Stadler Rail Valencia se ha movido ‘a todo tren’ en 2023 tanto en ingresos como en pedidos, registrando nuevos récords, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil a las que han accedido varios medios. Sin embargo, el beneficio neto se ha visto frenado por los mayores costes de las materias primas y la inflación.

La filial española del fabricante ferroviario suizo ha disparado sus ingresos un 31%, alcanzando un récord de 825,67 millones de euros y superando el registrado en 2022, por la entrada en nuevos mercados (Turquía y Nueva Zelanda) y a la consolidación en los países donde estaba presente con anterioridad (Italia, España y Australia, entre otros). Asimismo, los pedidos han crecido un 7,4%, hasta los 5.575 millones. Entre estos pedidos, destacan: la adjudicación de 59 trenes de Cercanías (a los que se añaden otros 20 opcionales) para Renfe por 998 millones, 12 locomotoras también para Renfe, 17 locomotoras para Alpha Trains (empresa ferroviaria dedicada al alquiler de material rodante que tiene su sede en Luxemburgo), 16 tranvías para Ferrocarrils de la Generalitat Valencia (FGV), 24 locomotoras para el operador ferroviario australiano Kiwi Rail, 14 tranvías para Milán y 16 metros para el ente público de Nápoles. 

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Debido a la elevada carga de trabajo, la compañía que dirige el ingeniero industrial Íñigo Parra ha sumado 376 empleados en 2023, elevando su plantilla a 2.246 personas. Una muy buena noticia para la compañía y para las cifras laborales españolas (donde la ministra Yolanda Díaz no logra que nuestro país deje de ostentar la medalla de oro en paro de la Unión Europea y de la OCDE) porque se trata fundamentalmente de empleos industriales (que son de mayor calidad que los del sector servicios). La plantilla de Stadler se reparte entre la fábrica de Albuixech (Valencia), las tareas de producción que se realizan en la planta de Vall d’Uixó (Castellón) -en la antigua instalación del fabricante de aerogeneradores Nordex, que está controlado por Acciona-, el centro de ensayos de Albacete en un terreno concedido por Adif y un pequeño centro logístico en Sagunto (Valencia). Además, las inversiones han continuado creciendo y hay que tener en cuenta que genera unos 4.500 indirectos.

Una plantilla de 2.246 personas que se reparte entre cuatro instalaciones: la fábrica de Albuixech, la planta de Vall d’Uixó, el centro de ensayos de Albacete y un pequeño centro logístico en Sagunto

Por su parte, el resultado de explotación se ha situado en 30,3 millones. Y el beneficio neto ha visto frenado su ritmo, pasando de 34,8 millones a 34,98 millones, debido al alza de los costes de las materias primas y a la inflación. De esos casi 35 millones, 20,4 millones se han destinado a dividendos para la matriz suiza. 

De cara a este año, Stadler Rail Valencia prevé que los ingresos y el resultado de explotación continúen incrementándose. Conviene recordar que la compañía tiene sus orígenes en 1897 en la metalúrgica más antigua de la Comunidad Valenciana (Talleres Devís), que después pasó a llamarse Construcciones Devís, dedicándose a tranvías y máquinas de vapor, pero en la Guerra Civil fue nacionalizada y gestionada por sindicatos. En 1947 se fusionó con la empresa catalana Material para Ferrocarril y Construcciones, dando lugar a un gran grupo industrial llamado Material y Construcciones S.A. (Macosa), y más tarde, se unió a EMD (perteneciente a General Motors) para desarrollar locomotoras diésel-eléctricas. En 1989, con la reconversión industrial del socialista Felipe González y el interés de muchas compañías en el AVE, la francesa Alstom compró varias plantas y tomó el control de la compañía, pero en 2004 tuvo que pedir ayuda al Estado francés para evitar la quiebra y se vio obligada a vender activos, entre ellos la planta de Valencia. La compradora fue la alemana Vossloh, que años más tarde decidió prescindir de su unidad de servicios ferroviarios y abandonar esta industria, recibiendo interés por parte de una empresa china y también de la suiza Stadler, y finalmente fue esta última la que compró la planta valenciana el 1 de enero de 2016.