaciones parecidas a esta en Asia, sé que pase lo que pase nos las ingeniaremos para salir airosos y hasta reforzados de esta desgracia.
-Un lugar, una canción, un libro para relajarse es…
Buuuf, tengo mil recuerdos de lugares y momentos asociados a canciones, me pasa como con los buenos vinos, que me acuerdo con quién me tomé cada uno y dónde. De pequeño no pude viajar mucho, así que de mayor he hecho lo que he podido, sobre todo navegando, y siempre con música.
Recuerdo por ejemplo Na Clara en Mallorca escuchando baladas de rock (Metallica, Led Zeppelin, Scorpions) al atardecer con los pies en el agua, con mi familia; recuerdo una tarde en Essaouira con el spi arriba a nueve nudos pasando al lado de un pesquero marroquí que ya recogía el trasmallo al ritmo del Hell’s Bells de AC/DC; un amanecer en Toulon saliendo de puerto de vuelta encontrada con un submarino francés que emergió a proa, con Van Morrison; cruzar la meta de la ARC en Rodney Bay y bañarnos en bolas al son de Entre Dos Aguas de Paco de Lucía con la tripulación de un catamarán rival japonés mirando atónita; una encalmada sobrecogedora de noche cerrada junto a la isla de Alborán con Private Investigations… La vida son momentos y la música ayuda a vivirlos. Mi sueño sería algún día pillar un través de 25 nudos con un maxi escuchando Sultans of Swing de Dire Straits…
Tengo otros mil momentos asociados a canciones míticas conduciendo por carreteras secundarias en España, camino de rincones maravillosos, mi otra gran pasión. Si voy solo, me encanta Burning, aunque también aprovecho para escuchar flamenco. Si viene mi mujer, no faltan nunca Los Secretos o Sabina y en plan romántico le pongo un directo de Wonderful Tonight de Eric Clapton que le gusta mucho. Si viajo con mis hijos, las chicas son de Seguridad Social, Nacha Pop y Hombres G y los chicos aguantan de todo, desde flamenco a pop o rock español, ya sólo se sorprenderán cuando les ponga cosas más cañeras tipo Rosendo, Villareal o Robe Iniesta.
En materia de lectura, mis libros no son muy recomendables, pues aparte de los clásicos españoles (Galdós, Cela) me gusta la literatura de ambiente rural y naturaleza (Delibes, Sender) y sobre todo la historia de la primera mitad del siglo XX, hasta el punto de devorar libros sobre la Guerra Civil Española de todo tipo, más centrado siempre en la parte militar, donde me “trago” hasta diarios de campaña en lenguaje administrativo castrense para tratar de entender de primera mano cómo fue aquello, que ojalá no se repita nunca. Sin embargo, lo último que he leído no tiene nada que ver con esto y ha sido bastante sencillito: “Primavera Extremeña”, de Julio Llamazares.