zonas de bajas emisiones en L'Hospitalet
La vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, no sólo carga contra energéticas y contra consumidores, también contra la mayoría de conductores. Y es que 24,6 millones de coches no podrán circular por los 149 municipios españoles que tienen más de 50.000 habitantes, de los 8.131 que hay en España.
De estos 24,6 millones de turismos, 14,9 millones son de diésel, 9 millones son de gasolina y unos 700.000 electrificados (100% eléctricos e híbridos enchufables -tienen una batería grande que se recarga por el motor de combustión y también mediante un enchufe-, siendo estos últimos los mayoritarios), según destaca Faconauto, la patronal de las asociaciones de concesionarios oficiales. Además, las localidades con más de 20.000 habitantes que tengan altos niveles de contaminación, superando los límites establecidos, también deberán poner en marcha medidas.
Varias asociaciones señalan que prohibir el motor de combustión reducirá el derecho de los consumidores más vulnerables a una movilidad asequible y piden que se tengan en cuenta todas las emisiones del ciclo de vida del coche
La Ley de Cambio Climático impulsada por el Departamento de Ribera que entró en vigor en mayo de 2021 establece que a partir del 1 de enero de 2023 en los municipios con más de 50.000 habitantes debe haber zonas de bajas emisiones, en las que se restringirá la circulación, acceso y aparcamiento según el etiquetado de los vehículos, dando preferencia a los de cero emisiones. Dicha ley también recoge que dichos municipios deben facilitar los desplazamientos a pie o en bicicleta; mejorar la red de transporte público y su electrificación, así como el uso de otros combustibles sin emisiones; fomentar el uso de medios de transporte eléctricos privados; impulsar la movilidad eléctrica compartida; entre otras medidas. En esta ley se refiere que el sector del transporte por carretera supone el 25% de las emisiones de efecto invernadero de nuestro país, pero que una de las principales barreras para su descarbonización es el desarrollo insuficiente de las infraestructuras de recarga eléctrica.
Sin embargo, esta no es la única barrera: también el elevado precio de los coches eléctricos, que no son asequibles para una gran mayoría de conductores. Aspectos que se ven en la evolución de las matriculaciones de vehículos alternativos (electrificados, híbridos y de gas): 167.036 (+12%) hasta junio, de estos 40.827 son electrificados, 117.608 unidades (+6,8%) son híbridos convencionales o no enchufables -tienen una pequeña batería que se recarga por el motor-, y 8.591 son de gas. Todo esto dentro de un sector que sigue en una crisis profunda: se han vendido 407.757 coches en el primer semestre, un 10,7% menos que hace un año y un 41% menos que hace dos en tiempos preCovid. Además, las ventas de turismos y todoterrenos de ocasión (seminuevos, porque sólo han tenido un propietario o se han utilizado en alquiler y tienen menos de 15.000 kkilómetros) se han situado en 918.438 unidades hasta junio, un 4,5% menos que hace un año, según datos de las patronales de vendedores Faconauto (concesionarios) y Ganvam (distribuidores oficiales e independientes), por lo que por cada coche nuevo se han vendido 2,2 de ocasión.
Tom Fux, vicepresidente de ventas de Toyota en Europa, señala que “no hay recursos suficientes para todas las baterías que hacen falta para el coche eléctrico” y que “el motor de combustión no es el enemigo, el enemigo es el CO2”
Hace un mes, el Parlamento Europeo ratificó la prohibición de vender coches nuevos de combustión (diésel y gasolina) a partir de 2035. Días después, varias asociaciones vinculadas al transporte y la movilidad advirtieron que prohibir el motor de combustión reducirá el derecho de los consumidores más vulnerables a una movilidad asequible, y también que este veto no reducirá las emisiones, sino que retrasa la descarbonización del transporte ligero al apostar todo a la renovación del parque para electrificarlo. Además, señalaron que sólo se tiene en cuenta las emisiones del tubo de escape de los vehículos (“del tanque a la rueda”), pero para recoger la contribución real de cada tecnología a la protección del clima es necesario abordar un planteamiento “del pozo a la rueda” y, mejor aún, tener en cuenta todas las emisiones del ciclo de vida del coche.
Paralelamente, Tom Fux, vicepresidente de ventas de Toyota en Europa, ha señalado que “no hay recursos suficientes para todas las baterías que hacen falta para el coche eléctrico”, en una entrevista en ABC. Por eso en el fabricante automovilístico japonés creen que “el motor de combustión no es el enemigo, el enemigo es el CO2. Y tenemos que buscar tantos planteamientos como sean posibles para reducir y eliminar las emisiones de CO2: los híbridos, los híbridos enchufables, la pila de hidrógeno, los combustibles sintéticos, y no todo en mundo puede conducir ahora mismo un vehículo eléctrico, tanto en términos de infraestructura como de capacidad de carga. También hay que tener en cuenta el aspecto geográfico” y los sectores. A ver si le escuchan Ribera y el Parlamento Europeo.