Talgo destaca más en alta velocidad, pero los temas que afectan a su accionariado se cocinan a fuego lento, muy lento, quizá demasiado, y encima, la política ha entrado en el juego (no sólo el Gobierno central, en especial, el ministro de Transportes, Óscar Puente; sino también el vasco, por tanto, el PNV). La última hora ha sido que el lehendakari, ImanolPradales, se ha reunido con el presidente de Talgo, Carlosde Palacio Oriol y ha insistido en que la siderúrgica Sidenor es la mejor opción como único socio industrial, mientras Polonia no se rinde.

Vayamos por partes. Recordemos que el culebrón empezó a mediados de noviembre de 2023, cuando se conoció la posible OPA de un grupo industrial húngaro y se disparó la cotización de Talgo un 12%... pero no se descartaban más ofertas. Tras meses de rumores y de conversaciones, el consorcio húngaro Ganz-Mavag lanzó oficialmente su OPA por el 100% de Talgo por 619 millones de euros (lo que suponía 5 euros por acción). Sin embargo, como venían del país que lidera el ‘ultra’ Viktor Orban no gustaban nada al GobiernoSánchez… e intentó que entrara Criteria Caixa para contrarrestarles y defender la “españolidad” al tratarse “una empresa estratégica”. Meses más tarde, el Gobierno vetó la OPA húngara finales de agosto… por razones de seguridad nacional (algo donde el CNI tuvo mucho que ver), pero más bien fue por puro sectarismo ideológico.

Tras todo esto, Moncloa se lanzó a buscar nuevos socios. Así apareció el fabricante ferroviario checo Skoda pese a estar en pérdidas (y su matriz, PPF Group) para forzar a Criteria a entrar en Talgo, pero no hubo suerte. También llegó el polaco Pesa, el indio Jupiter Wagons (que tiene entre sus accionistas al eslovaco Tatravagonka, con un 19,24% de su capital) y la siderúrgica vasca Sidenor. Precisamente, estos tres últimos siguen mostrando interés y la última es la mejor posicionada, al contar con apoyo del Gobierno central y del vasco.

El tiempo apremia: el fondo de inversión estadounidense Trilantic, dueño del 29,9% del capital de Talgo, quiere irse… y con plusvalías, por supuesto. Hasta ahora, Sidenor ha ofrecido 4 euros por acción, pero el fondo lo ha rechazado y exige no menos de 5 euros, el mismo precio que ofreció el consorcio húngaro Ganz-Mavag. Recuerden que el Consejo de Administración de Talgo consideró que la oferta húngara era “atractiva para los accionistas”. Trilantic exige ofertas superiores… y el plazo para decidir, que acababa en un principio a finales de enero, se ha extendido hasta mediados de febrero. 

El pasado jueves 30, el lehendakari -y miembro del PNV- se reunió con el presidente de Talgo, Carlos de Palacio Oriol (miembro de una de las familias fundadoras), e insistió en que la mejor opción es Sidenor como único socio industrial, y que además, tendrá apoyo financiero del Gobierno central a través de la SEPI y del vasco vía Finkatuz (el fondo gestionado por el Instituto Vasco de Finanzas). No olviden que hace poco más de mes y medio, Pradales mostró su deseo de que la sede de Talgo esté “en Euskadi” y no en Madrid. Todo esto mientras el polaco Pesa no se rinde… y así se vio el miércoles 29, cuando se reunió el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, con su homólogo polaco, RadoslawSikorski, y este último recordó el interés por formar parte de Talgo y se mostró abierto a compartir el capital con socios españoles. 

Sin embargo, los vascos insisten en que Sidenor es la mejor opción como único socio industrial. En el entretanto, el fabricante ferroviario sigue teniendo la necesidad de reforzar su capacidad industrial ante sus numerosos pedidos y de poder presentarse a nuevos concursos. Entre estos últimos ahora puja por suministrar nuevos trenes para el AVE Abu Dabi-Dubái, según informa El Economista, un concurso al que también se han presentado el fabricante ferroviario francés Alstom (que emplea a más de 3.200 personas en España, repartidos entre una fábrica de producción de trenes en Santa Perpètua de Mogoda, dos centros industriales de componentes -situados en Trápaga y Pinto- y cuatro grandes centros de innovación e ingeniería, así como varios centros de servicios de mantenimiento y oficinas) y el japonés Hitachi Rail

Por cierto, tampoco hay que olvidar la evolución de la cotización de Talgo, a la que no ha sentado nada bien la injerencia de Moncloa: actualmente, está en 3,90 euros. Por tanto, está más en línea con el precio ofrecido por Sidenor (4 euros) que del que puso en su día el consorcio húngaro Ganz-Mavag (5 euros). Además, cabe referir que en el mercado no le va del todo bien desde hace mucho tiempo: debutó el 7 de mayo de 2015 a 9,25 euros y acumula una depreciación del 57,84% desde entonces.