“La okupación ilegal es un grave problema al que hay que plantar cara con un marco jurídico preciso, partiendo de la tolerancia cero hacia este fenómeno y la protección tanto de la propiedad privada, como de las personas en situación vulnerable”
El Senado aprobó ayer la ley de Vivienda , una página brillante según la ministra más maleable y con menos personalidad de todo el Ejecutivo Sánchez, la catalana Raquel Sánchez.
No es la desgracia legal más gorda del Sanchismo pero sí aporta aún más locura al mercado inmobiliario actual, que constituye una de las palancas claves de la economía española.
Cuidado con el derrumbe del mercado inmobiliario: las depresiones siempre son peores que las inflaciones
Por resumir: los tipos de interés y la okupación están destruyendo el mercado inmobiliario. Los tipos de interés al alza, una medida buena de suyo, y el euribor disparado, encarecen las hipotecas y mucha gente se retrae de la compra de vivienda, una de las claves de la economía española, clave positiva, no negativa, esta de la vivienda en propiedad. Esa misma propiedad que la ministra Raquel Sánchez pide "no demonizar": ¡qué buena que es Raquel!
Al mismo tiempo, el miedo a la okupación hace que Juan Español propietario se resista a alquilar para sacar un rendimiento a su vivienda. Con el desprecio a la propiedad privada expandido por el socio-comunismo en el poder, lo cierto es que el mercado inmobilario se encoge en España.
Cuidado con el desprecio a la propiedad privada. No por los propietarios sino porque ese es el comienzo de la ley de la selva
La respuesta del Gobierno es doble: sobre la okupación -tanto la violenta como la inquiokupación, o inquilino que no paga- la solución de Raquel Sánchez es muy rápida: el problema no existe, se trata de un invento de la derecha y la ultraderecha.
Sobre la subida de tipos, comprendan que no es cosa mía, sino del Banco Central Europeo (BCE). Y esto es cierto, pero no es cierto que usted no pueda hacer nada para paliar la subida de tipos.
¿Cuál es la solución? Poner en marcha más vivienda pública (que no es pública, sino de protección oficial). Ahora el Gobierno Sánchez lo ha puesto en marcha. Ahora bien, esas políticas -insisto, buenas- tardan una década en dar resultado. Y resulta que el Sanchismo, que lo pone activa ahora y seguramente ni cumplirá ni podrá cumplir sus objetivos: lo ha iniciado en la recta final de legislatura.
Cuidado con el derrumbe del mercado inmobiliario: en economía, las depresiones siempre son peores que las inflaciones. Y cuidado con el desprecio a la propiedad privada. No por los propietarios de inmuebles sino porque ese es el comienzo de la ley de la selva.