En vísperas de la rueda de prensa de esta tarde de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, el  Tesoro Público ha colocado este jueves, en la última subasta de julio, un total de 6.447 millones de euros en deuda a medio y largo plazo.

La demanda ha superado los 9.177 millones de euros. 

En concreto, el organismo dependiente del Ministerio de Economía ha adjudicado 2.015 millones de euros en obligaciones del Estado con una vida residual de 6 años y 3 meses a un tipo de interés marginal del 2,898% (frente al 2,961% de la subasta previa).

Mientras que en obligaciones del Estado a 10 años, ha subastado 2.660 millones de euros a un tipo marginal del 3,198%% (frente al 3,351% de la emisión anterior).

Por último, ha vendido 1.771 millones de euros en obligaciones del Estado con una vida residual de 13 años, a un interés marginal del 3,408%.

Ayer mismo, el Banco de España informaba de que la deuda del conjunto de las administraciones públicas alcanzó en mayo los 1.600.087 millones de euros. Y que en el último año, la deuda pública ha aumentado en 58.460 millones de euros, un 3,8%. 

Además, desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno (año 2018), la deuda pública se ha disparado en más de 370.000 millones de euros. Y sólo en 2023 subió en 72.000 millones. 

Así que, aunque el Tesoro haya tenido que pagar menos intereses en la subasta de hoy,  la deuda pública no para de crecer y es uno de los principales problemas endémicos y sistémicos de la economía española que preocupan a la mayor parte de los organismos nacionales e internacionales, aunque Sánchez se empeñe en vendernos lo contrario. 

Ayer mismo, otra vez el presidente del Gobierno volvía a presumir de la buena marcha de la economía española…

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