El nuevo presidente de Telefónica, Marc Murtra, ha pisado el acelerador. Quiere conocer cuanto antes la compañía y operar como sustituto de José María Álvarez-Pallete, desde el primer día. Eso sí, la operadora no se conoce en 24 horas y, por lo tanto, los necesarios cambios, tanto en el Consejo como en el equipo directivo, tendrán que esperar. 

Pero hay uno que desea realizar cuanto antes: la sustitución de Ángel Vila por otro consejero delegado de su estricta confianza. Podría ser Borja Ochoa, cuya labor valoraba mucho en Indra o podría ser alguien de la compañía, a ser posible no del corporativo, sino de alguna de las unidades externas. 

Eso sí, las muchas expectativas levantadas ante su primer Consejo de Administración, pueden quedarse en nada. Murtra no quiere precipitarse porque Telefónica no se conoce en un día

En cualquier caso, primero tendrá que lidiar con la entrada de los árabes y solucionar el problema de la falta de consejeros independientes y de la presencia de mujeres en el consejo. En ambos casos, andan deficitarios. 

Y sí, el nuevo presidente ha pedido a Moncloa que el grupo socialista de la operadora le deje trabajar tranquilo... y José Miguel Contreras también

Murtra quiere hacerlo despacio, pero le espera una verdadera revolución. Porque también se esperan cambios en las áreas estratégicas. Por de pronto, en Reino Unido y Alemania. En ambas latitudes hay problemas. Después, se abordarán cambios en España y Brasil, aunque esas son las dos unidades que mejor marchan en el momento presente. A partir de ahí, soñad y os quedaréis cortos. 

El futuro próximo se presenta... electrizante. Y, por si acaso, como aviso para navegantes, Murtra ha pedido al Gobierno que le dejen trabajar sin intromisiones del poderoso grupo socialista de la compañía. Él forma parte de la estructura empresarial sanchista, pero ya se sabe que no hay peor cuña que la de la propia madera. Y cuando Murtra habla de que le dejen trabajar tranquilo, a lo mejor también se está refiriendo al hombre televisivo de Pedro Sánchez: un tal José Miguel Contreras.