Miguel Stilwell es un ingeniero mecánico portugués que cumplirá 49 años el próximo 6 de agosto y que lleva al frente de Energías de Portugal (EDP) desde 2021, energética a la que se incorporó en el año 2000, tras trabajar en el banco suizo UBS, además, desde 2021, también es el primer ejecutivo de la filial verde EDP Renovables (EDPR). Con estos antecedentes, no es baladí lo que diga y más si tiene que ver con el sector energético. Ahora se ha mostrado a favor del cierre nuclear, pese a que EDP es dueña del 15,5% de la central de Trillo: “Se debería seguir el PNIEC”, ha afirmado en una entrevista con Expansión.

Este ingeniero portugués ha subrayado que es “una decisión política”. Sin embargo, su apoyo al cierre nuclear esconde cierta caradura: el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) incluye los cuatro primeros cierres de los reactores españoles: en concreto, los de Almaraz I y II, Ascó I y Cofrentes. Sin embargo, fuera de dicho plan quedan el resto de reactores incluidos en el acuerdo de cierres progresivos entre 2027 y 2035 que se acordó en 2019: Ascó II, Vandellós II y Trillo. Claro que EDP solo está presente en el capital de Trillo, donde tiene como socios a Iberdrola (49%), Naturgy (34,5%) y Endesa (1%).

El PNIEC incluye los cuatro primeros cierres de los reactores españoles -Almaraz I y II, Ascó I y Cofrentes-. Sin embargo, fuera de dicho plan quedan el resto de reactores incluidos en el acuerdo de cierres progresivos que se acordó en 2019: Ascó II, Vandellós II y Trillo

Stilwell debería tomar nota de las opiniones de sus homólogos en estas energéticas. Los respectivos consejeros delegados de Endesa e Iberdrola España, José Bogas y Mario Ruiz-Tagle, han defendido que no se cierren las centrales nucleares españolas. Asimismo, hasta Francisco Reynés, CEO de Naturgy, se ha mostrado más partidario de la nuclear, llegando a apoyar una tregua de dos y tres años para cada reactor de Almaraz… y después “replanificar”. E incluso, el petrolero y gasero Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, ha defendido la nuclear. Por tanto, la postura del ingeniero portugués se coloca más del lado del Gobierno y de Redeia, obviando las múltiples voces que avisan de las consecuencias de cerrar las nucleares y los recientes varapalos de Fatih Birol y de Wopke Hoekstra.

Stilwell también ha solicitado que el PNIEC “se debería cumplir” en cuestiones como las baterías, las renovables o las redes, aunque ya saben que dicho Plan tiene objetivos de imposible cumplimiento a 2030. Claro que en su entrevista, Stilwell no ha dado puntada sin hilo, destacando que España “es un mercado clave” para EDP y que les gustaría invertir más. Pero para ello, ha pedido “estabilidad normativa”, así como “menos presión fiscal”. Eso sí, en hidrógeno renovable, se ha mostrado mucho más realista que el Gobierno Sánchez, Enagás y Moeve (antes Cepsa), al considerar que no basta con apoyar la inversión, sino que hace falta crear demanda.

En hidrógeno renovable, se ha mostrado bastante realista, al considerar que no basta con apoyar la inversión, sino que hace falta crear demanda

Y por si lo anterior no fuera suficiente, Stilwell ha destacado que EDP tiene su “propia hoja de ruta, sin fusiones”, ante los contactos de accionistas de Naturgy en la búsqueda de una alternativa a la energética emiratí Taqa. Es decir, defiende su rumbo en solitario, a pesar de los numerosos retos que se afrontan en el plano “energético, tecnológico y geopolítico”, y justo cuando EDP no va bien en resultados económicos. 

El ingeniero luso también ha señalado que Europa ahora “debería dar la bienvenida a inversores extranjeros estables”, ¿se estará refiriendo a los chinos? Justo cuando Pedro Sánchez acaba de volver de su gira asiática por Vietnam y China, y se ha conocido que China Enginering Energy Group (CCEC) suena con fuerza para hacerse con la ingeniería asturiana TSK, algo a lo que también aspiran inversores de Norteamérica y Oriente Medio. Recuerden que China Three Gorges (CTG) es el primer accionista de EDP al controlar el 21,40% del capital, pero años atrás no le salió bien su intento de asaltar la energía europea entrando por la Península Ibérica. Al controlar EDP, los chinos también están al frente de la filial verde EDPR, y además, compraron otros activos renovables (entre ellos, 619 megavatios (MW) fotovoltaicos y otros 500 MW a X-Elio).