Héctor Grisi, CEO de Banco Santander, reconoció este martes que no ha mantenido ningún contacto con el Gobierno para hablar o discutir sobre el impuesto especial a la banca, que Carlos Cuerpo, ministro de Economía, aspira convertir en permanente. Eso es muy significativo -hablamos del primer banco español y uno de los más grandes de Europa- y confirma que Moncloa sólo habla con las grandes multinacionales, a las que, a ellas sí, les pone la alfombra roja y lo que haga falta.

Al mexicano no le gusta el gravamen, como se pueden imaginar, pero rechazó llevarse negocios fuera de España, como sí amenazó Bankinter, si finalmente sale adelante. “España es tremendamente importante para nosotros, somos un banco español y no tenemos ninguna cosa de sacar negocio de España”, afirmó este martes, durante la presentación a la prensa de los resultados hasta septiembre. “Queremos seguir creciendo en España”, sentenció.

Eso sí, la entidad que preside Ana Botín tomará medidas si se aprueba el impuesto. “Haremos todo lo que se tenga que hacer para que esto no suceda”, señaló Grisi. De momento, hay que esperar a ver la propuesta del Gobierno y si el impuesto permanente continúa recayendo sobre los ingresos y no sobre el beneficio. Por cierto, el banco recuerda que en los nueve primeros meses abonó 4.246 millones de euros en impuesto sobre beneficios, un 13% más, lo que supone una tasa fiscal efectiva del 29%. “Los bancos ya pagamos suficientes impuestos”, resaltó Grisi.

Un dato significativo: a la chita callando, el Santander redujo la plantilla en España en 686 empleados desde septiembre de 2023, hasta los actuales 24.160 trabajadores. El número de oficinas también menguó, en 49, hasta cerrar septiembre con 1.832 sucursales. El caso es que el CEO no aclaró si el banco va a continuar con este ritmo de salidas. Dependerá de la evolución del negocio y de las necesidades comerciales de la entidad. Sea como fuere, casi 700 empleados menos son muchos… y sin hacer ruido.

Vamos con los resultados: el beneficio hasta septiembre alcanzó los 9.309 millones de euros, un 14,3% más, impulsado por el margen de intereses y las comisiones, que crecieron un 7,9%, hasta los 34.682 millones, y un 4,8%, hasta los 9.666 millones, respectivamente. Todo esto con un Rote (rentabilidad sobre recursos propios tangibles) del 16,2% (mejora en 133 puntos básicos) y una eficiencia del 41,7%, tras mejorar en 229 puntos básicos.

La clave, o una de ellas, fue el repunte en España, que cerró septiembre con un beneficio de 2.837 millones de euros, frente a los 1.854 millones de 2023. Brasil también tuvo un buen comportamiento, con un beneficio 1.771 millones, 345 millones más que un año antes. En el lado negativo, Reino Unido, que ganó 975 millones frente a los 1.243 millones de septiembre de 2023.

Todo eso está muy bien, pero el banco sufrió un frenazo en el tercer trimestre, con una caída del 2,2% del margen de intereses y del 1,5% de las comisiones, respecto al segundo trimestre de este año. El margen bruto se redujo un 3,4% y el beneficio bruto, antes de impuestos, no superó los 4.919 millones, un 0,1% menos. El mercado, el pérfido mercado, se fijó en este trimestre y la cotización del Santander cayó un 3% este martes, hasta los 4,49 euros la acción. Eso sí, el Santander vale más de 71.770 millones de euros en bolsa, frente a los 61.168 millones de diciembre de 2023.