Thyssenkrupp va cada peor bajo los mandos de Miguel Ángel López Borrego, el alemán de origen español que presidió Siemens en España y también el fabricante de aerogeneradores Siemens Gamesa, quien relevó en la silla de CEO a Martina Merz el 1 de junio de 2023. La última muestra de la mala evolución se puede ver en los resultados de los nueve primeros meses (octubre a junio) de su ejercicio fiscal, porque han bajado los ingresos y se han septuplicado las pérdidas.

El grupo industrial alemán se está viendo afectado por un entorno que sigue siendo complicado debido al menor dinamismo en algunos sectores clave que tiene entre sus clientes, como los de automoción, maquinaria y construcción. Al mismo tiempo, ha afrontado mayores costes y ha apuntado que los costes de energía “siguen siendo elevados”, pese a que la luz y el gas se han abaratado respecto a los precios de hace un año, algo que ha afectado a las energéticas germanas E.On y RWE. Ante los malos resultados, el difícil entorno y el desplome bursátil (su cotización baja un 4% este miércoles, pero acumula una depreciación del 50% en lo que va de año), busca reestructurar la división siderúrgica para financiar sus necesidades de inversión.

Vayamos a los resultados de los nueve primeros meses de Thyssenkrupp. Los ingresos han descendido un 8,7%, a 26.231 millones de euros; y los pedidos han bajado un 13,4%, a 24.909 millones. Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) ha caído un 43,6%, a 787 millones. Y el resultado neto tampoco ha dado alegrías, porque ha septuplicado pérdidas, pasando de unas de 64 millones a unas de 446 millones.

Relacionado

Sólo en su tercer trimestre fiscal (abril a junio), los ingresos han descendido un 6%, a 8.986 millones, y los pedidos lo hicieron un 11%, hasta 8.355 millones. Por su parte, el ebitda trimestral se ha hundido un 42%, a 257 millones; y el resultado neto ha pasado de un beneficio de 83 millones a unos números rojos de 54 millones.

A finales del pasado julio, el grupo industrial alemán revisó sus previsiones anuales ante el entorno de mercado desafiante. Ahora, el director financiero del grupo industrial alemán, Jens Schulte, ha señalado que “para responder lo mejor posible a los mercados cambiantes, nuestros negocios se están reestructurando sistemáticamente siempre que sea necesario”.

Recuerden que Thyssenkrupp ya no es lo que era y que hace años vendió su joya de la corona, su negocio de ascensores a varios fondos. Es más, tiene una larga historia que arrancó de manos de August Thyssen, quien empezó a producir acero y sus derivados, y después se fue diversificando: a principios del siglo XX, la familia se separó en dos ramas lideradas por sus hijos Fritz (se relacionó con Hitler y financió al partido nazi) y Heinrich, que emprendieron sus negocios por separado. Este último dio lugar a la rama Thyssen-Bornemisza al casarse con una baronesa y era el abuelo de Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza, más conocido en España como el barón Thyssen, empresario y coleccionista de arte, cuya quinta y última esposa fue Carmen Cervera (también conocida como Tita Cervera o la baronesa Thyssen), quien hoy ostenta una gran colección que exhibe en varios museos públicos en régimen de préstamo. Además, la metalúrgica Thyssen (cuya familia fundadora era contraria al antisemitismo, pese a que Fritz financió al partido nazi) se fusionó en 1999 con la metalúrgica Krupp (familia que fue colaboradora de Hitler), una curiosa unión.