La subsistencia de PRISA, pendiente de Ana Botín
Ya casi al final de las presentaciones de resultados de las cuentas referidas al ejercicio 2021, llegan con cierta nocturnidad las de PRISA, la sociedad presidida por Oughourlian y participada mayoritariamente por el fondo de inversión Amber Capital, y las presenta justo después de las de Vocento, grupo que a principios de ejercicio recibió el rechazo de oferta de compra de su negocio de comunicaciones. Ya saben mi comentario: antes en quiebra que en manos de mi enemigo.
Pero vamos con lo que nos trae aquí, que es ver qué ha sido de la compañía en este último ejercicio. La primera noticia que nos tratan de endosar es que tienen un nuevo contrato de refinanciación, o mejor, cambio de condiciones para no acabar de ahogarse en una deuda bancaria que, según balances al cierre del ejercicio, ascendía a 949,3 millones de euros (M€), un 3,9% superior a la del ejercicio precedente y de la que el 98,4% es deuda a largo plazo. Los términos de la renovación son de “a ver qué puedo hacer para que no tenga que llevar a morosos toda la deuda”, por un total de 750M€ (569 Senior y 181 Junior) contemplando una extensión de la línea en 239M€ y del vencimiento al 2026 y 2027, el coste será del Euribor +5,99% con amortizaciones en efectivo, en especie (PIK) o mediante suscripción de hasta 32 millones de nuevas acciones de la compañía.
Por no funcionar, tampoco lo hace ya el negocio de Educación, con caída de ingresos y ebitda
Pues ahora, si les parece, daremos un repaso a la cuenta de resultados, que en su parte alta recoge unos ingresos de explotación de 741,2M€ un 5,8% superiores a los registrados en el pasado 2020. La mejoría viene por los negocios en educación con la reapertura de colegios con la mejora de la pandemia, la recuperación de la publicidad en medios de comunicación, junto con la reestructuración de la plataforma de medios y el crecimiento del 8,3% de los ingresos digitales que representan el 30% de los ingresos totales del grupo.
El EBITDA contable disminuye un 1,2% y se sitúa en 63,1M€ ya que contempla 44M€ de indemnizaciones por los planes de reestructuración de las diferentes áreas de negocio. Sin estas indemnizaciones el EBITDA hubiese ascendido a los 107M€ un 73% superior al del ejercicio precedente.
Por negocios, Educación disminuye sus ingresos de explotación en un 1,9% y registra un EBITDA de 69,3M€ (-10,1%) que se convierte en 75,5M€ sin tener en cuenta indemnizaciones y supone una variación del -6,7% interanual. PRISA MEDIA indica un fuerte crecimiento en suscripciones con cifras que llegan a 220.000 suscriptores y por experiencia propia debo decirles que en lo que se refiere a su cabecera estrella, El País, está aplicando una política de casi dumping con unos precios de suscripción digital de derribo. La cuenta de resultados registra ingresos de explotación de 383,3M€ un 14,1% superiores, de los que el 77,8% son por publicidad. El EBITDA, sin tener en cuenta indemnizaciones, ha sido de 41,9M€ frente a los 0,8M de pérdidas en el 2020.
El País está aplicando una política de casi dumping con unos precios de suscripción digital de derribo
El resultado financiero ha pasado de -128,8M€ en el pasado ejercicio a los -63,3M€ del actual, un 50,9% menos con una reducción del 30,1% en gastos por intereses de financiación y 44,2M€ menos de otros resultados financieros negativos.
PRISA no solo se ha visto obligada a renegociar su deuda, sino también los términos actuales de los contratos de alquiler de sedes tan emblemáticas como las de la calle Miguel Yuste, sede corporativa, y Gran Vía (Cadena SER) en Madrid, y Caspe en Barcelona. El acuerdo les obliga a salidas anticipadas en algunos de ellos, disminuciones de duraciones mínimas y de cuotas futuras, lo que repercute en una reducción de 28M€ en la deuda del 2021 y la asociada a NIIF16 en 49M€ y en la cuenta de resultados de 4,4M€, el coste. Para poder llevar a cabo esta negociación han realizado un pago único de 20M€ que en este ejercicio ha tenido un impacto negativo en la cuenta de resultados de 12,7M€.
Para finalizar con la cuenta, recordar que ahí siguen esos 109,5M€ de Fondo de Comercio que algún día caerán en la cuenta de resultados, negativamente por supuesto, y un último apunte jocoso de las notas explicativas de la memoria: en una reconocen incertidumbres económicas a corto plazo, algo completamente sarcástico ya que deberían añadir y a largo plazo más.
El único valor de la corporación continúa siendo el de sus cabeceras tanto en prensa como en radio, que son sus máximas bazas a la hora de renegociar deudas tan enormes como las que tienen y cuanto más grande sea esa deuda mayor el pánico de sus acreedores a una situación de impago total. Ya dudo mucho que sus activos tangibles puedan cubrir su totalidad.
Pagar deuda con nuevas acciones es una patada hacia delante, pan para hoy y hambre para mañana
En resumen, la subsistencia de PRISA depende de Ana Botín, presidenta del Santander. Llegados a este punto, la refinanciación de la deuda no basta y el grupo ofrece a sus accionistas nuevas acciones... a cambio de deuda, es decir, sin aportar nuevo capital. ¿Y una nueva ampliación de capital? No se atreve porque está condenada al fracaso. En todo caso, volver a apoyar a PRISA, de la que fue expulsada, supondría para Ana Botín un doloroso sacrificio. O sea pagar y no mandar, porque en Prisa quien manda es el hombre de la Moncloa, Miguel 'Cubanino' Barroso, que es un buen progresista: para él. Prisa no es una empreas, es un instrumento de propaganda al servicio de La Moncloa.
Sea como fuere, pagar deuda con nuevas acciones sólo significa una patada hacia delante, pan para hoy y hambre para mañana. Lo que necesita la editora de El País y de la Ser es dinero nuevo, dinero de verdad, que le saque de la situación de quiebra técnica en la que se encuentra. Asistimos a un verdadero saqueo de PRISA. Pagan Santander y Telefónica, que prometieron en su día que no acudirían a una nueva ampliación de capital pero de toda esta sangría, el único que saca provecho es el gobierno de Pedro Sánchez Pérez-Castejón, que ha convertido El País y la SER en sus dos altavoces de propaganda sociopodemita.